Receta de las alitas de pollo al ajillo: Fácil, rápida y deliciosa

Las alitas de pollo al ajillo es un entrante con el que puedes conquistar a todos en la mesa. ¡Mejor si se comen sin cubiertos! Esta no es una receta más porque le hemos añadido vino blanco para que las alitas queden aún más jugosas. ¡Son irresistibles!
Raciones
16
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
10 m
Cocinado
20 m
Tiempo total
30 m
La carne del pollo es una proteína generosa porque cada una de las partes de esta ave admite diferentes tipos de cocción. Desde una fritura crujiente hasta un sabroso horneado. Para esta receta nos centraremos en un guiso fácil, rápido y delicioso. Hemos elegido alitas de pollo porque son piezas que puedes ponerlas como entrante o piqueo, pero puedes usar cualquiera otra parte: muslos, contramuslos, pechuga, etc. Incluso son perfectas si decides incorporar guarniciones como patatas panaderas, coliflor al horno, arroz basmati con curry y pimienta, patatas Hasselback o una ensalada de endibias, granada y estragón.
Ingredientes
- 16 alitas de pollo
- 4 dientes de ajo
- 1 cebolla
- 1 vaso de vino blanco
- aceite de olivasalpimienta
- una ramita de romero
- una cucharadita de romero y tomillo picados
- una rama de perejil o romero para decorar
- pimienta
Cómo hacer las alitas de pollo al ajillo
Pela y pica los dientes de ajo y maja en un mortero junto con un chorrito de aceite, una pizca de sal, otro poco de pimienta molida y la mezcla de romero y tomillo picados.
Pinta las alitas de pollo con el majado (reserva el majado sobrante) y dóralos en otra sartén con un chorrito de aceite. Retira y reserva.
En la misma sartén, pon a pochar la cebolla bien picada con un chorro de aceite y el majado de ajos machacados reservado. Sazona. Cuando se ablande, añade la rama de romero y el vino; dale un hervor. Incorpora las alitas de pollo y cocina durante 10-15 minutos.
Sirve las alitas de pollo ajillo con tu guarnición favorita: ensaladas, patatas o arroz.
El rol del vino en esta receta
¿Qué hace el vino en las proteínas origen animal? De acuerdo con Harold McGee, escritor estadounidense especializado en gastronomía y autor de La cocina y los alimentos, la acidez del vino debilita el tejido muscular y aumenta la capacidad de retener humedad. De esta manera, se logra que durante el cocinado los trozos de carne, de aves, de ternera, de pescados y otros animales de caza queden tiernos y jugosos. También añade que el resultado dependerá del tamaño y del tiempo. Y es que los marinados que emplean vino, vinagre, zumos de frutas o leche penetran muy despacio en las células y pueden quedarse en la superficie de la carne y conseguir un sabor excesivamente ácido. Por eso, recomienda cortar la carne en lonchas finas o inyectar el marinado si se trata de piezas más grandes como el pavo.
En nuestro caso, el vino aportará aroma y sabor a las alitas al ajillo, que al ser unos trozos pequeños quedarán igual de jugosos. De preferencia, compra un vino blanco de uvas Sauvignon Blanc que son más ligeros y casan muy bien con el majado de ajo, romero y tomillo. Recuerda siempre usar la cantidad indicada, que si se excede puede estropear el sabor del guiso.