Solomillo de cerdo con salsa gravy: un delicioso y sabroso plato de Karlos Arguiñano
Presentamos un sabroso plato de carne con una salsa inglesa muy fácil de preparar: Solomillo de cerdo con salsa gravy, una jugosa y riquísima receta elaborada paso a paso por Karlos Arguiñano que no dejará indiferente a nadie ¡prepárate para sorprender a tus invitados!
El solomillo de cerdo por el que hemos optado es más económico que el de ternera, pero para evitar que se quede seco, podemos combinarlo con verduras, frutas, al horno, rellenos de queso o acompañados por salsas ¡siempre quedará exquisito!
Toma nota de los siguientes ejemplos que te proponemos: solomillo de cerdo relleno de jamón y queso, solomillo de cerdo con puré de plátano, solomillo de cerdo en salsa de naranja y jengibre o solomillo de cerdo con mermelada de tomate.
Raciones
4
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
20 m
Cocinado
40 m
Tiempo total
60 m
Ingredientes (4 personas) para la receta Solomillo de cerdo con salsa gravy:
- 2 solomillos de cerdo
- 60 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 30 g de harina
- 500 ml de caldo de carne
- 2-3 cucharadas de salsa inglesa
- aceite de oliva virgen extra
- sal
- pimienta
- 20 hojas de cebollino
- perejil
Elaboración de la receta Solomillo de cerdo con salsa gravy (paso a paso):
Para hacer la salsa gravy, pon la mantequilla a fundir en una cazuela, incorpora la harina y mezcla bien hasta que queden bien integrados. Cocina los ingredientes durante 5-6 minutos (sin dejar de remover) hasta que adquieran un bonito "color caramelo". Vierte la salsa inglesa y el caldo. Mezcla bien, sazona y deja que la salsa reduzca durante 10-15 minutos, removiéndola de vez en cuando.
Corta los solomillos de cerdo en filetes, salpimiéntalos y fríelos brevemente en una sartén caliente con un par de cucharadas de aceite.
Sirve la salsa en la base de los platos y coloca encima de cada uno 4-5 filetes de solomillo de cerdo. Salpica los platos con las hojas de cebollino picadas y unas hojas de perejil.
Consejos:
Cuanto mejor sea el caldo de carne, más rica será vuestra salsa gravy. Para que el caldo aporte una bonita caramelización, resulta interesante hacerlo con huesos tostados. Y otra idea fantástica consiste en aprovechar los jugos resultantes de asar cualquier carne.
La salsa gravy tiene su origen en la cocina inglesa, aunque ha adquirido tal popularidad que hoy en día es conocida en todo el mundo. Normalmente se utiliza para acompañar cualquier tipo de carne a la parrilla, asada o estofada, o puré de patata.