Mejora tu suelo sin químicos, descubre el abono verde

Abonos naturales

Mejora tu suelo sin químicos con el abono verde: una técnica natural, eficaz y respetuosa con el planeta.

Las zanahorias crecen fuertes sobre abono verde.
Las zanahorias crecen fuertes sobre abono verde.

El abono verde es la solución más natural que podemos encontrar para enriquecer nuestro jardín. No en vano es una de las estrategias más antiguas y efectivas que encontramos en la agricultura y la jardinería ecológica. ¡Y lo mejor es que no utiliza productos químicos para ello!

¿Quieres saber cómo utilizar determinadas plantas para enriquecer tus suelos? ¡En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber al respecto!

¿Qué es el abono verde?

El abono verde consiste en sembrar determinadas plantas (conocidas como abonos verdes o cultivos de cobertura) con el objetivo de incorporarlas al suelo en lugar de para cosecharlas. De esta manera las plantas aportan materia orgánica y nutrientes al medio, mejorando la estructura y la salud del terreno. Por tanto, es un cultivo temporal destinado a mejorar la calidad del suelo que podemos incluir en nuestra rotación de cultivos.

Para llevarlo a cabo es tan fácil como elegir la especie (o mezcla de especies) y sembrarla en el terreno durante la época adecuada, que será primavera, otoño o invierno, según la planta concreta de la que estemos hablando. Después debemos dejar que las plantas crezcan y cubran el suelo.

Cuando estas alcanzan su máximo vigor (antes de florecer o justo después de la floración, depende de la especie que estemos tratando), se cortan y/o trituran y se entierran en el propio surco o surcos adyacentes. De esta manera la planta, en su conjunto, es el propio producto que enriquece el suelo.

Cuando enterramos la planta en el suelo esta comienza a degradarse y descomponerse, liberando nutrientes y mejorando la estructura del suelo. Tras 2 o 6 semanas (en función de la temperatura y humedad del suelo, que afectará al proceso de descomposición) el suelo estará lo suficientemente enriquecido para que comencémoslos a cultivar la planta que deseábamos desde el principio.

Este ciclo aporta un flujo continuo de materia orgánica al suelo, además de que contribuye a la reducción de la erosión y a la fertilidad natural, permitiendo prescindir o al menos reducir la aplicación de fertilizantes químicos. Recuerda que este es uno de los principales impactos ambientales que tiene nuestra agricultura en los ecosistemas, ¡y hay maneras de mitigarlo!

Patatas cultivadas en suelo mejorado con abono verde: más salud para la tierra y el tubérculo.
Patatas cultivadas en suelo mejorado con abono verde: más salud para la tierra y el tubérculo.

Si te interesa el tema de los abonos, echa un vistazo a este artículo: Tipos de abonos según el sistema de liberación

¿Qué tipos de abono verde hay?

Como imaginarás existen múltiples especies que pueden emplearse como abono verde. Podemos encontrar tres grandes categorías:

Leguminosas

Entre las leguminosas encontramos ejemplos como los tréboles (género Trifolium), la veza (Vicia sativa), la alfalfa (Medicago sativa), el guisante de olor (Pisum sativum) o la mostaza india (Melilotus officinalis), entre otros muchos ejemplos. Esta familia es ideal para utilizarla como abono verde porque es capaz de fijar el nitrógeno atmosférico en su tejido, por lo que enriquecerá el suelo con este nutriente.

Esto lo realiza gracias a su simbiosis con bacterias del género Rhizobium que habitan en sus raíces, captando el N₂ del aire y convierten en formas asimilables, como el amoniaco. Las ventajas del cultivo de leguminosas no se quedan en que cuando este tejido se descompone en el suelo se incrementa la cantidad disponible de este recurso disponible en el suelo, sino que, por ejemplo, también mejoran la porosidad del suelo y la manera en el que el agua penetra en él gracias al desarrollo de raíces profundas.

Ver: Fijación de nitrógeno atmosférico por plantas leguminosas

Gramíneas y céspedes

Algunos ejemplos de estas plantas son la cebada forrajera (Hordeum vulgare), la avena (Avena sativa), el centeno (Secale cereale) o la festuca (género Festuca). Estas plantas destacan por generar una gran cantidad de biomasa, principalmente hojas y tallos, que aportan una gran cantidad de materia orgánica. Además, suelen tener raíces fibrosas, lo que mejora la estructura del suelo y previene su compactación.

Campo de trigo tras un ciclo de abono verde: mejor estructura del suelo y rendimiento sostenible.
Campo de trigo tras un ciclo de abono verde: mejor estructura del suelo y rendimiento sostenible.

Crucíferas y otras brassicáceas

Algunos ejemplos de estas plantas son la mostaza blanca (Sinapis alba), el nabo forrajero (Raphanus sativus), o la colza (Brassica napus). En este caso estas especies están caracterizadas porque al descomponerse liberan compuestos que inhiben el crecimiento de hongos y nematodos patógenos. Por este motivo son una excelente herramienta de biofumigación para la agricultura ecológica.

Por supuesto, no es necesario que esto lo hagamos de manera separada, sino que las mezclas y asociaciones son ideales, tanto para el cultivo como para su descomposición en el suelo.

¿Qué beneficios tiene el abono verde?

Aplicar abonos verdes reporta mejoras en múltiples aspectos tanto del suelo como del cultivo, y tanto a corto como a medio y largo plazo. ¡Sin olvidar que es mucho más respetuoso con el medio ambiente!

Aporte y reciclado de nutrientes

  • Nitrógeno : Las leguminosas fijan hasta 100 kilos de nitrógeno por cada hectárea de plantaciones dedicadas a ellas durante su ciclo vital. Sorprendentemente, esto equivale a un abonado moderado de fertilizantes nitrogenados, ¡un dineral ahorrado!
  • Fósforo y potasio : El fósforo y el potasio se adquiere de manera genérica gracias la descomposición de la biomasa. Este proceso los libera gradualmente, mejorando la nutrición de los cultivos que se desarrollarán posteriormente en este suelo.
  • Micronutrientes : El abono verde aporta materia orgánica enriquecida, con su presencia de oligoelementos.

Mejora de la estructura del suelo

Como es natural, la incorporación de tejido vegetal aumenta la cantidad de materia orgánica del suelo. A su vez esto ayuda a incrementar la porosidad, el drenaje, la capacidad de retención de agua y la aireación de esta estructura.

Biodiversidad y fauna del suelo

Este punto está muy relacionado con el anterior, ya que la incorporación de materia orgánica en descomposición sirve como alimento para múltiples animales, como lombrices, colémbolos y otros invertebrados, que junto a los microorganismos son quienes permiten el reciclado de nutrientes y el enriquecimiento del suelo.

Zanahorias más sanas gracias al abono verde: un suelo vivo da raíces fuertes y sabrosas.
Zanahorias más sanas gracias al abono verde: un suelo vivo da raíces fuertes y sabrosas.

¿Cómo implementar un abono verde en tu jardín?

Para comenzar con esta tarea debemos seleccionar las especies que queremos cultivar para utilizarlas como abono verde. Esta decisión dependerá del clima, la época y el objetivo con el que lo hagamos, siendo principalmente la incorporación de nitrógeno, la biofumigación o la mejora de la estructura. Por ejemplo, en climas templados podemos apostar por una mezcla de veza y avena durante el otoño, mostaza en primavera y trébol en verano, ¡aunque hay cientos de combinaciones posibles!

Antes de la siembra te recomiendo eliminar las malas hierbas más grandes y los restos de cultivos anteriores, además de remover la tierra si lo consideramos necesario. Una vez tengamos esto listo podemos sembrar tanto por voleo como en líneas, según el cultivo que queramos llevar a cabo. Después de esto simplemente debemos dejar que nuestros cultivos crezcan, tratándoselos de darles las mejores condiciones de cultivo.

Un momento muy importante es la incorporación al suelo, que es recomendable que hagamos antes de que se inicie la floración masiva, de manera que maximicemos la biomasa que podemos incorporar al suelo sin que esta haya invertido sus valiosos nutrientes en esta actividad, que tiene una gran demanda de energía. Te recomiendo que cortes estas plantas con guadaña o desbrozadora y que la piquemos siempre que sea posible. Además, es buena idea dejar toda esta biomasa recién extraída en la superficie del suelo durante unos días, para que comience la descomposición.

Después de esto debemos incorporar toda esta biomasa al suelo, a unos 10 o 15 centímetros de profundidad, aunque podemos incluso reservar una pequeña parte para incorporarlo en la superficie a modo de mulch. En unas 3 o 6 semanas nuestro suelo ya estará enriquecido, por lo que si apenas quedan restos fibrosos podemos comenzar con nuestro cultivo principal.

Cebollas cultivadas con abono verde: suelos fértiles, bulbos más sanos y sostenibles.
Cebollas cultivadas con abono verde: suelos fértiles, bulbos más sanos y sostenibles.

Como has visto, el abono verde es una práctica versátil, económica y respetuosa con el medio ambiente que aporta numerosos beneficios a cualquier jardín o huerto. Comenzar a utilizar el abono verde en tu rutina anual de jardinería es un paso clave hacia una gestión más natural y eficiente de nuestros cultivos. ¡Comienza a implementar esta metodología y observa cómo tu jardín florece de nuevo!

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