El bar de Valladolid que lleva más de medio siglo sirviendo las raciones más famosas de la ciudad

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Apunta este bar de Valladolid para cuando visites la capital castellana

La Sepia es una de las paradas imprescindibles en las rutas de tapas de Valladolid
La Sepia es una de las paradas imprescindibles en las rutas de tapas de Valladolid | Naiara Ortiz

Valladolid/Un bar pequeño, sin artificios, con una única misión: servir la mejor sepia a la plancha. Así es La Sepia, uno de los bares más icónicos de Valladolid. Te contamos por qué este templo del tapeo se ha ganado su lugar en el mapa gastronómico de España.

Un negocio familiar con medio siglo de historia

El bar La Sepia nació en 1974 y sigue funcionado en el número 1 de la calle Jesús, a escasos metros de la Plaza Mayor. Su ubicación céntrica y su tapa estrella lo han convertido en un lugar imprescindible para los amantes del tapeo.

El negocio está en manos de los hermanos Pepe y Servando Martínez, quienes en 2012 decidieron ampliar su presencia con un segundo local en el centro comercial Río Shopping, sin perder la esencia del primero.

Su fórmula es clara: una tapa bien hecha, buen género y rotación constante. Nada de florituras. Solo sabor y eficiencia. Y les funciona.

La sepia que convirtió un bar en leyenda

La tapa estrella, cómo no, es la sepia a la plancha. La sirven limpia, cortada en trozos gruesos y acompañada de una generosa cantidad de salsa alioli para los que les apetezca mojar la sepia o para untar el pan que sirven con la ración. Sencilla y sabrosa.

Lo más impresionante es el volumen que mueven, según sus propietarios: unas 100 toneladas de sepia al año entre los dos establecimientos. La compran entera, sin pelar, y la limpian ellos mismos para garantizar la frescura. De cada kilo de sepia ‘sucia’ salen aproximadamente 2,5 raciones, lo que equivale a unas 250.000 raciones anuales.

La ración de sepia de La Sepia
La ración de sepia de La Sepia | Naiara Ortiz

Cómo lograron que un molusco reinara en Castilla

Cuando comenzaron a trabajar la sepia, no era un producto habitual en el interior peninsular. Según los propios dueños, la sepia ni se comía ni existía en Valladolid. La clave de su éxito fue introducirla poco a poco, confiando en la calidad y el boca a boca. Hoy, se ha convertido en una parada obligatoria para locales y turistas.

A diferencia de otros bares, aseguran no comprar el producto ya limpio ni congelado en porciones. Prefieren asumir el sobrecoste de manipularla ellos mismos y aseguran que esa es una de las razones por las que su sepia tiene el sabor y la textura que tiene. Es más tierna, más sabrosa y mantiene todo su jugo.

Tapeo a la antigua usanza: rápido, de pie y sin reservas

El local de la calle Jesús siempre está transitado. Aquí no se reservan mesas ni hay servicio de terraza. Uno entra, pide en la barra y come sus raciones de pie. O sentado en los taburetes de las cotizadas mesas altas de la terraza.

Además de la sepia, ofrecen raciones y tapas clásicas como pulpo a la gallega, patatas bravas, chorizo al vino, lacón a la gallega o con pimientos, y sus también imprescindibles patatas con salsa alioli. Verdaderamente adictivas. Si tienes suerte y hay existencias, también puedes probar las huevas de sepia que encandilaron hasta al mismísimo Ferran Adrià.

La barra y la terraza del bar La Sepia
La barra y la terraza del bar La Sepia | Naiara Ortiz

La barra no descansa y el personal trabaja como una coreografía bien ensayada, atentos siempre a todos los clientes que esperan en la barra a ser atendidos. Para servir todo con rapidez y a precios razonables. La ración de sepia tiene un precio de 9,90 euros y la media ración vale 6,60 euros.

Además, tienes la posibilidad de pedir todas las raciones para llevar o incluso si vives en Valladolid, te las llevan a casa a través de una de las aplicaciones más famosas de entrega a domicilio.

En el bar La Sepia se puede ver gente de todo tipo: familias, parejas, cuadrillas de amigos… Autóctonos y turistas, tanto nacionales como internacionales. Su fama la ha convertido en una parada imprescindible para todos en las rutas de tapas y pintxos con las que conocer la parte más gastronómica de Valladolid.

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