Reutilizar tierra de macetas puede ser un error si no haces esto

¿Estás pensando en reutilizar la tierra de macetas anteriores? Puede parecer una solución práctica y económica, pero cuidado: si no lo haces correctamente, puede afectar al crecimiento de tus plantas. ¡Te lo contamos!
Reutilizar la tierra de macetas anteriores puede parecer una buena idea; sin embargo, no se debe usar tal cual se extrae de una maceta.
¿Por qué no se puede usar la tierra vieja tal cual?
La tierra que ya ha sido utilizada en una maceta pierde gran parte de los nutrientes esenciales que las plantas necesitan para crecer sanas y fuertes. Esto ocurre porque los cultivos anteriores han absorbido esos nutrientes.
Aunque el sustrato conserve una textura adecuada o se vea visualmente aceptable, su valor nutritivo es muy reducido. Plantar en este tipo de tierra sin enriquecerla puede traducirse en un crecimiento deficiente, hojas amarillentas y plantas más vulnerables a plagas o enfermedades.
Entonces, ¿cómo reutilizar la tierra usada?
Aunque haya perdido nutrientes, es posible recuperarla siguiendo unos sencillos pasos. La jardinera Brigitte Goss, colaboradora del medio alemán MDR, propone un proceso en dos fases que permite eliminar impurezas y devolverle los nutrientes necesarios.
1.Colar la tierra
Antes de reutilizar la tierra, es recomendable pasarla por un colador para eliminar las raíces, piedras o restos que se encuentren en el sustrato. Además, el tamizado airea la tierra, mejora su textura y evita la compactación, lo que favorece una buena circulación del agua y del oxígeno.
Goss destaca que este paso no solo mejora la estructura física del sustrato, sino que también es útil para prevenir la transmisión de enfermedades o plagas que podrían haberse alojado en la tierra durante el cultivo anterior.
2. Mezclar la tierra con sustrato fresco
Una vez tamizada, la tierra debe mezclarse con sustrato nuevo. Lo ideal es que al menos un tercio de la mezcla esté compuesto por tierra nueva, ya que esta aportará los nutrientes básicos que la usada ha perdido.
También es recomendable enriquecer la mezcla con materia orgánica, como compost casero. Estos componentes naturales no solo aportan nutrientes esenciales, sino que también ayudan a mejorar la retención de agua y la aireación del sustrato.

¿Y qué pasa con la tierra del año anterior sin abrir?
En muchos casos, quedan sacos de sustrato abiertos del año anterior, o incluso sin abrir. Aunque pueda parecer que están en perfecto estado, no se recomienda utilizarlos directamente.
Con el paso del tiempo, los nutrientes del sustrato pueden haberse degradado o haberse concentrado de forma desigual, lo que afecta al equilibrio del suelo.
La recomendación de Brigitte Goss en estos casos es mezclar esa tierra vieja embolsada con sustrato fresco o con tierra reutilizada que haya sido previamente cribada y enriquecida, como se ha explicado antes.
¿Qué hacer si el sustrato tiene plagas?
Si alguna de tus plantas ha sufrido plagas o enfermedades, lo más recomendable es desechar la tierra afectada, sobre todo si se trata de grandes cantidades. Sin embargo, si el volumen es reducido, existe una alternativa para recuperarla: la esterilización mediante calor.
El ataque de plagas es uno de los problemas más delicados, pero tiene solución. Existen métodos eficaces para eliminar larvas, huevos de insectos, plagas de hongos y bacterias patógenas, y todos ellos implican la aplicación de calor.
Esterilizar sustrato en el horno (para pequeñas cantidades)
Coloca el sustrato ligeramente humedecido en una bandeja, con una profundidad máxima de 10 cm. La humedad es clave, ya que el vapor generado durante el proceso ayuda a desinfectar la tierra.
Lleva la bandeja al horno a 140 °C durante unos 30 minutos. Al terminar, tendrás un sustrato esterilizado y listo para ser reutilizado con mayor seguridad.
Solarización (ideal para jardineras grandes o mesas de cultivo)
Si necesitas tratar grandes volúmenes de tierra, puedes optar por la solarización. Consiste en cubrir el sustrato con un plástico oscuro y dejarlo al sol durante varios días.
El calor acumulado bajo el plástico puede elevar la temperatura del suelo lo suficiente como para eliminar plagas y patógenos. Al igual que en el horno, es importante humedecer previamente la tierra para facilitar una buena esterilización.