Mitos de jardinería que aún te crees (y deberías dejar de hacerlo)

¿Son ciertos?

¿El café es bueno para tus plantas? ¿Las caléndulas ahuyentan a los insectos?

Muchos de estos mitos han pasado de boca en boca, como si fueran verdades absolutas.
Muchos de estos mitos han pasado de boca en boca, como si fueran verdades absolutas.

Tanto si llevas tiempo en la jardinería como si acabas de empezar, es bastante probable que te hayan contado uno de estos consejos infalibles que, en realidad, no se sostienen con pruebas. Mitos y creencias relacionadas con el mundo de la jardinería que alguien tiene que aclarar.

Durante años, muchos de estos mitos han pasado de boca en boca, como si fueran verdades absolutas. Pero cuando miramos lo que dice la ciencia, la cosa cambia. Por tanto, en las próximas líneas desmentimos algunos de los mitos relacionados con flores y plantas más populares.

Ah, no te culpo si te has creído alguno de ellos, pero lo cierto es que conviene poner un poquito de orden en toda esta información. Empezamos.

Realidad: Las caléndulas no son el repelente universal que mucha gente cree.
Realidad: Las caléndulas no son el repelente universal que mucha gente cree.

Las caléndulas son el escudo perfecto contra las plagas

Uno de los mitos más repetidos: pon caléndulas entre los tomates, que espantan a los bichos, dicen. Pues no.

En opinión de expertos como Robert Pavlis, aunque algunas variedades de caléndula pueden ayudar a controlar nematodos (gusanos pequeños) si se mezclan con el suelo antes de plantar, tenerlas vivas junto a tus cultivos no hace nada.

Absolutamente, nada. Es más, pueden atraer insectos.

Realidad: Las caléndulas no son el repelente universal que mucha gente cree.

Tus peonías no florecen porque no hay hormigas

Otro clásico que seguro has escuchado en más de una ocasión: si no hay hormigas en los capullos, la peonía no se abre.

¿Cuál es la realidad? Las hormigas aparecen porque la planta produce una savia muy dulce, no porque las necesite. Son visitantes, en ningún caso aliados.

En el caso de que tu peonía no florezca, el problema residirá en la falta de sol o en una ubicación incorrecta.

Hay que poner piedras o tiestos rotos en el fondo de la maceta

Aunque pueda parecer lógico, nada más lejos de la realidad. Si hay un agujero, es necesario poner algo para que no se escape la tierra. Pues siento decirlo, pero no.

Para la jardinera C.L. Fornari, esa capa drenante lo único que hace es interrumpir el flujo de agua y además, estancar la humedad en la zona de las raíces. ¿El resultado? Podredumbre.

Por tanto, lo mejor es usar solo sustrato hasta el fondo. Para eso está el agujero. ¿No te parece?

Existen listas infinitas de remedios para controlar las plagas. Ajo, vinagre o jabón de platos.
Existen listas infinitas de remedios para controlar las plagas. Ajo, vinagre o jabón de platos.

El café usado es oro para las plantas

Continuamos con uno de los consejos más recientes: guarda los posos del café, pueden acidificar el suelo y además, aportan nutrientes. Suena bien, ¿no?

Pues depende, como todo. El café puede tener un efecto ácido, sí, pero solo en ciertas plantas y si el suelo lo necesita. En el caso de que no sepas el pH, las cosas pueden empeorar.

Pero esto no es todo, ya que los posos frescos pueden impedir el crecimiento de las semillas. ¿Y cuál es la solución? Hacer un análisis del suelo o compostarlo antes.

Cuanto más compost pongas en el hoyo, mejor crecerá la planta

No cabe duda de que este mito cuenta con buenas intenciones, pero también, un mal enfoque. A ver si consigo explicarlo correctamente...

Al enriquecer el hoyo con compost, consigues lo que los expertos denominan el efecto restaurante de lujo: las raíces se acomodan y no quieren expandirse al suelo más pobre que las rodea.

¿Entonces? El mejor método es mezclar bien la tierra nativa con algo de compost en la superficie, para permitir que las raíces se desarrollen en un entorno más realista.

Los remedios caseros son la opción más natural y segura

Existen listas infinitas de remedios para controlar las plagas. Ajo, vinagre, jabón de platos... pero cuidado.

Emplear productos caseros sin conocer sus efectos puede dañar tus plantas o incluso ser ilegal, si no se siguen las regulaciones de productos fitosanitarios.

Un ejemplo, el jabón de platos no es igual que su homónimo hortícola: el motivo es que puede quemar las hojas y dejar residuos perjudiciales.

Por tanto, antes de experimentar con tu jardín, es mejor consultar con un servicio agrícola local o una universidad agraria.

Las hormigas aparecen porque la planta produce una savia muy dulce, no porque las necesite.
Las hormigas aparecen porque la planta produce una savia muy dulce, no porque las necesite.

Las lombrices siempre son buenas en cualquier cantidad

Un método menos conocido, pero bastante común. La presencia de lombrices es un buen signo, sí... pero todo tiene un límite.

Por ejemplo, demasiadas lombrices en una maceta pueden alterar la estructura del sustrato, crear túneles innecesarios y afectar la retención de agua.

Mi intuición me dice que el suelo necesita esto

Y finalizamos esta recapitulación de mitos falsos con esta percepción. Acondicionar el suelo a ojo es como diagnosticar enfermedades sin realizar un análisis previo.

En ocasiones se recomienda echar cal, sales de Opsom, sal marina... pero sin un estudio fiable, puedes acabar bloqueando nutrientes clave o alterando el pH.

Lo más recomendado es hacer un análisis del suelo cada 2-3 años. Es fácil, barato y sobre todo, muy revelador.

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