Los soufflecitos de Isabel Preysler: el canapé más elegante (y fácil) que puedes preparar en casa
aperitivos con glamour
El restaurante madrileño de moda, Casa Salesas, vinculado a Iñigo Onieva y Tamara Falcó, ya lo tiene en su carta

Ni caviar ni volovanes. El canapé más deseado de la temporada tiene nombre propio y mucha historia detrás: los 'soufflecitos' de Isabel Preysler. Una receta con aire francés, base de pan de molde y corazón de queso gouda, que ha pasado de los salones privados de la socialité a las mesas más trendy de Madrid.
Ahora, además de prepararlo en casa en menos de media hora, también se puede probar en Casa Salesas, el restaurante de moda en el barrio de Justicia, donde Iñigo Onieva decidió incluirlo en la carta como un guiño íntimo a su familia política.
El canapé de marquesa que triunfa por su sencillez
La receta está recogida en 'Las recetas de casa de mi madre', el libro de Tamara Falcó en el que recupera los platos más repetidos en casa de Isabel Preysler. Entre ellos, estos pequeños soufflés de queso, que destacan por su facilidad, su presentación sofisticada y ese aire clásico que nunca falla.
Aunque tienen aspecto de suflé, no llevan bechamel ni harina, como ocurre en la versión francesa. En su lugar, se utiliza una mezcla ligera de yemas batidas con mantequilla, claras montadas a punto de nieve y una buena cantidad de queso gouda rallado.
La base es una rebanada redonda de pan de molde sin corteza, que actúa como soporte. Se hornean en moldes individuales a alta temperatura (240 °C) y, tras cinco o seis minutos, están listos para reposar y desmoldar.
Un bocado con historia (y con apellido ilustre)
Fue en una comida familiar cuando Iñigo Onieva probó por primera vez los 'soufflecitos' de Isabel Preysler. El empresario quiso rendir homenaje a ese momento personal incorporándolos en la carta de su restaurante, Casa Salesas, como entrante. 'Quería hacer un guiño a esa sensación de recibir en casa', explicó en una entrevista con Vanity Fair.
Desde entonces, el plato ha ganado protagonismo. Se ha convertido en una de las propuestas más solicitadas del local, especialmente durante el brunch del fin de semana, donde compite con opciones más internacionales como los huevos benedict y los pancakes.

¿Por qué gustan tanto estos mini soufflés?
La clave está en su equilibrio: son fáciles, rápidos y resultones. La receta se prepara en apenas 20 minutos y no requiere técnicas complicadas ni ingredientes rebuscados. Pero el resultado es de diez: un bocado esponjoso, dorado por fuera, suave por dentro y con un sabor reconocible que gusta a casi todo el mundo.
Además, tienen ese aire festivo y atemporal que los hace ideales tanto para cenas formales como para comidas familiares o brunchs de fin de semana. Funcionan igual de bien como aperitivo que como primer plato.
Y, por supuesto, no podemos ignorar el factor celebrity: todo lo que rodea a Isabel Preysler, Tamara Falcó e Iñigo Onieva despierta curiosidad. Estos 'soufflecitos' combinan tradición familiar, elegancia y una historia detrás. Y eso, en gastronomía, vale mucho.
¿Una nueva tendencia en la gastronomía?
Incorporar recetas familiares a cartas de restaurantes contemporáneos no es nuevo, pero cada vez es más habitual. En plena era de la experiencia gourmet, los platos con historia personal y conexión emocional están en auge.
Los 'soufflecitos' de Isabel Preysler son un buen ejemplo de ello. No solo reflejan el buen gusto y la tradición culinaria de una de las familias más conocidas de España, sino que representan una nueva forma de lujo: el lujo de lo auténtico, de lo heredado, de lo que emociona sin artificios.