Vamos a ver cómo limpiar el filtro del grifo para que quede como nuevo y el chorro de agua salga con fuerza. Un trabajo sencillo de fontanería con el que mejorar el grifo.
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Bricomanía, 23 de septiembre de 2019
Fontanería
Vamos a ver cómo limpiar el filtro del grifo para que quede como nuevo y el chorro de agua salga con fuerza. Un trabajo sencillo de fontanería con el que mejorar el grifo.
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Bricomanía, 23 de septiembre de 2019
Todos los grifos están provistos de un filtro por el que sale el agua. Esta pieza retiene las impurezas arrastradas durante su paso por las cañerías, por lo que en ocasiones, puede producirse una acumulación de estos restos en la rejilla.
Si no la limpiamos periódicamente, la salida de agua se obstruirá y el caudal puede disminuir. Por ello, a continuación veremos cómo limpiar el filtro del grifo.
Paso 1
En primer lugar, es importante asegurarnos de que la llave de paso está completamente abierta. Puede que hayamos golpeado esta pieza y la hayamos cerrado.
Paso 2
Si el problema sigue sin solucionarse, es probable que el filtro esté obstruido. Con una llave inglesa, soltamos el extremo del grifo.
Paso 3
Después, retiramos la junta de estanquidad y comprobamos que el interior del filtro está lleno de impurezas. Colocamos la pieza debajo del chorro de agua para limpiar al mayor parte de los residuos.
Paso 4
En ocasiones, puede ocurrir que los restos de cal u otros sedimentos formen una película difícil de eliminar bajo el grifo. En este caso, utilizaremos un cepillo de dientes viejo. Frotamos bien la zona, de manera que las cerdas penetren en el interior del filtro y desatasquen los pequeños orificios que conforman la rejilla.
Paso 5
Una vez limpia, volvemos a montar las piezas y ya podremos hacer uso de nuestro grifo. Es importante que limpiemos bien la rejilla cada 3 meses para evitar la acumulación de residuos.
Paso 6
Si además de conseguir que el caudal de agua salga con fuerza, queremos contribuir con el medio ambiente, podremos colocar un perfilador, una pieza que además de filtrar el agua, hace que ésta se mezcle con aire. Así, conseguimos obtener la misma presión pero la cantidad de agua utilizada se reducirá casi a la mitad.