En este artículo hablaremos de las características y cuidados que requiere de la planta Andrómeda para que podáis disfrutar de ella en vuestro jardín.
Cuando nos referimos a la andrómeda, como tal, no estamos hablando de una única especie, sino de cinco especies diferentes que pertenecen al género Pieris, en concreto Pieris japonica, Pieris formosa, Pieris cubensis, Pieris floribunda y Pieris swinhoei.
Todas ellas, conocidas bajo el nombre de Andrómedas, tienen características y cuidados muy similares, aunque lo ideal será conocer la especie concreta que tenemos en nuestro jardín. La más común en jardinería es la Pieris japonica por lo que, en este artículo, nos centraremos en ella.
¿Cómo es la planta Andrómeda o Pieris japonica?
La Andrómeda o pieris (Pieris japonica) se trata de una planta que pertenece a la familia de las ericáceas y que se encuentra, de
manera natural, en China, Taiwán y Japón, creciendo y formando arbustos perennifolios que
pueden alcanzar hasta los 3 metros de altura.
La Pieris japónica es una variedad de lento crecimiento
Se caracteriza por su resistencia y su lento
crecimiento, por lo que es susceptible de poder darle una forma concreta, sin preocuparnos en
exceso de su mantenimiento.
Presenta ramas finas y quebradizas, de las que brotan hojas coriáceas y alargadas, de
color verde oscuro, cubiertas por una capa cérea que les da brillo. Cuando estas hojas aparecen por primera vez, son de un color rojo que, poco a poco, va virando hacia el verde, formando, entonces, arbustos más o menos densos, siendo este cambio de color una característica de la especie que es muy apreciada en jardinería.
Flores del arbusto Andrómeda
A final del verano comienzan a formarse unos pequeños botones florales que, durante el inicio de la primavera, se abren para producir unas pequeñas flores blancas en forma de farolillos que crecen en racimos de unos 10 centímetros, y que presentan un ligero perfume, por lo que suelen plantarse, tanto de manera aislada, como en grupos, con una finalidad ornamental.
Plantas tóxicas y venenosas que puede que tengas en el jardín
Estas flores pueden ser de color blanca, o con tonalidades rosadas, púrpuras o crema. Cuando logramos que ocurra la polinización, se producen unos frutos elipsoidales que, si bien no tienen valor ornamental, permiten la reproducción y propagación de la especie.
¿Es tóxica la Pieris japonica?
Si decidimos cultivarla en nuestro jardín, deberemos ser cautelosos, ya que sus hojas, flores y frutos contienen toxinas que, de ser ingeridas tanto por mascotas como por personas, pueden provocar problemas de salud, por lo que deberemos llevar cuidado con los más pequeños de la casa.
Cuidados de la planta Andrómeda
Ubicación
Debemos colocar nuestra planta Andrómeda en el exterior, pero protegida de la luz solar directa, que podría quemarla, sobre todo, durante el mediodía y la tarde.
Lo ideal es encontrar un lugar de sombra permanente, pero luminoso, además de protegido de los fuertes vientos o precipitaciones. Si esto no es posible, tampoco supone un gran inconveniente, pero sí es cierto que la cantidad de flores que producen será menor.
Es una planta bastante resistente a las altas y bajas temperaturas, soportando las heladas, aunque conviene protegerlas de estas, como mínimo durante los primeros años de vida.
Riego de la planta Andrómeda
Este es un aspecto importante a tener en cuenta para el cultivo de la especie, ya que es muy sensible a los encharcamientos, pero también se ve perjudicada por la falta de humedad del suelo o a la sequía. Por este motivo, deberemos llevar un cierto control del riego, comprobando cada varios días la humedad de la tierra para no excedernos ni quedarnos escasos.
Partes de la flor: ¿Cómo se produce la polinización?
Para esta especie, debido a su naturaleza ácida, se recomienda especialmente no utilizar agua del grifo, ya que, sobre todo en la cuenca mediterránea, las aguas suelen tener cierta dureza por su contenido de cal, con un pH mayor a 6,5.
Lo más recomendable, es regar con agua de lluvia o, si no es posible, aumentar la acidez del agua común de manera natural, diluyendo zumo de limón natural, rico en ácido cítrico. Para ello, aplicaremos el zumo de medio limón por cada litro de agua y, de ser posible, mediremos la acidez antes de realizar el riego, sobre todo hasta verificar que el agua que estamos empleando no afecta al cultivo de la planta.
Poda
Esta planta no precisa de una poda intensa, ya que no suele alcanzar grandes tamaños. Aun así, si deseamos darle una forma determinada, podemos realizar una poda ligera o pinzado tras la floración, retirando las ramas dañadas y los tallos florales.
Es importante, al terminar la época de floración y durante la fructificación, retirar las flores marchitas antes de que estas caigan al suelo.
Suelo y Abono
Suele preferir suelos sueltos, de pH ácido y fértiles, con un buen drenaje para evitar encharcamientos, pero que puedan conservar una humedad óptima para su cultivo.

Al ser una especie que crece de manera silvestre en suelos rústicos, con relativa facilidad, si se dan las condiciones de cultivo óptimas, no suele requerir abono, aunque aplicar uno orgánico o específico para plantas de suelos ácidos al principio de la primavera, para estimular el crecimiento y la floración, puede ser una buena idea.
Plagas y enfermedades
Debido a su rusticidad, suelen ser ejemplares bastante resistentes a las enfermedades y plagas, aunque pueden ser atacados por cochinillas y pulgones, sobre todo en temporadas de sequía prolongada.
Una posible enfermedad que puede desarrollar es la clorosis férrica, indicador de que el suelo tiene un pH superior al óptimo para esta especie, por lo que deberemos trasplantarla a un suelo más ácido.
Reproducción de la planta Andrómeda
La forma más sencilla de propagar esta especie es a partir de semillas que podemos
sembrar al comienzo de la primavera, y que pueden ser adquiridas en cualquier vivero, o si ya
contamos con algún ejemplar, podemos obtenerlas a partir de sus frutos, una vez ya están secos.

Este es el motivo por el que debemos retirar las flores y frutos antes de que caigan, ya que de lo
contrario, las semillas germinarán y la planta se expandirá por el jardín de forma descontrolada.
Si
optamos por esta última forma de reproducción, es recomendable aprovechar el invierno para
realizar una estratificación y, una vez finalizada, trasladar las semillas a un semillero
biodegradable que podamos transportar fácilmente a su localización final, tanto en suelo como
en maceta.
También existe la posibilidad de reproducir esta planta a partir de esquejes, aunque es un
método menos utilizado y recomendable que la siembra de semillas.

Como habéis podido leer, la Andrómeda es una preciosa planta que podemos tener en
nuestros jardines, aprovechando esos espacios luminosos no adecuados para otras. Nuestro
consejo es que no esperéis a incluirla en vuestro jardín junto al resto de plantas.