Frutas que no son frutas: el misterio de los pseudofrutos

¿Alguna vez te has preguntado si todo lo que comes realmente es una fruta? Aunque lo parezca, no siempre es así. Muchas de las frutas que consumes a diario en realidad no son frutos verdaderos, sino pseudofrutos. Te contamos qué son y te mostramos algunos de los ejemplos más comunes.
¿Qué es un pseudofruto?
Para entender de forma correcta qué son los pseudofrutos, es necesario entender previamente qué se consideraba una fruta verdadera y cómo se forman.
Tal y como explicó el biólogo Manuel Gras, en el artículo sobre los distintos tipos de frutas, una fruta es el ovario maduro de una flor que se suele convertir en carnoso y atractivo para así lograr la dispersión de la semilla que contiene, y lograr reproducirse.
Diferencia entre frutos verdaderos y pseudofrutos
Las frutas verdaderas se desarrollan exclusivamente a partir del ovario de una flor después del proceso de polinización, mientras que los pseudofrutos o falsos frutos no provienen directamente de este ovario. En lugar de eso, se originan de otras partes de la planta que rodean la flor o la inflorescencia.

Como explica Manuel Gras, el pseudofruto se forma cuando otras estructuras de la planta, que normalmente no serían responsables de la creación de un fruto, adoptan una forma similar a la de una fruta.
¿Por qué existen los pseudofrutos?
Siempre decimos que la inteligencia de las plantas es algo real y esta evolución es una muestra más de ello.
Los pseudofrutos son una estrategia perfecta para asegurar su supervivencia y dispersión, permitiendo que algunas plantas, a pesar de no haber desarrollado frutos verdaderos, logren crear una estructura similar mediante convergencia evolutiva.
Ejemplos sorprendentes de pseudofrutos
¡Aquí viene lo interesante! Algunos de los pseudofrutos más conocidos son aquellos que encontramos a menudo en nuestra despensa. Vamos a echar un vistazo más cercano a algunos de ellos:
Anacardo
El anacardo, además de ser un fruto seco delicioso y nutritivo, es un pseudofruto con dos partes: la manzana de anacardo (falso fruto, carnoso) y la nuez de anacardo (verdadero fruto, en forma de riñón, adherida a la manzana).

Manzana
Aunque se comercializa como una de las frutas más habituales, la manzana en realidad es un pseudofruto. Lo que comemos es el receptáculo floral que rodea el verdadero fruto, el cual se encuentra en el núcleo central.
Fresa
Las fresas, aunque parecen ser unas jugosas frutas de primavera, en realidad son pseudofrutos. Los pequeños puntos amarillos en su superficie son los verdaderos frutos, conocidos como aquenios, y cada uno esconde una sola semilla. ¿Sorprendente, verdad?
Peras
Las peras también son un ejemplo de pseudofruto, similar a las manzanas. Aunque comemos la parte carnosa de la pera, en realidad, lo que estamos consumiendo no es el verdadero fruto. El verdadero fruto es el endocarpio, la parte más dura de la fruta que rodea las semillas.

Otros falsos frutos o pseudofrutos, como prefieras denominarlos, son las moras y los higos. La próxima vez que los veas, sabrás que por mucho que parezcan frutas, no lo son. Comparten los mismos beneficios nutritivos, pero su clasificación dista bastante de la de las otras frutas.
La naturaleza nunca deja de sorprender, ¿no te parece? Si te gusta descubrir curiosidades como esta, seguro que te interesa conocer las siguientes frutas y hortalizas sorprendentes que por fuera parecen una cosa pero, en realidad, luego son otra.