Los prados césped bien cultivados y bien segados son espacios realmente bonitos. Aportan mucha frescura pero tienen muy poca biodiversidad, albergan muy poca vida.
Al contrario, dejar que la hierba crezca, crear una pradera e intentar que esté florida aporta infinidad de micro espacios para que muchos insectos y mucha fauna pueda habitar en nuestro un jardín.
Gracias a esto, podemos crear un jardín mucho más sostenible y mucho más ecológico.
¿Por qué es tan importante conservar la biodiversidad?
La biodiversidad es un aspecto clave para garantizar el buen funcionamiento y el equilibrio de los ecosistemas.

Las praderas con una alta biodiversidad son capaces de combatir las sequías e inundaciones y, en general, son más resistentes a los efectos del cambio climático.
Cuidar de todas ellas es velar por la salud del planeta y, como consecuencia, de nosotros mismos, ¿no creéis?
1. Gramíneas
Como sabéis, nosotros nos encontramos en la cornisa cantábrica. Al dejar de segar un prado, este se coloniza prácticamente de gramíneas.
Esas gramíneas se encuentran espigando en estos momentos. Las espigas están madurando y empiezan a adquirir unos tonos dorados preciosos.

En pleno desarrollo, las gramíneas pueden llegar a alcanzar el metro o metro y medio de altura, haciendo que el contraste entre la hierba alta y la corta sea más llamativo.
En esta combinación de hierba, se han introducido plantas ornamentales como la Lythrum salicaria, planta con un llamativo color morado.
2. Lythrum salicaria
El Lythrum salicaria, también conocido como salicaria o frailecillo, es una hierba semiacuática de la familia de las litráceas que florece en verano.
Posee unas espigas moradas silvestres que crecen, normalmente, en zonas húmedas. También, aguanta muy bien la salinidad, de ahí su nombre, Lythrum salicaria.
Sus flores se distribuyen en espigas de color púrpura que atraen a distintos polinizadores
¡Resulta impresionante! Es la única planta que Iñigo Segurola ha conseguido consolidar en una pradera que solo recibe una siega al año, concretamente, en Navidad.
La estructura que dejan estas salicarias es bonita tanto cuando está en flor como cuando acaba la floración con sus ramas marrones erguidas. El interés biológico como estético de la pradera perdura hasta final de año.
El Lythrum salicaria alcanza el metro de altura
Esta planta de hoja perenne puede llegar a alcanzar un metro de altura y, debido a su naturaleza, es habitual encontrarla a orillas de los ríos o, como ya os mostramos en otra ocasión, en los estanques.
Esta planta silvestre se suele utilizar con fines ornamentales y como planta medicinal, de hecho, es conocida para mejorar la circulación sanguínea, solucionar diarreas, fortalecer la visión o ayudar en la disentería.
La biodiversidad de la pradera
Dejar la hierba sin segar significa crear un nido de biodiversidad positiva pero, también, de alguna negativa o contraproducente.
Topillo campesino o microtus arvalis
En este caso, esa hierba alta se ha convertido en un espacio perfecto para que los topillos aniden.
Encuentran en ella el hábitat perfecto para hacer bolas de paja. Van cortando las hierbas, van haciendo las bolas de paja y ahí es donde sacan a sus crías.
Además, estos pequeños animalillos, al habitar bajo la tierra, se comen muchas de las raíces.
Delfín, el gato de Iñigo Segurola, en busca de topillos
Pero no solo hay topillos en esta hierba alta, hay una gran cantidad de mariposas, abejorros y todo tipo de insectos que se van a beneficiar de la distinta flora y hábitats que se producen en estos entornos.
Estos insectos son muy beneficios para la salud del ecosistema y se encuentran en grave peligro. Gracias a ellos, se controlan plagas y se favorece la cadena trófica al transportar el polen de las flores.
¿Cuáles son los insectos beneficiosos y qué plantas les atraen?
¡Iñigo Segurola es un apasionado de la belleza! Disfruta mucho cuando, a finales de agosto-septiembre, cuando la temperatura a la noche empieza a bajar, se empiezan a dibujar las pequeñas telarañas. Gracias al rocío, quedan dibujadas a la perfección a primera hora de la mañana.
Cuando descubrimos que podemos aportar belleza gracias a ciertas plantas silvestres y que, además, ayudamos a crear vida, la satisfacción es innegable.
¡Nosotros decimos viva la hierba alta y viva la biodiversidad!