Aunque no lo creas estas malas hierbas son comestibles

¿Y si te dijéramos que muchas de las malas hierbas que arrancas del jardín podrían convertirse en deliciosos y nutritivos ingredientes en tu cocina? Algunas de estas plantas silvestres no solo son comestibles, sino que también están llenas de beneficios para la salud. ¡De invasoras a valiosas!
¿Qué piensas al escuchar la palabra mala hierba? Lo más probable es que la asocies con su carácter invasor y con la competencia que estas plantas ejercen sobre los cultivos que sí han sido plantados con intención.
Y aunque esta relación es completamente cierta y, en muchos casos, es recomendable eliminar las malas hierbas (o hierbas no procedentes, como se les conoce entre expertos), la realidad es que son mucho más que una molestia.
Lo que mucha gente desconoce es que algunas de estas especies son comestibles y, de hecho, pueden ofrecer una gran cantidad de beneficios para nuestra salud gracias a sus propiedades medicinales.
Un informe titulado Entre malas hierbas, criptocultivos y plantas cultivadas: la colleja (Silene vulgaris), de la autora María Remedios Alarcón Víllora, investigadora del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), proporcionado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), detalla algunas de las malas hierbas más comunes que, lejos de ser descartadas, se presentan como valiosas fuentes de nutrientes.

A continuación, te presentamos 5 de estas plantas que puedes aprovechar en la cocina, basándonos en la investigación del informe.
Silene vulgaris
La Silene vulgaris o colleja es, sin duda, una de las malas hierbas comestibles más conocidas y apreciadas en la gastronomía española. Se encuentra especialmente en Alicante, Albacete, Almería, Ávila, Barcelona, Badajoz, Cádiz, Córdoba, Ciudad Real, Castellón, Cuenca, Girona, Granada, Guadalajara, Huesca, Jaén, Madrid, Murcia, Cantabria, Sevilla, Segovia, Toledo y Valencia.
Es una de las verduras silvestres de mejor calidad que podemos tener. Se la suele comparar, de hecho, con la espinaca por su sabor y uso culinario.
Papaver rhoeas
El Papaver rhoeas o amapola también es bastante conocido, especialmente en Alicante, Albacete, Almería, Badajoz, Córdoba, Castellón, Cuenca, Huesca, Jaén, Madrid, Murcia, Salamanca y Segovia, donde se encuentra en campos cultivados.
Es una planta comestible, en concreto su semilla y su flor. Esta última no suele consumirse por su gran sabor, sino que es utilizada más bien a modo decoración de los platos. También se usa la flor, una vez seca, para realizar infusiones.
Sonchus oleraceus
La Sonchus oleraceus o cerraja es otra mala hierba comestible muy utilizada en la cocina. Se encuentra principalmente en Alicante, Albacete, Almería, Barcelona, Córdoba, Ciudad Real, Castellón, Cuenca, Huesca, Jaén, Madrid, Murcia y Valencia.

Se comen sus hojas y sus tallos en ensaladas y cocidos y sus látex curiosamente se usa como goma de mascar. Dicen de sus tallos pelados que pueden ser un sucedáneo del espárrago.
Lactuca serriola
La Lactuca serriola o lechuguilla pinchosa es bastante común en regiones como Alicante, Albacete, Barcelona, Córdoba, Ciudad Real, Toledo, Cuenca, Huesca, Jaén, Madrid y Valencia. Es el pariente silvestre más cercano de la lechuga, de ahí su nombre común.
Tiene un sabor algo amargo y se puede comer como ensalada. Las hojas jóvenes pueden comerse crudas o cocidas.
Chenopodium album
El Chenopodium album o cenizo se encuentra en Albacete y Cuenca, donde es apreciado por sus hojas comestibles, que se consumen en ensaladas o cocidas. Pero no solo se comen esas partes, también sus tallos y sus semillas, siendo estas últimas utilizadas tradicionalmente en panadería. Además, es una fuente natural de proteínas, calcio, hierro y fibra,.
Además de las ya mencionadas, también existen otras plantas que merecen ser destacadas, como la Scorzonera laciniata (arruca), la Capsella bursa-pastoris (devanera o chorrontela), la Eurica versicaria (orugas), el Sisymbrium irio (jaramago), la Sandix pectin veneris (agujas de pastor), el Roemeria hybrida (babaoles dulces) y el Anacyclus clavatus (mojino).
Esperamos que de ahora en adelante, tengas un concepto más amplio de que las malas hierbas ,en realidad, no son tan malas, y que pueden llegar a ser muy valiosas para tu salud y cocina.