Dentro de las coníferas, podemos encontrar algunos árboles que pueden alcanzar hasta los 100 metros de altura como las sequoias y, por otro lado, otras que no superan prácticamente los 50 centímetros de altura. Además, también se pueden diferenciar por la textura de las hojas, por los diferentes colores en su follaje, etc.
Diferentes tipos y variedades de coníferas
Abeto Español o Abies Pinsapo Glauca
Esta conífera es autóctona de la Península y puede alcanzar los 20 metros de altura. Sus hojas o acículas son muy compactas en forma de churro. Es un árbol que crece muy bien por toda la Península, sobre todo, por la zona de la sierra de Cádiz.
Cedro Llorón o Cedrus Atlantica Glauca Pendula
Se trata de un Cedro del Atlas con forma péndula y hace unos efectos impresionantes. Su crecimiento se va extendiendo haciendo una forma de trompa de elefante, de modo que en altura no suele ser muy alto.
Abeto Llorón o Abies Excelsa Pendula
En este caso, este abeto es cómo el típico abeto de Navidad, pero se caracteriza por crecer hacia abajo y va abarcando mucha envergadura.
Tejo o Taxus Baccata Fastigiata
El Tejo es la típica conífera que se ha utilizado para hacer setos. Es de crecimiento muy muy lento pero como es muy tupido y con un color verde muy oscuro, es perfecto para hacer pantallas vegetales. Esta planta es completamente venenosa: tallos, raíces, hojas, la semilla, etc. Lo único que no es venenoso es el fruto.
El Tejo o Taxus Baccata Fastigiata, a pesar de ser una planta muy venenosa, también es muy idónea para plantarla en un contenedor y tenerla en nuestro balcón o terraza. Si realizamos la plantación del tejo, necesitaremos un sustrato universal y un abono específico para coníferas.
Para acompañar la base del Tejo, podemos utilizar la Aubrecia o Aubretia. Esta planta es una planta de rocalla que tiene un porte rastrero y pendular y, a medida que vaya creciendo, irá tapando el contenedor.