¿Para qué sirve la luz azul y la luz roja en jardinería?
Iluminación LED para plantas
Estas luces LED influyen en el crecimiento, la floración y la salud de tus plantas de interior o invernadero

La luz es uno de los factores ambientales más decisivos para el desarrollo vegetal. Más allá de aportar la energía necesaria para la fotosíntesis, los distintos colores, que vienen dados por diferentes longitudes de onda, actúan como señales que regulan la germinación, el estiramiento de tallos, la formación de hojas, la floración, la síntesis de compuestos de defensa… ¡La luz controla mucha de la actividad vegetal!
Por este motivo, en el cultivo de plantas donde los factores ambientales están regulados, como los que se realizan en interior y en invernaderos, se aprovecha cómo las plantas entienden las diferentes longitudes de onda de la luz, es decir, los diferentes colores. Para ello se utilizan especialmente las luces LED azules y rojas, ya que nos ayudan a optimizar el crecimiento de las plantas, una de nuestras principales motivaciones. ¿Quieres entender cómo algo tan sencillo como "luces de colores" nos ayuda a controlar la fisiología vegetal? ¡Te lo cuento!

¿Cómo usan las plantas la luz?
La función más conocida de las plantas donde es necesaria la luz es la fotosíntesis. Aunque sin duda es la más importante, no es la única. Te cuento todas las funciones que requieren la luz:
- Fotosíntesis. Como decíamos, la fotosíntesis es la principal actividad que llevan a cabo las plantas y que les permite crear materia orgánica a partir de luz, CO₂ y agua. Esto es gracias a la clorofila y a otros pigmentos del cloroplasto que captan fotones y los transforman en energía química. El rango de absorción útil se denomina “rango fotóforo” y es, aproximadamente, de 400–700 nm. Lo más interesante de esto es que la luz azul (aproximadamente una longitud de onda de 450 nm) y la roja (aproximadamente 660 nm) cubren las zonas de mayor absorción de la clorofila a y b, por lo que proporcionan la máxima eficiencia fotosintética. La luz natural, cuando incide sobre nuestras plantas, no lo hace en una única longitud de onda, sino que contiene todas ellas.
- Fotomorfogénesis. La fotomorfogénesis son los cambios en el crecimiento y desarrollo de las plantas que están influenciados por la luz, pero que no son como tal producto de la fotosíntesis. Las plantas son capaces, a través de fotoreceptores especializados, de detectar la presencia, la proporción y la duración de distintas longitudes de onda y responder en función de esto.
- Actividades reguladas por los fitocromos. Los fitocromos son unas proteínas que encontramos en algunas células vegetales y que son sensibles a la luz roja y roja lejana (una longitud de onda de entre 660 y 730 nm). Entre sus funciones encontramos la regulación del cierre de entrenudos, la floración y la transición de germinación a plántula, todo en función de la luz que detectan.
- Actividades reguladas por los criptocromos. Absorben la longitud de onda entre 320 y 500 nm, lo que es la luz ultravioleta y el color azul. Entre sus funciones encontramos el control de la apertura estomática, la síntesis de antocianos y la orientación del crecimiento. Esto último es conocido como fototropismo, una función vegetal a la que le dedicamos un artículo en exclusiva si quieres entender mejor cómo funcionan las plantas de tu jardín.
- Fotoperiodo. El fotoperiodo es la cantidad de tiempo que una planta está expuesta a la luz. Esta proporción de luz diurna y nocturna determina, para muchas especies, el momento de la floración o de la formación de tubérculos. Debemos entender que, como la duración de los días cambia a lo largo del año, estas proporciones ayudan a la planta a entender en qué momento del año se encuentra y si es mejor invertir sus recursos en reproducirse o almacenarlos, entre otras muchas cosas.
Como has visto, la luz da mucha información a las plantas. De esta manera podemos tratar de jugar con este factor para alterar su comportamiento. Algo parecido es lo que hacemos con el clima en los invernaderos, ya que, manteniendo unas temperaturas controladas, logramos que nuestras plantas puedan producir durante todo el año, independientemente de la temporada. Algo parecido podemos hacer "jugando" con la luz roja y azul.

¿Para qué sirve la luz azul y la luz roja?
Luz azul
Como hemos comentado, la luz azul es aquella que tiene una longitud de onda de aproximadamente entre 400 y 500 nm. Afecta a nuestras plantas de diferentes maneras, donde destacan las siguientes:
- Control del tamaño y la forma. La luz azul promueve la producción de clorofila y moléculas de protección (antocianos), dando plantas más compactas y de hojas más gruesas.
- Apertura estomática. La luz azul activa los canales iónicos en las células oclusivas del estoma, favoreciendo el intercambio gaseoso y la transpiración, aunque también la pérdida de agua.
- Fototropismo. El tallo y las hojas se orientan hacia la fuente luminosa gracias a la detección de la luz azul. Esto permite optimizar la captura de fotones y que la planta crezca más vigorosamente.
Luz roja
La luz roja es aquella que tiene una longitud de onda de entre 620 y 700 nm. Ayuda a controlar las siguientes funciones vegetales:
- Regulación del alargamiento del tallo. La luz roja inhibe el crecimiento excesivo en longitud, contribuyendo a plantas más robustas.
- Floración y maduración. La luz roja controla el reloj interno y desencadena la floración en especies de día corto o día largo según sus necesidades. Puede utilizarse, por tanto, para incentivar la producción de frutos fuera de temporada.
¿Cómo podemos utilizar la luz azul y roja?
Estoy seguro de que después de ver para qué sirve la luz azul y roja te estarás preguntando cómo utilizarlas para tu beneficio. Te cuento lo más importante que debes saber:
- Ni solo luz roja ni solo luz azul. Es un error pensar que con que utilices una única longitud de onda es suficiente para que tu planta se desarrolle. Necesitas combinar varias longitudes de onda, aunque puedes incrementar la del color que prefieras en función de tus necesidades. Por ejemplo, para el cultivo vegetativo (cuando queremos que se desarrollen los tallos y hojas) podemos alumbrar nuestras plantas con un 20 o 30 % de luz roja y un 70 u 80 % de luz azul, de manera que incentivemos la formación de hojas densas y se potencie una resistencia inicial.
- Por otro lado, si nuestro objetivo es potenciar la floración y fructificación, podemos invertir estas proporciones, elevar al 60 u 80 % la luz roja y que el resto sea luz azul. Esto potencia la generación de flores, la fructificación y la acumulación de azúcares.

- Fotoperiodo. Aunque no tiene por qué aplicarse solo sobre la luz roja y azul, controlar la cantidad de luz que recibe nuestra planta también nos ayuda a controlar su actividad. Las plantas de día corto, como los crisantemos, requieren entre 8 y 12 horas de luz diurna para inducir su floración. Por otro lado, las plantas de día largo, como la albahaca y la espinaca, requieren algo más de luz, entre 14 y 18 horas.
- Sin embargo, existen plantas que son menos sensibles al fotoperiodo y se conocen como plantas neutras. Como no requieren una cantidad exacta de horas, se suelen cultivar con 16 o 18 horas de luz diaria para maximizar su producción, aunque no interfiramos tanto en su actividad.
- Relacionado con este punto encontramos los ciclos de luz y oscuridad, ya que aunque estemos cultivándolas dentro de un invernadero, nuestras plantas necesitan descansar durante 6 u 8 horas. Algunos sistemas avanzados utilizan pulsos de luz azul durante la noche para controlar los estomas sin desencadenar procesos de crecimiento. ¡El desarrollo de estas tecnologías es vertiginoso!
Como has visto, la luz esconde muchos más secretos de los que inicialmente podríamos sospechar. Jugar con las diferentes combinaciones de luz roja y azul nos ayuda a potenciar funciones clave en cada etapa. ¡Puede ser la clave del éxito en tus cultivos de invernadero!