Cómo engrasar cerraduras y evitar que se atasquen paso a paso

¿La cerradura de tu puerta se atasca y no consigues que la llave gire en el bombín?
Este problema es más común de lo que parece y, en la mayoría de los casos, se debe a la falta de mantenimiento. Estos inconvenientes pueden solucionarse con un simple engrase.
A continuación, te explicamos paso a paso cómo engrasar una cerradura para que vuelva a funcionar correctamente. ¡Vemos diferentes métodos!
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Tiempo total
30 m
Paso a paso para engrasar una cerradura
Paso 1 - Lubrica la cerradura con polvo de grafito
Para lubricar las cerraduras se utiliza grafito en polvo. Este producto, de color gris oscuro y de brillo metálico, se adhiere fácilmente al interior del mecanismo, facilitando el movimiento de la llave. Pasos:
- Limpia la llave con un trapo.
- Aplica polvo de grafito sobre la llave y distribúyela con un trapo.
- Introduce la cerradura y gírala para que se distribuya bien.
El grafito se encuentra disponible en pequeños botes a la venta, pero también está presente en objetos cotidianos como los lápices. Por ello, si no queréis comprar un lubricante específico, una solución casera es frotar la llave con la mina de un lápiz y luego introducirla en la cerradura, girándola varias veces para distribuir el grafito y lubricar el mecanismo.
De esta forma conseguirás que la llave gire y la cerradura vuelva a funcionar sin problemas.

Paso 2 - Utiliza un lubricante en spray
También puedes aplicar un lubricante multiusos en spray, diseñado para este tipo de tareas y disponible en ferreterías y centros de bricolaje.
Este producto es muy práctico para engrasar distintos mecanismos y garantizar su buen funcionamiento. Pasos para utilizarlo:
- Agita el producto antes de aplicarlo.
- Inserta la boquilla en el bombín y rocía ligeramente.
- Introduce la llave y gírala para distribuir el lubricante.

Paso 3 - Engrasar la cerradura con aceite de vaselina o grasa
Este método es ideal para cerraduras desmontables. Pasos para utilizarlo:
- Retira el cajetín de la cerradura con un destornillador.
- Aplica una pequeña cantidad de aceite o grasa con un pincel en las partes móviles.
- Vuelve a montar el cajetín y comprueba su funcionamiento.
Con un poco de destreza y siguiendo estos consejos, podrás lubricar una cerradura de manera fácil, rápida y eficaz.

¿Por qué es importante engrasar las cerraduras?
Lubricar las cerraduras ayuda a que su mecanismo funcione suavemente, aumentando su vida útil y garantizando un correcto funcionamiento.
Engrasar la cerradura regularmente evita el desgaste de las piezas internas, reduciendo la fricción y previniendo la corrosión. Es una medida fundamental para mantener la seguridad y el buen funcionamiento de nuestras cerraduras en el día a día.
Algunas de las ventajas de mantener la cerradura lubricada:
- La llave no se atascará y girará con suavidad.
- Reducción de averías inesperadas.
Consejos adicionales
- Utiliza productos específicos: evita el uso de productos inadecuados, como aceite de oliva, grasa o lubricantes multiusos, ya que pueden atraer polvo y suciedad, provocando un funcionamiento deficiente con el tiempo.
- Cambia la cerradura: si tras engrasar la cerradura, sigue atascándose o no funciona correctamente, tendrás que cambiar la cerradura por una nueva.
- Lubrica la cerradura regularmente: para mantener la cerradura en óptimas condiciones, aplica un lubricante adecuado cada seis meses aproximadamente. Este mantenimiento preventivo ayuda a reducir la fricción entre las piezas internas,
- Limpia la cerradura: la acumulación de polvo, suciedad y residuos puede afectar el mecanismo de la cerradura con el tiempo. Para evitar problemas, limpia la cerradura con un paño seco o un cepillo suave.
- No fuerces la llave: evita aplicar demasiada presión al girarla, ya que esto puede dañar tanto la llave como el mecanismo interno de la cerradura. Si se te queda atascada, no te pierdas el paso a paso de cómo sacar una llave partida de la cerradura .
- Engrasa las bisagras y los pernios: estas piezas requieren un mantenimiento regular para garantizar su buen funcionamiento. Para evitar que la puerta chirríe, eleva ligeramente la puerta con la ayuda de una cuña y un destornillador. Luego, aplica un lubricante específico para puertas y ábrela y ciérrala varias veces para distribuir el producto de manera uniforme.