¿Sabías que las plantas también sufren estrés? Descubre los tipos y cómo ayudarlas

El estrés en las plantas se refiere a variaciones en los factores bióticos y abióticos que afectan su crecimiento..
El estrés en las plantas se refiere a variaciones en los factores bióticos y abióticos que afectan su crecimiento..

¿Sabes que las plantas también experimentan estrés cuando las condiciones ambientales no son las adecuadas? ¡Así es! Conocer estas respuestas para prevenirlas y reducir su impacto es fundamental si queremos contar con plantas fuertes y sanas.

En este artículo hablamos sobre qué es el estrés en plantas, qué condiciones lo favorecen y cómo evitarlas. ¿Te interesa?

En las personas podemos definir el estrés como una respuesta física y emocional a situaciones que pueden ser desafiantes y/o amenazantes. En nuestro caso, este proceso requiere de consciencia, por lo que no será exactamente lo mismo en el mundo vegetal.

Cuando hablamos de estrés en las plantas, nos referimos a diferentes variaciones en los factores bióticos y abióticos que controlan su crecimiento, por lo que todas las desviaciones de estos factores que vayan a comprometer su desarrollo van a ser consideradas como situaciones de estrés. ¿Te imaginas cuáles pueden ser?

Estrés biótico en las plantas

El estrés biótico engloba a las diferentes respuestas adversas que cualquier planta puede recibir por parte de otro organismo.

Plagas, depredadores y parásitos

Podemos agrupar todas estas opciones en un mismo grupo porque van a provocar un daño directo en la planta que sufre el estrés.

Quizás el ejemplo más evidente es el de los insectos y animales herbívoros, ya que se alimentan directamente de la planta y estaremos de acuerdo en que esto es un estrés considerable.

Sin embargo, las plagas (pulgones, cochinillas, caracoles, babosas, orugas, ácaros y todos los ejemplos que se te ocurran) funcionan de manera muy similar, ya que normalmente la fuente de recursos para estos animales es la propia planta, por lo que al consumirla sin duda van a perjudicarla.

Como aficionados a la jardinería, sabemos que la mayor parte de las plagas no acabarán con nuestras plantas, al menos en el corto plazo, pero sin duda las pondrán en serios apuros y dificultarán su desarrollo.

Competencia

Si definimos el estrés en las plantas como aquellas condiciones que van a afectar a su desarrollo, debemos estar especialmente atentos a la escasez de recursos. Con recursos limitados, las diferentes formas de vida que quieran explotarlos tendrán que competir por ellos. Tiene sentido, ¿verdad?

Eliminar malas hierbas o hierbas adventicias del césped
Eliminar malas hierbas o hierbas adventicias del césped

Las plantas compiten fundamentalmente por 4 recursos: luz, agua, nutrientes y espacio, siendo otras plantas sus mayores enemigas. ¡Todas necesitan más o menos lo mismo!

De esta manera, diferentes plantas suelen competir en altura, ya que las más altas podrán acaparar más cantidad de luz, a la vez que dificultan que otras lo hagan, lo que, con un poco de suerte, acabará con ellas y se quitarán parte de la competencia.

Algo similar ocurre con el agua, los nutrientes y, transversalmente, con el espacio. Cuanta mayor cantidad de estos recursos pueda tener una planta, mejor será su crecimiento (sin excedernos en ninguno de ellos, por supuesto), por lo que cuanto menor sea esta cantidad, más estrés sufrirá.

De esta manera, cuanto mayor sea la competencia y más jugadores participen en la partida, más estrés sufrirá la planta. ¿Entiendes ahora por qué es necesario eliminar las malas hierbas de nuestro jardín?

Estrés abiótico en las plantas

Podemos definir al estrés abiótico como aquellas situaciones en las que cierto recurso está en exceso o sea deficitario, sin que necesariamente intervenga otra forma de vida.

Sequía

La sequía es un déficit de agua, lo que indudablemente va a causar estrés en la planta al afectar a diferentes procesos fisiológicos y bioquímicos. La falta de agua puede incluso conllevar la muerte de la planta en apenas unos días.

Normalmente, cuando esto ocurre, la planta cierra sus estomas para limitar la pérdida de agua, lo que a su vez impide la entrada de CO₂ y de oxígeno. Esto acaba provocando la reducción de la fotosíntesis, lo que limita la cantidad de alimento disponible que la planta puede utilizar para crecer y continuar desarrollándose.

Exceso de agua

Como es obvio, el exceso de agua es lo contrario a la sequía. En este caso, dejando de lado que estas condiciones van a favorecer a medio y largo plazo la aparición de enfermedades fúngicas, existe un riesgo mucho más importante a corto plazo: la hipoxia.

No te excedas con el riego de las plantas.
No te excedas con el riego de las plantas.

Las raíces de las plantas son un tejido vivo, por lo que al igual que otros tejidos, necesitan oxígeno para sobrevivir. Estas obtienen el oxígeno de pequeños huecos que quedan en el sustrato, siendo esta una de las razones por las que un suelo apelmazado no suele ser una buena idea para el cultivo de nuestras plantas.

Mientras el suelo está encharcado todos estos huecos están repletos de agua (¿recuerdas cuando riegas y comienzan a aparecer burbujas en la superficie del suelo?), por lo que las raíces son incapaces de absorber el oxígeno y acaban ahogándose y muriendo, lo que sin duda afecta al crecimiento de la planta.

Temperaturas extremas

Cuando hablamos de temperaturas extremas, hablamos de temperaturas demasiado altas o demasiado bajas para la planta concreta a la que nos estemos refiriendo. Por ejemplo, las altas temperaturas van a desestabilizar las membranas celulares, lo que va a afectar a tejidos y procesos bioquímicos.

Por otro lado, ocurrirá una reducción de la actividad fotosintética, ya que el calor excesivo daña los pigmentos fotosintéticos y disminuye la eficiencia de las enzimas involucradas.

Las bajas temperaturas no son mucho mejores respecto a la generación de estrés en las plantas, ya que pueden llegar a congelar los tejidos, formando cristales de agua en el interior de las células que pueden dañarlas irremediablemente.

Por si esto fuera poco, el metabolismo se ralentiza y pueden aparecer fenómenos de deshidratación por la incapacidad de absorber agua por parte de las raíces. Si quieres indagar más, te contamos mucho más en el artículo sobre la célula vegetal

Salinidad

El principal motivo por el que la salinidad es un factor de estrés para las plantas es debido a la creación de un ambiente osmótico.

La alta concentración de sales en el suelo reduce el potencial osmótico, dificultando la absorción de agua por parte de las raíces, incluso a pesar de que esta sea abundante y las raíces estén en perfecto estado. A esto se le conoce como sequía fisiológica, ya que las sales impiden que la absorción se pueda dar.

Por si esto fuera poco, la excesiva presencia de sales puede ser tóxica o competir con otros nutrientes y, al igual que ocurre con el agua, dificultar su absorción a pesar de que estos estén presentes en el suelo.

Contaminación

La contaminación puede causar estrés en las plantas.
La contaminación puede causar estrés en las plantas.

El estrés que puede causar la contaminación en las plantas es muy sencillo de entender, ya que radica principalmente en la acumulación de sustancias tóxicas.

Estas pueden ser contaminaciones atmosféricas (ozono, dióxido de azufre, diferentes óxidos de nitrógeno...), pero también metales pesados como el plomo o el mercurio.

¿Cómo saber si una planta está estresada?

Inicialmente, mucha gente podría pensar que las plantas, por carecer de movimiento y no tener precisamente respuestas muy rápidas, no son muy sensibles al entorno. ¡Error!

Por suerte, esto es algo que nosotros, los aficionados a la jardinería, sabemos de sobra, ya que si sabemos comprender a las plantas, estas nos van a dar toda la información necesaria para reconocer cuando las condiciones ambientales superan su capacidad de adaptación y comienza el estrés.

Algunos ejemplos son el marchitamiento de las hojas, la pérdida de color, la pérdida de follaje, la reducción en el crecimiento... ¡Curiosamente, los síntomas que suelen repetirse cuando nuestra planta tiene alguna enfermedad o condiciones de cultivo inadecuadas! ¡Todo el rato estábamos hablando de respuesta al estrés sin saberlo!

¿Cómo combatir el estrés en las plantas?

Para evitar el estrés en las plantas y sus síntomas debemos siempre tratar de proporcionarles las condiciones adecuadas de cultivo. Recuerda que la tolerancia de una planta a unas determinadas condiciones de manera que pueda sobrevivir no asegura que pueda estar desarrollándose correctamente.

Proporciona las condiciones adecuadas de cultivo para evitar el estrés.
Proporciona las condiciones adecuadas de cultivo para evitar el estrés.

Otro factor de vital importancia es evitar las plagas y enfermedades, ya que unas malas condiciones de cultivo suelen facilitar la aparición de estos patógenos, por lo que ambos combinados pueden ser nuestra peor pesadilla.

Todo esto resalta la importancia de conocer la fisiología vegetal básica, pues entender cómo las plantas responden a su entorno es clave para mantenerlas saludables y evitar situaciones de estrés.

Como has visto, hay muchas formas de que nuestras plantas sufran estrés. Esto solo son los ejemplos más habituales que debemos tener siempre presentes cuando estemos trabajando en nuestro jardín. ¿Conoces más?

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