¿Conocéis el chayote? Se trata de un fruto de la familia de las cucurbitáceas con un sabor un poco insípido y una textura muy acuosa.
La palabra chayote proviene del náhuatl "hitzayotli" y significa calabacita espinosa.

Lo interesante de esta planta es que se trata de una trepadora con un vigor descomunal.
Es muy poco tiempo puede llega a cubrir superficies tremendas y, cuando empieza producir sus frutos, no para, de ahí que sea una producción hortícola muy interesante.

Iñigo Segurola lo que suele hacer es reservar unos cuantos frutos y, al de un tiempo, empiezan a salir de la raja el nuevo tallo y la nueva raíz. Cuando ocurre eso, coge el fruto y lo introduce en un tiesto.
Aquí podéis ver cómo el tallo empieza a brotar y sus respectivos zarcillos:

Estos zarcillos son hojas modificadas que la planta ha generado para dar estabilidad a su inmenso vigor.
De esta forma, se van adhiriendo a distintos soportes y la planta puede crecer por distintas estructuras abarcando superficies tremendas.
Cómo cultivar chayotes y judías en la terraza
En nuestro caso, tenemos unos chayotes que los hemos forzado y los vamos a plantar en un contenedor junto con unas judías.

Hemos escogido dos variedades de judías: la judía que alcanza un metro de longitud y las judías amarillas.
Tanto el chayote como las judías son plantas trepadoras, por lo tanto, necesitamos colocar una estructura para que puedan ir creciendo.

Tenemos unas estructuras de varas de sauce, unos conos en barras de caña o de sauce y una estructura de madera que se introduce en la jardinera. Iñigo se ha decantado por esta última.
La colocamos en la jardinera y terminamos de rellenarla con el sustrato universal. Abonamos con guano específico para plantas trepadoras (rosales trepadores, glicinias, campsis...).

Colocamos en la parte central de la jardinera el chayote y, en las esquinas, las judías. Hay que tener cuidado con no desmenuzar el cepellón.
Plantamos un grupito de 5 semillas de judías verdes a ambos lados y colocamos unas cañas para que las judías, según vayan creciendo, acaben completando todo su volumen.

De esta forma tan sencilla, se logra una cosecha alterna de judías y chayotes en la terraza o balcón.
Tutor reciclado para judías
Como sabéis nos encanta reutilizar los objetos y darles un nuevo uso. Si os ocurre lo mismo, os encantará esta idea reciclando unas ruedas de bicicleta.
Curiosidades del chayote
El chayote tiene una tonalidad que va del verde oscuro al verde claro o amarillo claro casi blanco.
¿Cómo podemos saber que está tierno? Si lo está, presentará una cáscara lustrosa y dura.
Esta puede estar cubierta por espinas o no. Si no tiene espinas, tendrá una aspecto más liso y se observarán menos hendiduras. Además, no solo se utiliza su fruto, también se usan sus guías, sus hojas y su raíz llamada chinchayote o cueza.

Sus variedades más conocidas son el común, el erizo y el blanco. El chayote común es verde claro y su carne es verde blanquecina. El erizo tiene espinas, es verde oscuro en su piel y su carne también es verde oscuro.
Se puede consumir de diferentes formas: al horno, hervido, en guisos, caldos. Si os apetece probarlo, os recomendamos que pruebes esta deliciosa sopa de chayote.
Propiedades del chayote
El chayote es un alimento perfecto para quienes quieran reducir su peso ya que posee pocas calorías y es una excelente fuente de fibra. Además, posee bajos grasas saturadas por lo que controla los niveles de colesterol del cuerpo.
Es una gran fuente de potasio y de vitamina B2 y hierro, por lo que previene la anemia. Incluso, tiene beneficios para nuestro pelo, piel y uñas. Como podéis ver, es un alimento muy versátil.
Curiosidades de las judías
Se le considera una verdura a la judía verde pero, en cambio, una legumbre a la judía seca.
¿De dónde viene el nombre de judías? Aunque en algunos países centroamericanos o sudamericanos se les conocen como fríjoles y porotos, habichuelas, ejotes, chauchas o vainitas, la manera más común de llamarles es judías.
En España, también se les denomina como fabas (Galicia y Asturias), fesols (Valencia), habichuelas (Castilla, Andalucía y Murcia) o mongetes tendres (Cataluña). El origen del término "judías" proviene del árabe (al-lubíia) tomado del persa (lubía).

Las judías no se deben consumir crudas. ¿Por qué? Contienen una sustancia tóxica llamada faseolina que se elimina durante el proceso de la cocción.
Actualmente, en el mercado podemos encontrar distintas variedades: las planas (de sabor más intenso) y las finas y redondas (de sabor más suave) y existen mil formas de cocinarlas. Os proponemos estas 4 recetas deliciosas de Karlos Arguiñano.
Propiedades de las judías
Contienen un alto contenido en vitamina C lo que las convierten en un potente antioxidante. Poseen un un alto contenido en fibra regulando nuestro tránsito intestinal y nos ayudan a reducir la hipertensión, por su alta concentración en potasio y magnesio.
No ayudan a mantener nuestro sistema inmunológico sano gracias a las vitaminas A y C y zinc y mantienes en buen estado nuestros ojos y piel. ¡Un alimento imprescindible en nuestra dieta!