¿Qué siente realmente un gato cuando lo bañas? No es lo que crees

La relación entre los gatos y el agua siempre ha sido un tanto... ¿Complicada? Se puede denominar así, sí. Pero ahora una veterinaria ha revelado cómo se sienten los gatos cuando los bañas. No siempre es una buena idea hacerlo y además, puede afectar a su comportamiento. ¿Lo sabías? Vamos a intentar ahondar en el tema. Presta atención a lo que te voy a contar.
¿Bañar a un gato? Puede parecer inocente, pero no siempre lo es
Cualquier persona que conviva con un gato sabe que la higiene no es precisamente un problema. ¿El motivo? Los felinos pasan una gran parte del tiempo acicalándose. De hecho, se piensa que dedican entre el 30-50% de su tiempo diario a limpiarse.
Entonces, ¿por qué en ocasiones sentimos la necesidad imperiosa de meterlos a la bañera? Pero no queda aquí la cosa, porque la pregunta no es solo si hay que bañarlos, sino qué sienten al hacerlo. Y es, en este preciso momento, cuando empieza lo interesante (o preocupante). ¿Has visto las caras que ponen los gatos cuando les bañan? Todo un poema.

La experta lo deja claro: no siempre es necesario
La veterinaria Alison Diesel, de la Facultad de Medicina Veterinaria de Texas A&M, lo tiene claro: En la mayoría de los casos, bañar a los gatos no es necesario.
¿Por qué? Porque su sistema de limpieza natural suele ser más que suficiente. Su lengua actúa como una especie de cepillo áspero, capaza de arrastrar la suciedad, el pelo muerto y hasta parásitos.
Y es que, a diferencia de los perros, los gatos no demandan baños regulares, salvo en casos estrictamente puntuales.
Entonces, ¿cuándo sí hay que bañarlos?
Lo cierto es que hay situaciones específicas donde el baño es del todo inevitable:
- Afecciones de la piel: Ciertos tratamientos requieren baños con champú especial.
- Obesidad o movilidad reducida: Cuando el gato no puede acicalarse bien solo.
- Contaminación externa: En el caso de que se haya manchado con algo tóxico o pegajoso.
En estas situaciones, el baño pasa de capricho a necesidad. Pero incluso entonces, hay que realizarlo con especial cuidado.
¿Y qué sienten los gatos durante el baño?
Continuamos con lo que puede ser, la parte menos bonita de la historia. La mayoría de los gatos (por no decir todos) no disfrutan para nada del contacto con el agua.
Y no, no es simplemente que no les guste mojarse. El problema es más profundo:
- El agua altera la textura de su pelaje, haciéndolo más pesado y frío.
- En cierto modo, se sienten vulnerables: pierden parte de su sensación de control.
- El baño puede generarles miedo, estrés e incluso agresividad.
¿El resultado? Un momento que, si bien parece una simple rutina higiénica, para tu minino puede ser una experiencia traumática.
Riesgos de forzar el baño: más allá del susto
En opinión de Diesel, forzar el baño en gatos adultos que no están acostumbrados puede conllevar consecuencias más serias:
- Pérdida de confianza hacia el ser humano.
- Cambios en el comportamiento (evitar el contacto, esconderse, volverse agresivos).
- Miedo al entorno o ansiedad crónica.
En otras palabras: se podría romper el estrecho vínculo que existe entre tu gato y tú.
Pero... ¿y si está acostumbrado?
Vale, no todos los gatos odian el agua. Pero son pocos, eso sí. Aquellos felinos que han sido socializados desde pequeños pueden aceptar el tiempo de baño como parte de su rutina. En estos casos, el momento baño es tranquilo o incluso, agradable. Porque los gatos y el agua pueden ser compatibles. Aunque no lo creas...
¿Y si lo bañas demasiado seguido?
Mal, no está para nada recomendado. Porque bañar a tu gato con frecuencia puede provocar:
- Desequilibrios en pH cutáneo.
- Pérdida de los aceites naturales de su piel .
- Estrés y conductas no deseadas.
- Riesgo de lesiones o infecciones.
- Eliminación de sus olores naturales, aquellos que forman parte de su identidad.
Dicho de otra manera: lo que en un principio podría parecer un tema de higiene, se convierte en un auténtico problema de salud.

En conclusión, cuando tu gato se está acicalando, es mejor que le dejes en paz. Es un momento importante para él, ya que no solo se limpia, sino que también se relaja y reduce su ansiedad.
Y recuerda que bañar a un gato no es un acto inocente, puesto que para muchos es un auténtico instante de angustia. Y además, en la mayoría de los casos, no es ni siquiera necesario.