Melón y sandía: cuál tiene más agua, menos azúcar y es mejor para hidratarte
Frutas refrescantes
Una fruta gana en hidratación, otra en fibra: así puedes incluirlas en tu dieta

Pocas cosas apetecen más en verano que una rodaja bien fría de sandía o melón. Son dulces, jugosas y parecen hechas para combatir el calor. Pero hay una pregunta que siempre flota en el aire: ¿cuál de las dos hidrata más?
Entre julio y agosto, dos frutas ocupan las estanterías de las fruterías: el melón y la sandía. Una buena porción de fruta fresca con 30 grados se agradece como un soplo de aire.
Ambas son perfectas para hidratarse y comparten algunas características, aunque también presentan diferencias que pueden influir en tu elección.
¿Cuál de las dos es más hidratante?
La hidratación es una de las principales razones por las que disfrutamos de estas frutas en julio y agosto. Tanto la sandía como el melón tienen un alto contenido de agua.
Sandía: Tiene un contenido de agua sorprendente, que ronda el 90% y 95%. Esto significa que por cada 100 gramos de sandía, aproximadamente 90 gramos son agua. La sandía es muy popular debido a su textura jugosa y refrescante, ideal para combatir la deshidratación.
Melón: Aunque no tan acuoso como la sandía, el melón sigue siendo muy rico en agua, con un contenido del 92%. El melón también tiene una textura jugosa y un sabor ligeramente más dulce.
Si buscas una fruta con el mayor contenido de agua, la sandía se lleva la delantera, pero el melón también es una excelente opción para mantenerte hidratado.

El contenido de azúcar: ¿cuál tiene menos?
El contenido de azúcar en las frutas es un factor importante a considerar, especialmente si estás buscando opciones más ligeras para disfrutar durante el día o si tienes que controlar tu ingesta de azúcar. Aunque ambas frutas son naturalmente dulces, hay diferencias notables en su contenido de azúcar.
Sandía: En 100 gramos de sandía, encontrarás alrededor de 6 gramos de azúcar. Esto puede parecer mucho, pero es importante tener en cuenta que la sandía es muy acuosa, lo que reduce la concentración de azúcar en comparación con otras frutas más densas en calorías.
Melón: El melón, por otro lado, tiene más azúcar que la sandía. En 100 gramos de melón, puedes encontrar alrededor de 7 gramos de azúcar. Aunque esto es un poco más alto que la sandía, sigue siendo relativamente bajo en comparación con otras frutas.

Beneficios adicionales del melón y la sandía
Ahora bien, no todo es cuestión de agua. También importa cómo la comes, cuánto te sacia y qué más te aporta.
Además de su alto contenido de agua, tanto el melón como la sandía ofrecen una serie de beneficios adicionales para la salud.
La sandía contiene licopeno, un antioxidante que se encuentra en otras frutas rojas como el tomate. El licopeno es conocido por sus propiedades antiinflamatorias y por ser beneficioso para la salud cardiovascular. También es una fuente de vitamina C, que refuerza el sistema inmunológico.
Por su parte, el melón es una excelente fuente de vitamina A y C, lo que contribuye a la salud ocular y al bienestar de la piel. También contiene potasio, un mineral esencial para mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo, y beta-caroteno, que tiene propiedades antioxidantes.
Si hablamos de hidratación pura, la sandía es claramente la campeona, pero gana por poco.
¿La mejor opción? Alternarlos. Que un día te lleves a la playa un tupper de sandía en cubos, y al siguiente, medio melón cortado con cuchara. O mejor aún: haz una sopa fría de melón, jamón y menta. O una ensalada de sandía o un carpaccio de sandía con mozzarella y anchoas.
Ambas hidratan, ambas refrescan, y cada una tiene su momento. Hay días de sandía al sol y noches de melón después de la cena.