¿A qué saben las bolitas del bubble tea y por qué se ha vuelto tan viral?
Bebida tendencia
De Taiwán al mundo: esta bebida con bolitas masticables ha conquistado redes sociales, locales de moda y paladares curiosos

Yo también me lo pregunté al verlo por primera vez: ¿qué es esta bebida con pajita gigante y bolitas en el fondo? Se llama bubble tea y, aunque lleva tiempo en España, aún hay muchos que lo están descubriendo.
Un invento taiwanés que cruzó fronteras
El bubble tea, también conocido como boba tea, nació en Taiwán en los años 80. En un principio era una mezcla sencilla de té con leche, hielo y jarabe, pero todo cambió cuando empezaron a añadirse bolitas de tapioca cocidas, que le dieron personalidad propia.
Estas perlas blanditas y masticables no solo cambiaron la experiencia al beber, también aportaron un toque lúdico y visual que enseguida se volvió irresistible. En pocos años, el bubble tea saltó a Japón, Corea y Estados Unidos, y hoy está presente en ciudades de todo el mundo.

Qué es exactamente el bubble tea
El bubble tea es una bebida fría o caliente que combina varios elementos:
- Una base líquida: té negro, verde, blanco, rooibos, infusión de frutas o café.
- Leche (animal o vegetal): para darle cremosidad.
- Sirope o azúcar: según el nivel de dulzor deseado.
- Hielo: si se sirve frío.
- Perlas de tapioca cocidas: que se asientan en el fondo del vaso.
- Toppings opcionales: gelatinas, popping boba (bolitas que explotan), nata montada, frutas.
Se sirve en un vaso transparente y se toma con una pajita ancha, diseñada específicamente para poder absorber las bolitas.

¿A qué saben las bolitas del bubble tea?
A muy poco, y eso es lo que las hace tan especiales. Están hechas de tapioca cocida, un almidón vegetal que también se usa en sopas, postres y panes sin gluten. Aquí te contamos qué es la tapioca, cómo se cocina y por qué está de moda.
Las perlas de tapioca son neutras y ligeramente dulces si están cocidas con azúcar o sirope, pero su valor está en la textura: suaves por fuera, masticables por dentro. Lo curioso es que se pueden aromatizar con azúcar moreno, té o incluso frutas.
Beber un bubble tea es una experiencia multisensorial: primero sientes el líquido frío, luego aparecen las bolitas, y mientras bebes también masticas. Esa combinación inesperada es la clave de su éxito.
Una bebida que arrasa en redes sociales
Si por algo el bubble tea se ha vuelto viral, es por su estética. Las combinaciones de colores, los toppings brillantes, las capas que se mezclan al remover, el sonido de las bolitas chocando con la pajita.
Todo eso lo convierte en un contenido perfecto para:
- TikTok e Instagram Reels, donde abundan vídeos de preparación o pruebas de sabores nuevos.
- YouTube Shorts, con challenges como 'mi primer boba'.
- Pinterest, lleno de recetas caseras y presentaciones creativas.
Además, muchas marcas de bubble tea han convertido sus locales en espacios instagrameables, con neones, fondos coloridos y packaging fotogénico. Beber bubble tea es casi un ritual y una foto asegurada.
El bubble tea se suma así a otras bebidas asiáticas que triunfan por su sabor y estética, como el popular té matcha.

Dónde probar bubble tea en España
En los últimos años han abierto numerosos locales especializados en bubble tea en ciudades como:
- Madrid: puedes encontrar franquicias como ZenZoo Tea, T4 & Run Run Chicken Spain, Té Kurotaki, y tiendas independientes en Malasaña, Chueca o Lavapiés.
- Barcelona: El Born, Gràcia o el Eixample están llenos de pequeños cafés taiwaneses y asiáticos con bubble tea artesano.
- Bilbao: cada vez hay más locales que lo ofrecen, como Sushi House & Taiwán Bubble Tea, y algunas cafeterías modernas lo han incorporado a su carta.
- Valencia, Sevilla o Málaga también tienen opciones en auge.
En algunos casos incluso puedes personalizar la bebida: eliges el tipo de té, la leche, el nivel de azúcar, el tipo de perla ¡y te lo preparan al momento!
¿Y si lo quieres hacer en casa?
¡También puedes! No necesitas una máquina ni ingredientes raros. Con un poco de práctica, preparar bubble tea casero es más fácil de lo que parece.
¿Qué necesitas?
- Perlas de tapioca: se compran en tiendas asiáticas u online. Pueden usarse al natural, que son blancas o traslúcidas una vez cocidas, o bien teñidas con azúcar moreno, melaza o caramelo, que es como se presentan normalmente en los locales de bubble tea. Las oscuras tienen un sabor ligeramente más dulce y tostado, mientras que las claras absorben mejor el sabor del líquido en el que se cuecen.
- Té al gusto: negro, verde, jazmín, matcha, o incluso rooibos si lo prefieres sin teína.
- Leche o bebida vegetal: avena, soja, almendra o coco, puedes elegir la que más te guste.
- Azúcar, sirope o panela: ajusta la cantidad según tu preferencia de dulzor.
- Hielo: si quieres la versión fría.
- Una pajita gruesa: imprescindible para poder aspirar las perlas. Se venden online o en tiendas de repostería.

¿Cómo se hace?
- Cuece las perlas de tapioca. Hierve abundante agua y añade las perlas. Cocina durante 20-30 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se peguen. Luego apaga el fuego y deja reposar otros 15 minutos. Cuando estén blandas y brillantes, escúrrelas y enjuágalas con agua fría. Puedes dejarlas tal cual o marinarlas unos minutos con azúcar o sirope.
- Prepara el té. Haz una infusión concentrada de tu té favorito y deja enfriar. Si lo prefieres caliente, también puedes tomar el bubble tea templado o a temperatura ambiente.
- Endulza al gusto y añade leche. Cuando el té esté frío, mezcla con leche o bebida vegetal. Añade azúcar, sirope o panela hasta encontrar el punto de dulzor que te guste.
- Monta tu bubble tea. Coloca las perlas cocidas en el fondo de un vaso grande, añade hielo si quieres que esté bien frío, y vierte la mezcla de té con leche encima. Remueve con una cuchara y ¡listo!
- No olvides la pajita. Las perlas tienen el tamaño perfecto para una pajita ancha. Si no tienes una, puedes servirlo con cuchara o beber el líquido por un lado y las bolitas con cuchara por otro (aunque no es lo mismo).
Variantes curiosas (más allá del té)
Con el tiempo, el bubble tea ha evolucionado mucho más allá del té. Hoy puedes encontrar versiones con café en lugar de infusión, opciones frutales sin teína, combinaciones veganas sin gelatina animal, e incluso las populares popping boba, bolitas que explotan en la boca y liberan sabores como mango o fresa.
También hay sabores que sorprenden, como lavanda, taro, cheesecake, té rojo o jengibre. Algunas versiones se sirven calientes, otras son totalmente transparentes, y muchas se adaptan a quienes buscan opciones sin azúcar o con ingredientes ecológicos. En resumen: hay un bubble tea para cada gusto, y cada vez más razones para probarlo.
A mí ya me ha conquistado. Y tú, ¿te atreves a descubrirlo?