Aprende a plantar frutales en bolsas: consejos y trucos

¿Estáis pensando en plantar un frutal en vuestro jardín y no sabéis muy bien cómo hacerlo? Si os gusta contemplar las flores y su polinización, descansar a la sombra de un árbol y, más aún, disfrutar de sus frutos y ofrecérselos vuestras amistades y familiares, los árboles frutales son vuestra mejor opción.
En este artículo hablaremos de los beneficios de plantar un frutal en nuestro jardín, de cómo hacerlo paso a paso si lo compramos ya plantado en una bolsa y algunas otras curiosidades ¡Tomad nota!
Es habitual que en estas fechas, en plena primavera, optemos por renovar las plantas del jardín y vayamos, para ello, a nuestro vivero de confianza.
Para las personas que tengan un buen espacio en su jardín (o que conozcan las técnicas correctas para el cultivo en maceta) plantar un árbol puede ser una bonita manera de pasar una tarde de primavera ¡Sus beneficios son innumerables!

Sin embargo, nos puede sorprender ver que, en algunas ocasiones, las plantas no vienen plantadas en una maceta como tal, de la cual deberemos extraerla y trasplantarla, sino que estas plantas vienen dentro de una bolsa.
Esto es bastante común que ocurra con los árboles frutales, y es un fenómeno que podemos ver también en las secciones de jardinería de algunas grandes superficies.
Árboles frutales en bolsa: Consejos para una plantación exitosa
Las plantas que se encuentran en esta situación son más manejables a la hora de transportarlas pero no sobrevivirán mucho tiempo mientras se encuentren plantadas en la bolsa, por lo que deberemos trasplantarlas rápidamente al suelo o a la maceta que elijamos.
Un consejo que puede sernos bastante útil a la hora de plantar un frutal es elegir el individuo correcto. Como ya hemos comentado en otros artículos, lo ideal para que una planta crezca vigorosa tras un trasplante, es realizarlo antes de que esta haya comenzado a brotar.
El caso de los frutales en bolsa no es una excepción, y es que, si el árbol concreto que queremos comprar aún no ha comenzado a brotar tendremos más probabilidades de que, al plantarlo, crezca sin problemas. Esto es debido a que, cuando el árbol comienza a desarrollar su parte aérea, se verá estimulado a producir raíces que ya puedan penetrar correctamente en la tierra y comenzar a ser completamente funcionales.
¿Qué tienen en común la mayoría de los frutales en bolsa?
Si nos fijamos, la mayoría de árboles frutales que compramos para plantarlos en el jardín, suelen tener injertos.

Injertos en jardinería: todo lo que necesitas saber
Esto es debido a que hay variedades concretas de estos frutales que son más apreciadas por la población, debido al sabor de sus frutos, o al tamaño o resistencia de la propia planta. Por este motivo, y como ya vimos en otros artículos, como en el que hablamos de la reproducción sexual y asexual, plantar la semilla de un individuo de esta variedad no es una buena idea si queremos replicar sus características.
Podemos optar por permitir que una semilla germine y, en la parte aérea de la planta, realizar un injerto de la variedad deseada. De esta manera, la parte inferior de la planta sí pertenece a la planta original, mientras que la superior es idéntica a la variedad que deseamos, produciendo los mismos frutos que la planta de la cual proviene.
Si finalmente nos decidimos por esta opción, es importante que llevemos a cabo correctamente la plantación de frutales en bolsa.
¿Cómo elegir la ubicación ideal para frutales en bolsa?
Lo primero que debemos hacer es preparar, con algo de tiempo, la localización y el sustrato en el que queremos que crezca nuestro árbol.

Normalmente, el cultivo de frutales se lleva a cabo directamente en el suelo, por lo que se recomienda que, el día de antes de realizar la plantación, cavemos un hoyo en el suelo que sea de un tamaño el doble de superior que el volumen del cepellón, y lo rellenemos con agua.
Pasos para plantar frutales en bolsa
1. Liberar el cepellón de la bolsa
El día del trasplante debemos comenzar por retirar la bolsa que se encuentra alrededor de las raíces, liberando el cepellón. Las raíces se encuentran con tierra protegida y mantenida por una malla, la cual deberemos conservar.
Es un error común tratar de quitar esta malla, lo que puede provocar el fracaso del trasplante, ya que sobre todo en los frutales de gran tamaño ayuda a que el cepellón no se desmorone. Por este motivo, recomendamos, en la medida de lo posible, mantener esta malla que suele ser biodegradable siempre que consideremos que, si la retiramos, el trasplante puede fallar y que la malla no va a estrangular ni a las raíces ni al tronco del árbol.
2. Sumergir el cepellón en agua
Para facilitar este proceso de enraizamiento, se recomienda sumergir durante unos 10 minutos el cepellón en agua, tiempo en el que terminaremos de preparar el hoyo de plantación que comenzamos el día anterior. Para ello, crearemos una mezcla de sustrato con el extraído del hoyo, y otro sustrato rico en nutrientes, como puede ser el humus de lombriz, en una proporción de 1:1.
3. Plantamos el cepellón

Una vez transcurrido este tiempo, y teniéndolo todo preparado, procederemos a introducir la planta en el hoyo.
El cepellón tendrá que quedar completamente enterrado, por debajo del nivel del suelo, y lo más centrado posible. Aquellos huecos que hayan quedado entre el cepellón y las paredes del hoyo deben ser rellenados con el sustrato que hemos preparado previamente y, una vez terminado de rellenar, apretaremos levemente para que no queden bolsas de aire.

Aunque el proceso de plantado podría finalizar aquí, se recomienda tener en cuenta un par de puntos más. Uno de ellos es que el punto de unión del injerto siempre debe quedar por encima del suelo, o también crear alrededor de la planta un pequeño caballón, es decir, una pequeña superficie, algo elevada, que permita rellenar el círculo interior con materia orgánica de manera que enriquezca y facilite la acumulación del agua.
Cuidado y mantenimiento de los árboles frutales de bolsas
Como ya sabemos, no es especialmente recomendable realizar un riego justo después del trasplante, y más si lo hemos hecho en el momento adecuado y cuando la planta aún no ha comenzado a brotar.
En estos casos, se recomienda dejar pasar algunos días antes de realizar el riego y, al realizar este por primera vez, que sea abundante.

¿Deberías regar después de trasplantar tus plantas?
Como habéis podido comprobar, plantar un frutal en bolsa es muy sencillo. Si seguimos estos consejos, estamos seguros de que el cultivo será exitoso y, en unos años, disfrutaremos de todos los beneficios de haber plantado nuestro árbol frutal.
Por si te interesa seguir indagando en el mundo de los frutales, puede que te interese saber cómo cultivar árboles frutales en maceta. Es una opción perfecta si no dispones de tanto espacio.