¿Qué causa exactamente la aparición de condensación en casa? La condensación aparece cuando el vapor del agua se convierte en líquido a causa del enfriamiento. Por esta razón, nuestros hogares están más expuestos a ella durante el invierno, cuando el uso de la calefacción aumenta y la ventilación se reduce.
Además, prácticas rutinarias como cocinar, ducharse, secar la ropa o planchar durante el invierno también son razones por las que puede darse la humedad por condensación, y esta, como cualquier tipo de humedad, es perjudicial tanto para el hogar, como para nuestra salud.
De hecho, las manchas de moho en la ropa, paredes y otras superficies, el deterioro de los muebles o el olor persistente a humedad en el ambiente son problemas derivados de la condensación. Por ello, es importantísimo aprender a controlar y evitar este problema.

La condensación también agrava problemas de salud como alergias, problemas respiratorios, pulmonares, reumáticos, asma, bronquitis o dolores de cabeza.
Cómo evitar la condensación en casa
1. Usa materiales aislantes
La condensación se produce sobre todo en las ventanas sin rotura de puente térmico y en paredes al aisladas. Para solucionar el problema de raíz, será fundamental utilizar materiales aislantes de calidad. El vidrio de nuestras ventanas, de por sí, no actúa como aislante. Es por ello por lo que las ventanas son la mayor fuente de condensación en las casas.
Por ejemplo, instalar unas ventanas con doble acristalamiento o doble vidriado hermético mejorarán notablemente la aislación térmica y reducirán este problema.

Cambiar las ventanas y aplicar pintura antihumedad eliminarán la condensación de forma definitiva.
2. Ventila la casa por las mañanas
La ventilación diaria es un factor fundamental para mantener a raya la condensación, la aparición de humedad y malos olores. En invierno, la ventilación disminuye por causa de las bajas temperaturas y por el deseo de "guardar el calor producido por la calefacción".
Sin embargo, si tu casa tiende a estos problemas, ventilar es una tarea que debes realizar a diario sí o sí para evitar problemas de humedad. Lo mejor es que lo hagas por la mañana, a primera hora durante 10 o 15 minutos.
De igual forma, actos tan sencillos como abrir la ventana al terminar de cocinar, planchar o tomar una ducha reducirán los problemas de condensación notablemente. Recuerda, la condensación se produce cuando el vapor se encuentra con superficies frías. Por ello, es mejor que salga al exterior de casa.
3. Usa deshumidificadores
Los deshumidificadores son aparatos que ayudan a eliminar el exceso de humedad de una vivienda. Por lo tanto, son de gran utilidad en casas que tienen una fuerte tendencia a la humedad.
Por otra parte, si tu casa no tiende demasiado a la humedad, lo mejor es que utilices humidificadores, que son aparatos que mantienen constante la humedad del ambiente en un espacio cerrado, por lo que pueden ser muy útiles en espacios que no puedan ventilarse correctamente.

La aparición de moho en las paredes y techos es un problema que está directamente relacionado con la humedad por condensación.
Más trucos para evitar la condensación
También existen trucos que pueden ayudarnos en nuestra lucha contra la condensación. Son pasos sencillos que pueden no parecer importantes, pero que reducirán considerablemente el vapor que se forma dentro de tu hogar.
- Duchas más cortas. Gran parte de la condensación que se forma a la hora del baño puede evitarse con duchas más cortas y con agua más templada.
- Tapa los recipientes de cocina. Además de ahorrar en tiempo y energía, tapar los recipientes hará que no se multipliquen los problemas de humedad.
- Cierra las puertas y abrir las ventanas. El vapor que se forma en el baño o la cocina pasa al resto de la casa cuando abrimos las puertas, por eso es importante cerrar estas puertas y abrir sus respectivas ventanas para ventilar estos espacios.
- Evita secar la ropa dentro de casa. La ropa, al estar mojada, hace que los niveles de humedad se disparen en un espacio cerrado. Si tiendes la ropa dentro de casa, procura abrir una puerta o ventana.