¿A débito o a crédito? Esa es la pregunta que se hacen muchos españoles cada vez que tienen que pagar una compra y abren su cartera en busca de una tarjeta.
¿Con cuál es mejor pagar las compras? Lo cierto es que tanto las tarjetas de débito como las de crédito son útiles para el día a día, siempre y cuando conozcamos sus particularidades y sus riesgos, explican los expertos del comparador financiero HelpMyCash.com.
¿Cuál es la diferencia entre las tarjetas de crédito y de débito?
Las tarjetas de débito están conectadas a una cuenta corriente y solo permiten gastar el dinero que tiene el titular en su cuenta. Una vez el saldo de la cuenta llegue a cero, no se podrá seguir pagando con el plástico. Son las tarjetas más populares en España; hay alrededor de 49 millones en circulación, según el Banco de España.
Las de crédito, en cambio, no están vinculadas al dinero que posee el cliente, sino a una línea de crédito. Cada vez que el titular de la tarjeta paga una compra con ella o saca dinero, el saldo dispuesto se descuenta de la línea de crédito, mientras que el de la cuenta sigue intacto. Pero ese dinero que se va usando cada vez que se pasa la tarjeta por un TPV pertenece al banco y, lógicamente, se tendrá que devolver posteriormente. Es decir, cuando se usa una tarjeta de crédito, se adquiere una deuda, ya que se dispone de un dinero que es del banco.
El saldo dispuesto durante cada período, por ejemplo del día 20 de un mes al día 19 del siguiente, puede devolverse a fin de mes o a principios del siguiente todo de golpe, sin intereses. O bien puede abonarse en cuotas mensuales, pagando un porcentaje del capital pendiente o una cuota fija, aclaran los expertos de HelpMyCash. En estos casos, se tendrán que abonar intereses que, de media, suelen ser del 18%.
Las tarjetas de débito son muy sencillas de conseguir y ni siquiera hace falta tener ingresos para contratarlas. Sin embargo, para solicitar una de crédito el cliente deberá ser solvente y, probablemente, tenga que domiciliar una nómina en el banco. El departamento de análisis de riesgo deberá dar el visto bueno tras analizar su solvencia. Este le asignará un límite de crédito, que podrá ir aumentando o disminuyendo con el tiempo.

En los últimos años se han popularizado mucho las tarjetas de crédito o débito sin números.
¿Cuándo conviene usar una tarjeta de débito?
Las tarjetas de débito son ideales para el día a día, ya que permiten mantener un mayor control del dinero que se gasta y no cobran intereses. Además, también conviene usarlas a la hora de sacar dinero del cajero automático, pues el banco no suele cobrar comisiones si la operación se ejecuta en uno de sus terminales o en los de otra entidad con la que tenga un acuerdo.
En cambio, por lo general hay que pagar una comisión si se saca dinero con una tarjeta de crédito, incluso si se hace en los cajeros del propio banco. No obstante, durante los últimos años han surgido tarjetas de crédito mixtas que permiten sacar dinero a débito sin pagar comisiones.
¿Y cuándo conviene usar una de crédito?
Las tarjetas de crédito también pueden usarse para pagar las compras del día a día siempre y cuando todo el dinero gastado se devuelva de golpe a fin de mes sin intereses. Esta práctica, que puede ser muy cómoda para muchos consumidores, obliga al cliente a tener un mayor control sobre sus finanzas.
Por otra parte, nunca se debe pagar la compra del supermercado ni otros gastos recurrentes (gasolina, recibos del hogar, etc.) a plazos, ya que se tendrán que pagar intereses. En cambio, se puede recurrir al pago aplazado para hacer frente a gastos imprevistos o a desembolsos de importe elevado como, por ejemplo, la compra de un ordenador o el pago de un tratamiento dental.
En cualquier caso, al tratarse de un producto caro, no conviene financiar importes demasiado altos, por ejemplo de más de mil euros. En esos casos, resulta más adecuado solicitar un préstamo personal o un preconcedido, cuyo tipo de interés es más bajo, afirman fuentes de HelpMyCash. Si se usa una tarjeta de crédito para pagar a plazos, lo ideal es devolver el dinero lo antes posible, ya que así se generarán menos intereses.

Consejos para mejorar la ciberseguridad de tu tarjeta bancaria.
Pongamos un ejemplo. Si financiamos la compra de un ordenador de mil euros con la tarjeta de crédito y suponiendo que esta tenga un interés del 18%, si devolvemos el dinero en seis meses, pagaremos solo 53 euros en concepto de intereses. En cambio, si optamos por devolver el dinero en un año y medio, la cuota mensual será mucho más baja, pero el sobrecoste será de 148 euros.
Aunque no use habitualmente la tarjeta de crédito, no está de más llevar una en la cartera. ¿Por qué? Tienen mayor aceptación que las de débito en establecimientos de alquiler de vehículos, hoteles, etc. La mayoría de los bancos permiten apagarlas temporalmente a través de sus apps, por lo que se pueden bloquear mientras no se usen para ganar en seguridad.
Por otra parte, las tarjetas de crédito suelen incorporar seguros gratuitos de accidentes y asistencia en viajes, por lo que pueden ser un producto adecuado para pagar los billetes de avión de un viaje.