El humilde plato que representa a Canadá (y que seguro no imaginas)

cultura gastronómica

Una modesta elaboración convertida en icono nacional

El modesto plato que representa la gastronomía de Canadá
El modesto plato que representa la gastronomía de Canadá

Canadá/Canadá es un país conocido por sus paisajes impresionantes, su multiculturalidad y su estilo de vida relajado. Lo que igual no sabes es que su plato más representativo es una sencilla elaboración muy similar a las que puedes comer en España cuando disfrutas de comida rápida.

La gastronomía canadiense es un reflejo de la diversidad cultural y geográfica del país, combinando tradiciones indígenas, francesas, británicas y de numerosas comunidades migrantes, en especial, asiáticas.

Pero si hay un plato que representa su identidad culinaria es la humilde poutine. Este sencillo plato se ha convertido en todo un símbolo nacional.

Un plato humilde convertido en símbolo nacional

Lo que empezó como comida rápida para camioneros y clientes de diners rurales hoy es un plato emblemático de todo Canadá.

La poutine es un plato tradicional canadiense compuesto de patatas fritas crujientes, cheese curds (granos de queso fresco) y salsa gravy caliente.

No solo se sirve en pequeños locales o food trucks, sino que también aparece en menús de restaurantes de alta cocina. Chefs canadienses de renombre han reinventado la poutine con foie gras, setas silvestres o incluso mariscos.

En cadenas de comida rápida como McDonald's Canadá, encontrarás su versión adaptada, mientras que en festivales de comida callejera se celebran competiciones para ver quién sirve la poutine más creativa.

En eventos deportivos, festivales de música y celebraciones nacionales, la poutine es una constante.

La receta tradicional

La receta tradicional de la poutine es muy sencilla. Aunque es un plato sencillo, su sabor característico proviene de la combinación de texturas y temperaturas: las patatas fritas bien doradas sirven de base y los granos de queso fresco se derriten ligeramente con el calor de la salsa, creando un efecto cremoso y pegajoso que acaba siendo delicioso.

La salsa gravy, elaborada a partir de caldo de carne o pollo espesado con harina, añade un sabor salado y profundo que unifica todos los ingredientes.

Las patatas fritas tienen que ser gruesas, estar bien doradas y crujientes por fuera, pero suaves por dentro.

Los cheese curds o pequeños trozos de queso fresco (generalmente de cheddar) tienen que tener una textura que chirría al morder.

A esta mezcla, se le añade salsa gravy, un caldo espeso de carne o pollo, servido caliente.

El truco de este sencillo plato está en la temperatura: la salsa gravy debe estar muy caliente para fundir parcialmente el queso, creando una textura cremosa sin derretirlo del todo.

La poutine se come en multitud de puestos de comida callejera
La poutine se come en multitud de puestos de comida callejera

Originaria de Quebec

Incluso es objeto de debate político ocasional, ya que Quebec la considera un emblema de su cultura francófona, pero todo el país la abraza como plato nacional.

Aunque no está muy claro su nacimiento exacto, sí se sabe que la poutine cre creó en la provincia francófona de Quebec en los años 50.

Varias localidades de Quebec reclaman su invención, pero la historia más popular cuenta que un cliente pidió que le mezclaran patatas fritas con cheese curds (granos de queso fresco). El vendedor, sorprendido, dijo: ‘Ça va faire une maudite poutine!’ (¡Va a ser un maldito desastre!).

Pronto se le agregó la salsa gravy caliente, se dice que para mantener las patatas fritas calientes, lo que además, hacía que el queso se derritiera ligeramente, creando esa mezcla irresistible que se ha convertido en un clásico.

En su origen, la poutine era un plato rural, vendido en comedores modestos y diners de carretera. Sin embargo, su sabor contundente y su sencillez la convirtieron en un éxito popular que trascendió clases sociales y fronteras provinciales.

Variantes creativas de la poutine

La poutine ha dado lugar a docenas de variantes regionales y gourmet. Algunas de las más conocidas son:

  • Poutine italienne: con salsa boloñesa en lugar de gravy.
  • Poutine au foie gras: con hígado graso de pato, popularizada por el chef Martin Picard.
  • Veggie poutine: con salsa gravy de champiñones o vegetales.

Dónde comer las mejores poutines

Montreal es el epicentro de la poutine gourmet, con restaurantes como La Banquise, que ofrece más de 30 versiones diferentes. Este local se ha convertido en un emblema de la ciudad y un lugar imperdible para los turistas que la visitan.

Y a lo largo del año, se celebra el Poutine Feast en diferentes localizaciones de Canadá, para disfrutar de la poutine.

Durante varios días, chefs locales, food trucks y restaurantes presentan sus versiones más innovadoras de la poutine, desde las tradicionales con gravy clásico hasta interpretaciones modernas con ingredientes como foie gras, carnes ahumadas, mariscos o salsas veganas.

El festival no solo ofrece una oportunidad para degustar decenas de variantes, sino que también se convierte en un punto de encuentro cultural, con música en vivo, actividades para familias y un ambiente festivo para celebrar el plato más representativo de la gastronomía canadiense.

Otros platos típicos de Canadá

Aunque la poutine es la estrella indiscutible, la gastronomía canadiense es rica y diversa. Aquí tienes otros platos que vale la pena conocer:

  • Tourtière: un pastel de carne, clásico en Navidad en Quebec.
  • Butter tarts: pequeñas tartaletas dulces rellenas de mantequilla y azúcar.
  • Peameal bacon: conocido como Canadian bacon, consiste en lomo de cerdo curado y rebozado en harina de maíz.
  • Nanaimo bars: postre de tres capas sin hornear, con base de galleta y chocolate.
  • Bannock: pan indígena tradicional, frito o horneado.
  • Salmón del Pacífico: muy apreciado en la costa oeste, preparado ahumado o a la parrilla.
  • Sirope de arce: más que un ingrediente, un símbolo nacional presente en innumerables recetas dulces y saladas.
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