¿Cómo cultivar un anacardo en tu jardín? Todo lo que debes saber

¿Te gustan los anacardos? ¡Seguro que te encantará conocer la planta de la que procede! Esta planta tropical es conocida principalmente por su fruto seco, pero también es una especie fascinante para todos los amantes de la jardinería.
El anacardo se trata de una planta muy bonita que destaca enormemente por su fructificación, por lo que estoy seguro de que querrás tenerla en tu jardín.
Cómo es esta planta, para qué se ha utilizado, cómo cultivarla, curiosidades... ¡Si quieres saber más sobre esta planta no te pierdas este artículo!
Características generales del anacardo
El anacardo (Anacardium occidentale), también conocido como nuez de la india o cajú (de la palabra tupí acajú, que significa que produce nueces, según los aborígenes del Amazonas) es un árbol originario de las regiones tropicales de América del Sur, particularmente de Brasil, aunque actualmente también se cultiva en la costa colombiana, sur de Venezuela, Ecuador o España, entre otros países.
Pertenece a la familia Anacardiaceae, que también incluye otras especies frutales como los mangos (Mangifera indica) y los pistachos (Pistacia vera) pero también especies típicamente mediterráneas como los lentiscos (Pistacia lentiscus).

Este árbol suele vivir unos 30 años y puede alcanzar alturas de entre 5 y 7 metros, aunque normalmente cuando se cultiva suele mantenerse en unos tamaños mucho menores para facilitar la recolección de sus frutos.
El anacardo presenta un tronco bajo, retorcido y muy ramificado que da lugar a una copa amplia muy útil para dar sombra. Sus hojas son perennes, de forma ovalada, y miden entre 10 y 20 centímetros, con una textura algo coriácea.
Las flores, realmente inflorescencias, son pequeñas y de color rosado o blanco y carecen de valor ornamental, ya que su tamaño es muy pequeño y son poco vistosas. Sin embargo, esto está compensado con sus frutos que tienen un gran elevado ornamental, al menos según mi opinión.
¿Qué fruta da el anacardo?
Este fruto, tal y como te explicamos en el artículo sobre los tipos de frutas, en realidad es un pseudofruto y consta de dos partes.
La primera, que es lo que de manera habitual interpretamos como un fruto por el hecho de ser carnosa, es lo que en botánica conocemos como falso fruto y recibe el nombre de manzana de anacardo o de cajú.
Tiene una pulpa jugosa y es ligeramente ácido, por lo que puede consumirse como fruta fresca, pero no suele comercializarse para ello. Por este motivo, su uso está más relacionado con algunas mermeladas, licores o zumos, pero no es lo relevante para su cultivo.

En lugar de eso, destaca la segunda parte del fruto, que en realidad es el verdadero fruto y que se conoce como nuez de anacardo. Esta semilla tiene forma de riñón y se encuentra adherida al extremo inferior de la manzana.
Se trata de la parte de la planta que realmente se comercializa y lo que todos nosotros consumimos y se nos viene la cabeza cuando hablamos del anacardo.
Además de consumir su fruto, la planta de anacardo se emplea para obtener un líquido aceitoso, proveniente de su cáscara, que tiene algunas propiedades industriales para fabricar barnices y adhesivos.
El resto de la planta se ha utilizado en medicina tradicional, sobre todo, en la resina que aparece en su tronco, empleada para tratar infecciones cutáneas y algunos problemas digestivos.
¿Cuánto tarda en dar fruto el anacardo?
El anacardo suele alcanzar la madurez sexual y a comenzar a producir frutos a los tres o cinco años, sin embargo, no es, más o menos, hasta los ocho años cuando alcanza su mayor productividad.
Cuidados del anacardo
Ubicación
El anacardo es una planta tropical que necesita mucho Sol para poder desarrollarse correctamente, necesitando temperaturas cálidas de entre 20 y 35 °C.
Es relativamente resistente y no será un gran problema si la temperatura desciende un poco en invierno, pero es importante que las heladas sean muy esporádicas y preferiblemente que no ocurran, ya que esto te afectará a su crecimiento. Por este motivo, te recomiendo que coloques tu árbol en un lugar con luz solar directa durante la mayor parte del día.
Si dejas que se desarrolle puede alcanzar grandes alturas y, sobre todo, convertirse en un árbol muy voluminoso, por lo que debes tenerlo en cuenta a la hora de colocarlo en tu jardín.
Evita colocarlos cerca de paredes, ya que, por un lado, esto limitará su crecimiento, pero también puede causar daños en los muros. Por otro lado, es importante que esté protegido del viento, ya que puede ser sensible a esto.

Debido al desarrollo del árbol no te recomiendo que lo cultives en maceta, ya que esto probablemente limitará su desarrollo, pero debemos ser conscientes de que un árbol de grandes tamaños puede causar problemas si lo cultivamos directamente en el suelo del jardín de nuestra casa, ¡así que lleva cuidado con no ubicarlo cerca de fuentes de agua, como pueden ser las tuberías de nuestra casa!
Riego
Esta especie es moderadamente resistente a la sequía, especialmente cuando ha desarrollado un sistema radicular lo suficientemente fuerte que le permite penetrar en profundidad en el suelo.
Por este motivo, es necesario realizar riegos regulares, sobre todo durante los primeros años de crecimiento, siempre, evitando este acercamiento que puede causar la pudrición de sus raíces.
Una vez que el árbol sea más maduro y esté bien establecido, la frecuencia de riegos puede disminuir, aunque no te recomiendo largos periodos de sequía, ya que puede afectar a la valoración y posterior fructificación.
Suelo y fertilización
El anacardo se adapta a una gran variedad de tipos de suelos, tanto arenosos como arcillosos, pero requiere que siempre tengan un buen drenaje, algo que puede ser complicado en suelos muy arcillosos.
Requiere un pH ligeramente ácido para poder prosperar y, aunque no es imprescindible, sí que te recomiendo que realices algún tipo de abonado con materia orgánica como compost, sobre todo, si nuestra idea es que sea un árbol con una cierta productividad de frutos.
Poda
Este árbol frutal requiere las mismas podas que hemos visto en otros casos, como la poda del naranjo o del manzano.

Durante los primeros años del anacardo, al igual que ocurre con la mayoría de las especies, debemos realizar una poda de formación en este árbol frutal, seleccionando las ramas principales y eliminando aquellas que crezcan hacia el interior o que se crucen entre sí.
Una vez tengamos la estructura diseñada, debemos realizar diferentes podas de mantenimiento para eliminar todas aquellas ramas muertas, enfermas dañadas y podas de fructificación para eliminar las ramas más débiles. De esta manera, el árbol concentrará sus recursos en las ramas más productivas.
Como siempre debemos ser precavidos y utilizar herramientas bien afiladas, limpias y desinfectadas para evitar la aparición de enfermedades.
Plagas y enfermedades del anacardo
Aunque es relativamente resistente, el anacardo puede ser atacado por ciertas plagas. Un ejemplo es la mosca blanca, que puede alimentarse la sabia del árbol y provocarle malformaciones, algo parecido a lo que ocurre con la araña roja, a la que también puede ser sensible. Otros ejemplos son los escarabajos, hormigas o las orugas.
Respecto a enfermedades debemos estar especialmente las enfermedades de origen fúngico como el mildiu, del cual hemos hablado en otros artículos o la podredumbre de la raíz, aunque si eres precavido y evitas la humedad del suelo y el exceso en los riegos, además de realizar podas recurrentes, no creo que tengas ningún problema en este aspecto.
Reproducción del anacardo
El anacardo se reproduce principalmente por semillas, aunque también es posible hacerlo mediante esquejes con injertos o acodos aéreos.

Si nuestra idea es tener un anacardo en nuestro jardín para explotar su valor ornamental, es decir, que nuestra intención no es tener un campo de cultivo de anacardo, te recomiendo que utilices sus semillas.
Para germinar las semillas, el método más sencillo y común, es tan sencillo como remojar en agua semillas maduras durante 24 horas y plantarlas en un sustrato que mantengamos húmedo, pero nunca encharcado. En un par de semanas deberán aparecer las primeras plántulas.
Como has visto, el anacardo no solo es una planta atractiva y que cuenta con un gran valor ornamental, sino que también es enormemente útil.
Un anacardo de nuestro jardín va a sorprender, sin duda, a nuestros familiares y amigos. ¡Solo imagínate disfrutando de su sombra mientras observas cómo sus frutos destacan con sus hojas!