Los dulces clásicos que tienes que probar cuando visites Bilbao

Que en Bilbao se come bien es de sobra conocido, con sus pintxos y sus icónicos platos como el bacalao al pilpil, pero ¿sabías que también tienes que dejar un hueco para disfrutar de sus dulces típicos?
Ya sea como postre, desayuno o merienda, si visitas la capital vizcaína, no puedes dejar de probar los clásicos de su repostería. Te aseguro que si los pruebas, te los querrás llevar a casa.
Bollo de mantequilla

Es el dulce más viajero de la Villa, porque no puede faltar en las maletas de los bilbaínos expatriados cuando vuelven a sus casas. Y tampoco en la de los visitantes, porque quienes lo prueban, repiten.
El bollo de mantequilla puede ser un desayuno perfecto, pero en Bilbao nos gusta mucho desayunar salado, así que también es ideal para la merienda o como postre después de una ruta de pintxos.
Para mí es uno de los recuerdos más bonitos (y dulces) de mi infancia, porque era la merienda de los viernes, cuando mi madre y mi amama (abuela en euskera), me llevaban de paseo por las Siete Calles. Por aquel entonces, éramos fieles a los de la Tahona Jardines. En el Casco Viejo también puedes encontrar los de la panadería Labeko.
Aunque los más famosos (y con razón) siguen siendo los de las pastelerías Martina de Zuricalday, Arrese y Don Manuel. También han cogido mucha fama los de la pastelería Leku Ona, de la localidad cercana de Mungia, pero que en Bilbao se pueden encontrar en la tienda La Oka y en el aeropuerto.
La historia de este dulce bilbaino se remonta a la segunda mitad del siglo XIX y su origen está en el bollo suizo, que probablemente llevaron a Bilbao Francisco Matossi y Bernardo Franconi, que fundaron el Café Suizo en la calle Correo.
Carolina
La carolina es otro de los dulces que no te puedes perder si visitas Bilbao, porque no lo encontrarás en ningún otro lugar, ¡y porque está buenísima!

Su origen es muy bonito, ya que fue creado por un pastelero que quiso sorprender a su hija Carolina, a la que le encantaba el merengue. Así que su padre se puso manos a la obra para hacerle un pastel con su ingrediente favorito y para que no se manchara las manos al comerlo, le puso una base de hojaldre rellena de crema.
La textura ligera del merengue aderezado con yema y chocolate conquistaron no solo a Carolina, sino también a todos los bilbaínos, por lo que se convirtió en uno de los dulces más clásicos de la repostería de la Villa.
Y sigue siendo un emblema tan importante que se adapta en momentos importantes para la ciudad, como cuando el Athletic Club ganó la Copa del Rey 40 años después del último título. En este caso, cambió sus característicos colores blanco, amarillo y marrón por el rojo y blanco.
Para mí, la mejor carolina de Bilbao es la de la pastelería Don Manuel, que no solo ofrece el pastel en su tamaño habitual sino también en tamaño Bilbao, ¡a lo grande! Perfecta para celebraciones de cumpleaños (encárgalas con antelación). A sus 93 años, mi amama sigue soplando las velas en una de ellas (si consigue no comérsela antes).
Pastel de arroz

A pesar de su nombre, el famoso pastel de arroz bilbaíno no contiene arroz, aunque sí lo tenía en su origen, que se remonta al siglo XIX. Entonces los reposteros sí utilizaban harina de arroz en la elaboración de este postre, que es una pequeña tartaleta hecha principalmente de una masa de hojaldre rellena de una mezcla de huevos, leche, mantequilla y azúcar.
Una textura suave y cremosa que hacen que sea un bocado maravilloso. Existe una teoría que vincula el origen de la receta del pastel de arroz con Filipinas. Debido al intercambio comercial y cultural entre España y la que por aquel entonces era una de sus colonias, se cree que algunas recetas de postres hechos con harina de arroz, comunes en la gastronomía filipina, pudieron haber influido en la creación del pastel de arroz en Bilbao.
Trufas de Arrese

Las trufas de la pastelería Arrese en Bilbao son uno de los productos más icónicos de esta histórica confitería, que fue fundada en 1852. Son muy apreciadas por su calidad y su receta tradicional, lo que las ha convertido en un referente de la repostería local. Elaboradas con una mezcla de cacao de alta calidad y nata, se distinguen por su textura suave y cremosa, así como por su intenso sabor a chocolate.
Estas trufas se cubren con una fina capa de cacao en polvo, lo que les da ese toque amargo y sofisticado que contrasta perfectamente con el relleno dulce y untuoso.
Pero no solo hay trufas de chocolate, ya que también las elaboran en las variedades de nata, chocolate coñac, baileys y cointreau.
Las trufas de Arrese son un auténtico clásico bilbaíno y un imprescindible para los amantes del chocolate que visitan la ciudad.
Turrón Sokonusko (si visitas Bilbao en época navideña)

Si visitas Bilbao en la temporada navideña, no te puedes perder el turrón Sokonusko, un turrón típicamente bilbaíno con más de 100 años de historia.
Una de las teorías de su origen habla de un aventurero bilbaíno, que viajó a principios del siglo XVII a México en busca del Dorado, y que, en su defecto, encontró un cacao de gran calidad en la región maya de Santa Ana de Soconusco. De ahí su nombre.
El Sokonusko se distingue de otros turrones por llevar tres capas diferentes: praliné blanco, tostado y negro, y todo ello cubierto por una cobertura de chocolate. El contraste de sabores es su principal característica.