Cómo limpiar el horno con productos naturales y sin esfuerzo ni químicos
Trucos caseros
Usa guantes durante la limpieza aunque uses productos naturales para proteger la piel

El horno es ese electrodoméstico que siempre dejamos ‘para mañana’ cuando toca limpiarlo. Y, cuando por fin nos animamos, la grasa y los restos pegados parecen imposibles de quitar. Por suerte, en casa tenemos productos naturales que ayudan a dejarlo limpio, sin necesidad de químicos agresivos ni horas de frotar.
Cada vez que usamos el horno, quedan restos de comida que, si no se limpian, terminan convirtiéndose en un caldo de cultivo para bacterias. Por eso es importante mantenerlo limpio.
Aunque en las tiendas encontramos infinidad de productos específicos para hornos, no siempre son la mejor opción: suelen estar cargados de químicos agresivos y, muchas veces, los resultados no superan a los que se consiguen con métodos más simples y naturales.
Productos naturales para limpiar el horno
Para limpiar el horno, sobre todo si lo usamos con frecuencia, no necesitamos nada extraordinario. Con lo básico -y que casi siempre tenemos en casa- es suficiente: esponjas (ya sean las clásicas amarillas o vegetales), zumo de limón, vinagre, bicarbonato o incluso sal gruesa.

Son ingredientes que cualquiera puede encontrar en su despensa. Y aunque se trate de productos naturales, conviene recordar que siempre es recomendable usar guantes.
Limón
El limón es un clásico de la limpieza casera. Para usarlo en el horno basta con cortar dos limones en mitades, exprimir el zumo en una bandeja resistente al calor y añadir un poco de agua.
Luego se mete al horno a 180 grados durante unos 20 minutos. El vapor de limón actúa sobre la grasa, reblandeciéndola. Al terminar, solo hay que pasar la esponja o el limón para retirar la suciedad.

La ventaja es doble: además de desengrasar, el limón deja un aroma fresco que elimina los olores de pescado, carne o salsas que suelen impregnarse en el horno.
Es una de las soluciones más rápidas y menos invasivas.
Vinagre
Otro recurso de toda la vida es el vinagre blanco. Para limpiar con él se recomienda mezclarlo con agua en la misma proporción y rociar las paredes del horno con un pulverizador.
Después, se enciende el horno a baja temperatura (unos 100 grados) durante 15 o 20 minutos.
El calor activa el vinagre, que actúa como desengrasante natural. Una vez frío, se pasa la esponja y la suciedad se desprende con facilidad.
El vinagre es especialmente útil para manchas persistentes y, al igual que el limón, neutraliza los malos olores.

Si lo que buscas es una limpieza más a fondo, una buena opción es preparar un espray casero con tres partes de agua y una de vinagre. El olor desaparece rápido y el resultado merece la pena. Solo tienes que pulverizar las paredes del horno, dejar actuar unos minutos y aclarar con agua.
Lo mejor es que este mismo spray sirve también para encimeras, fregaderos, electrodomésticos de acero inoxidable e incluso para utensilios como ollas, sartenes o tablas de cortar.
Bicarbonato de sodio
Si hay un producto estrella en la limpieza natural, ese es el bicarbonato. Su uso en el horno es muy sencillo: se prepara una pasta con bicarbonato y agua, lo suficiente para que quede espesa.
Esa pasta se extiende con una brocha o con los dedos sobre las superficies sucias y se deja actuar toda la noche.

Al día siguiente, solo hay que retirar la pasta con una esponja húmeda. La grasa incrustada se despega fácilmente y el horno recupera su aspecto.
También puedes limpiar el horno con bicarbonato de sodio y vinagre, es una mezcla que también funciona.
La fama del bicarbonato viene de su acción abrasiva pero suave, que limpia sin rayar y sin olores fuertes. Es ideal cuando se ha acumulado suciedad durante mucho tiempo.
Sal gruesa
La sal gruesa también puede ayudarnos. Se mezcla un puñado con agua hasta formar una especie de pasta granulosa. Esa mezcla se aplica en las zonas con más grasa y se frota con una esponja de fibra.

El efecto exfoliante de la sal desprende los restos pegados, y al ser natural no daña la superficie del horno.
Un consejo práctico es usarla justo después de cocinar, cuando la grasa aún está tibia, porque en ese punto se despega con mayor facilidad.
Cocacola
Aunque parezca sorprendente, la Coca-Cola también sirve para limpiar. El ácido fosfórico que contiene ayuda a descomponer la grasa.
Para aplicarla basta con verter un poco en una bandeja, dejarla actuar unos minutos sobre las manchas y después frotar.
No es el método más común, pero puede sacarnos de un apuro si no tenemos limón, vinagre o bicarbonato a mano.
Eso sí, conviene limpiar bien después con agua para eliminar cualquier residuo pegajoso que pueda dejar la bebida.
Lo ideal es usar estos productos cuando la suciedad todavía es reciente. Si dejas que pasen los días, acabarás enfrentándote a una limpieza maratoniana.
Lo mejor es aprovechar lo que ya tienes en casa y darle un repaso rápido después de cada uso: así el horno se mantiene limpio y no se convierte en un castigo.