Cómo quitar la acidez del tomate frito con ingredientes naturales

Con pasta, arroz, carne, pescado... la salsa de tomate es una de las recetas más populares de la dieta mediterránea para acompañar estos platos.
Prácticamente presente en cualquier supermercado listo para usar sin mayores elaboraciones, vamos a repasar cuáles pueden ser sus inconvenientes y porqué resulta una elaboración especialmente interesante para hacer en casa.
La acidez del tomate suele ser contrarrestado con azúcar, no obstante, no es la manera más saludable con la que podemos dar. Existen otras opciones que cumplen el mismo papel y resultan más naturales. ¡Vamos a ver qué ingredientes van a hacer que nuestra salsa de tomate no resulte ácida!
El tomate es una fuente muy interesante de vitaminas y minerales para incluir en nuestra dieta diaria. Desde ensaladas y guarniciones frescas, a el clásico tomate triturado o salsa de tomate que dan sabor a la pasta, arroces e, incluso, carnes, como en la receta de albóndigas con tomate.
Hacerlo en casa resulta una clara ventaja cara a conocer todos los ingredientes que lo componen y en qué cantidades. Así como evitar también los aditivos y conservantes que suelen incluir las salsas comerciales.
El tomate contiene diversos ácidos orgánicos de manera natural, siendo el ácido cítrico el más presente y el que aporta ese sabor ácido que normalmente, al cocinarlo, se contrarresta añadiendo azúcar. ¡Pero existen otras opciones más saludables que no eclipsen los beneficios del tomate!
¿Cuánto azúcar tiene el tomate triturado comercial?
Antes de conocer la cantidad media de azúcar que contiene este producto, ¿sabéis qué cantidad de azúcar máxima diaria está recomendada consumir?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar los 25 gramos de azúcar al día y desde la misma organización recalcan y recuerdan que gran parte de los azúcares que consumimos de forma diaria lo hacemos de manera indirecta. Es decir, forman parte y están escondidos en alimentos procesados que generalmente no se consideran dulces. Entre ellos encontramos la salsa de tomate o el tomate frito.
En un artículo muy interesante de la página sinazucar.org hacen una comparativa de algunos de estos productos junto con su cantidad de azúcar en terrones. Una manera más que efectiva para concienciarnos sobre los que esconden algunos alimentos. Vistas las imágenes, ya os decimos que impacta descubrir las cantidades desmedidas de azúcar que consumimos sin darnos prácticamente cuenta.
Es así como puntualizan que un brick pequeño de alrededor de 210 ml de tomate frito contiene de media unos 16 gramos de azúcar, lo que se traduce ¡en cuatro terrones de azúcar! Que es lo mismo, esperaos para alucinar, ¡que la cantidad que contiene un donut!

¿Cómo quitar la acidez del tomate sin azúcar?
Vista la cantidad de azúcar de los tomates fritos de bote, el hacerlo en casa gana mayor interés. Atentas a estos trucos, ¡seguro que alguno os sorprende y os sirve para no utilizar azúcar en el tomate frito casero!
Zanahoria
La zanahoria se caracteriza por un sabor dulce natural y es esto, precisamente, lo que ayuda a contrarrestar y equilibrar la acidez en la salsa de tomate.
Si no os gusta notar su textura en la salsa, lo mejor es que la piquéis muy finito o la ralléis antes de agregarla. Y si queréis que resulte más inadvertida todavía, ¡triturad la salsa una vez hecha!
Al hacerlo, notaréis que el color cambia ligeramente para adoptar un color más anaranjado que rojizo, pero sabed que esto no se debe a la zanahoria, sino que es provocado por el aire que introducimos en la mezcla al batirla.
Esta es una de nuestras alternativas favoritas y de las que más os recomendamos, ya que, además de ayudarnos con la acidez, también aportará a la receta fibra, vitaminas y minerales muy interesantes. Se trata, de hecho, de una de las maneras más sanas y deliciosas para mejorar el sabor de nuestra salsa de tomate.

Sofrito de cebolla
Con un matiz de sabor más notable todavía y que a muchas nos encanta, ¡la cebolla! Al cocinarla lentamente, provocamos que la cebolla desprenda sus propios azúcares naturales y aporte así el sabor dulce que contrarresta el ácido del tomate.
Solo tendréis que pocharla a fuego lento con un poco de aceite de oliva y, con paciencia, esperar a que se dore ligeramente y esté debidamente tierna para que no se note posteriormente en la salsa. Si queréis que quede más dulce todavía, con un poco más de tiempo al fuego podéis caramelizarla (sin utilizar azúcar) y agregarla así al tomate. Bruno Oteiza nos enseña cómo hacer cebolla caramelizada sin azúcar ¡con un toque de jengibre (aunque este es opcional)!
Como en el caso anterior de la zanahoria, si no os gusta su textura en la salsa, una vez hecha, trituradla bien hasta que no se note ¡y listo! ;)
Tomates maduros
Otra opción es utilizar los tomates muy maduros. Ésta la podéis combinar con otra de las alternativas como la zanahoria o la cebolla, pero tan sólo con utilizar los tomates maduros para nuestra salsa, ya comprobaremos que resulta menos ácida.
A medida que los tomates maduran, sus niveles de ácido cítrico van disminuyendo y los del azúcar crecen como en cualquier otra fruta. De este modo es que los tomates maduros resultan menos ácidos de manera natural.
Otro truco en cuanto a los tomates es pelarlos y retirar todas las pepitas antes de cocinarlos para hacer la salsa. Puede llevar un poco más de tiempo, pero quitar todas las pepitas hará que tanto el sabor como la textura mejoren. ¡Pueden resultar amargas!

Leche o nata ligera
Los productos alcalinos resultan ideales para contrarrestar la acidez del tomate. Una pequeña cantidad de leche o nata ligera (menor al 30% MG), gracias a su contenido de ácido alcalino, son otra opción igualmente eficaz para compensar la acidez.
Como el sabor de la salsa, así como la textura, puede ser alterado, lo mejor para no pasarnos es agregar unas dos primeras cucharadas de leche o nata e ir probando hasta dar con el punto perfecto. La textura puede quedar algo más cremosa, lo que puede dar un toque muy interesante si vamos a preparar la salsa de tomate para acompañar algún plato de pasta.
Bicarbonato de sodio
Una de las maneras más sencillas y tal vez populares para sustituir el azúcar es utilizar bicarbonato de sodio. Éste contiene pH alcalino, el que es capaz de neutralizar el pH ácido que contienen los tomates.
En caso de utilizar el bicarbonato para hacer la salsa de tomate, tened en cuenta que puede alterar el sabor de ésta al utilizarlo. Lo más recomendable es añadirlo muy poco a poco e ir probando antes de agregar más hasta dar con el punto.
Aun siendo una opción igual de válida, os recomendamos probar antes con el resto de opciones que resultan más saludables a la vez que aportan valores nutricionales más interesantes a la receta.