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Plantación y trasplantes

Variedades del arce japonés


Algunos árboles son muy vigorosos o crecen demasiado para estar en macetas, pero la mayoría de los arces japoneses son de crecimiento lento y compactos por naturaleza, por lo que quedan preciosos en tiestos. Los arces japoneses comprenden un grupo de plantas aunque las más codiciadas son las Acer palmatum, que crean pequeños montecillos o cúpulas de arcos cubiertos de follaje.

Pese a que sin duda lo más valorado de los arces es su colorido otoñal, son llamativos todo el año. Cuando se quedan sin hojas, compone curiosas formas arquitectónicas en una galería de invierno y algunos tienen también coloridos tallos. El follaje primaveral suele ser brillante y cambia de color con la maduración de las hojas en verano.

Los arces destacan igual como protagonistas del césped o adosados a una librería. Su origen asiático hace que les favorezca la compañía de bambúes, hierbas orientales, guijarros y ornamentos japoneses en una composición de jardín o patio de inspiración zen.

Prevención de la caída prematura

A pesar de que los arces son muy resistentes, su follaje es vulnerable a las heladas, el viento y al sol fuerte. Cualquiera de estas condiciones climáticas hace que las hojas se quemen, se sequen o se marchiten. Para evitarlo, no coloques las macetas en zonas expuestas a las heladas, a las corrientes de aire o en zonas orientadas al sur. Póngalos en un rincón protegido y en semisombra.

Un arce saludable

Los arces japoneses requieren muy poca poda. En primavera eliminar la capa superior del sustrato y sustituirla con un compuesto fresco y fertilizante granulado de liberación lenta. Añadir mantillo para retener la humedad y mantener bien regado. En invierno, envuelve la maceta con plástico de burbujas.

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