El turrón de La Alberca, la tradición ancestral en manos de mujeres

Es de sobra conocida la tradicional elaboración del turrón en Alicante, pero ¿conocías el turrón que se lleva haciendo durante siglos en la localidad salmantina de La Alberca?
Como tantos otros dulces, se dice que se comenzó a elaborar por influencias de los árabes, aunque la tradición ha llegado hasta nuestros días y casi siempre, de la mano de las mujeres. Las turroneras de La Alberca son una institución en Castilla y León, y son una de las protagonistas fundamentales de la navidad en la imperdible ciudad de Salamanca.
Cómo se hace el turrón de La Alberca
Aunque en el caso de la historia del mazapán, hay diferentes teorías acerca de su origen, sí parece claro que el del turrón de La Alberca está en la influencia de los árabes en la Península.
La producción de miel es muy grande en esta preciosa localidad salmantina y decidieron aprovechar los excedentes de este producto para comenzar a elaborar dulces con nueces, también muy abundantes, o con las almendras de los Arribes del Duero.
El turrón de La Alberca se elabora con miel, clara de huevo, un poco de azúcar y generalmente, almendra. El uso de poca cantidad de azúcar es precisamente una de las características que les diferencia de los demás turrones.

El proceso es sencillo, pero requiere tiempo. Se pone a calentar la miel con la clara de huevo y un poco de azúcar en una gran caldera de bronce. Y se va calentando y removiendo hasta que coge cuerpo.
'Se suele tardar sobre unas tres horas, pero no todos los turrones llevan el mismo tiempo de elaboración', explica Mari Luz Lorenzo, nieta, hija y sobrina de turroneras, y que ha seguido la tradición familiar en Pan Negro, un obrador abierto al público.
Cuando la pasta esté totalmente dura y vaya blanqueando, es el momento de agregar el fruto seco elegido. Lo más habitual es que lleven almendras y nueces, por ser producto local.
Otra de las características fundamentales del turrón de La Alberca es su llamativo tamaño, ya que se elabora en bloques de unos 10-12 kilos que después se van cortando en trozos con una petalla. 'Creemos que se hacía en este tamaño porque así era más fácil de transportar, en un solo bloque', explica Mari Luz.
Las turroneras de La Alberca
Y si alguien se ha encargado de elaboración de los turrones de La Alberca son las mujeres. Generaciones y generaciones de mujeres que siguen elaborando el turrón de forma artesanal como lo hacían sus abuelas, madres, tías...
Mari Luz es uno de esos ejemplos y, además, ahora tiene el relevo en su hija Patricia. 'Hace algunos turrones que ya son mejor que los míos', dice con cariño.
Mari Luz sigue elaborando los turrones de sabores tradicionales, pero también le encanta innovar. Ofrecen turrones de tiramisú, de Pedro Ximenez con mazapán y piñones de Valladolid y la joya de corona por excelencia: el turrón de jamón ibérico.
Dicho así puede sonar extraño, pero Mari Luz asegura que es 'para todas las bocas, como yo digo', y como se hace con los turrones tradicionales, en este caso, también se elabora con otro de los grandes productos de la zona.

Su vida siempre ha estado ligada a la gastronomía, porque sus padres regentaban un negocio familiar y después, tuvo su propio restaurante junto a su marido. Allí, empezó a realizar mezclas innovadoras y comenzó a hacer turrón casi sin darse cuenta.
'Hacía guirlache con piñones, lo trituraba hasta convertirlo en polvo y se lo añadía a un plato de rabo de toro deshuesado entre una pasta filo', recuerda.
Mari Luz ofrece turrones todo el año, pero venden más otros productos de elaboración propia como rosquillas de anís, rosquillas de naranja, teresinas... las perrunillas, las floretas... 'Cuando veo una receta dulce que me agrada, la hago', apunta.
Turroneras albercanas en Salamanca
Una de las tradiciones que siguen vigentes hoy en día, a pesar incluso de la pandemia que cambió nuestras vidas en 2020, es la presencia de las turroneras de La Alberca en la Plaza Mayor de Salamanca desde finales de noviembre hasta justo antes de Nochebuena.
Aunque su número se ha reducido considerablemente con el paso del tiempo, ni la Guerra Civil ni la pandemia del coronavirus evitaron que la tradición se mantuviera.
Allí venden los turrones tradicionales, pero también otros productos como higos, jalea real, propóleos o cosméticos naturales elaborados con miel de la Sierra de Francia.

Tal es la importancia de las turroneras albercanas en la cultura salmantina que el Ayuntamiento de Salamanca decidió hacerles un homenaje y desde 2017, una escultura del artista Gonzalo Coello Campos recuerda la labor que estas mujeres han realizado durante cientos de años.
Ubicada en la Plaza del Mercado, representa a una turronera del siglo XIX sentada sobre una caja de madera y trabajando en una mesa panera en la que corta los bloques de turrón. El lugar elegido para ubicarla no es casualidad, ya que es justo al lado de donde las turroneras se ubican cada Navidad.