Perfectas para compartir
Chuletillas de cordero a la Villeroy por Karlos Arguiñano
Una receta diferente con la que triunfarás seguro.
Las chuletillas de cordero son siempre una delicia pero si además las envolvemos en una suave bechamel, las rebozamos y las freímos se convierten en un capricho irresistible. Perfectas para servir en cualquier ocasión especial como entrante para compartir o como plato principal acompañadas de ensalada.
Índice de contenidos
Ingredientes
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20 chuletillas de cordero
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1/2 litro de leche
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40 gramos de harina
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2 cogollos de Tudela
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25 gramos de mantequilla
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aceite de oliva virgen extra
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vinagre
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sal
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perejil
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huevo (para rebozar)
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harina (para rebozar)
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pan rallado (para rebozar)
Raciones
4
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
30 m
Cocinado
40 m
Tiempo total
1 h 10 m
Alérgenos
Leche
Gluten
Huevos
Paso a paso
Limpia las chuletillas retirándoles la carne que tengan pegada al hueso.
Unta una bandeja de horno con un poco de mantequilla, sazona las chuletillas y extiéndelas en la bandeja. Hornéalas a 200º durante 5 minutos. Retíralas y deja que se enfríen.
Para preparar la bechamel, pon a calentar un chorrito de aceite en una cazuela. Agrega la harina y rehógala un poco. Añade la leche poco a poco sin dejar de remover. Sazona y cocina la bechamel durante 6-8 minutos. Agrega un poco de perejil picado y mezcla bien.
Introduce las chuletillas (agarrándolas por el hueso) en la bechamel hasta que queden bien impregnadas. Colócalas sobre una fuente (untada con mantequilla) y deja que se enfríen.
Pásalas por harina, huevo batido y pan rallado, y fríelas en una sartén con aceite caliente. Escúrrelas sobre un plato cubierto con papel absorbente de cocina.
Deshoja los cogollos y córtalos en juliana fina. Alíñalos con aceite, vinagre y sal. Sirve en cada plato 5 chuletitas y un poco de ensalada. Decora los platos con unas hojas de perejil.
Historia de la salsa villeroy
La salsa Villeroy tiene su origen en la cocina francesa del siglo XVIII y debe su nombre al marqués de Villeroy. Aunque no se sabe con certeza si él la inventó, su nombre quedó asociado a esta preparación que combina una bechamel espesa enriquecida con yema de huevo y, a veces, queso. Su textura cremosa y su sabor delicado la convirtieron en una de las salsas más elegantes de la alta cocina francesa.
Tradicionalmente, la salsa Villeroy se utiliza para carnes blancas, aves o verduras antes de empanarlas y freírlas, creando una cobertura suave por dentro y crujiente por fuera. Con el tiempo, la salsa se difundió por Europa y América Latina, manteniendo su fama como símbolo de la cocina francesa más sofisticada.
Consejos y trucos
Podéis utilizar aceite en vez de mantequilla (tanto para untar la bandeja del horno como para untar la fuente), pero la mantequilla le dará un toque francés muy diferente.