Seguro que en tu propio jardín has realizado incontables acodos, esquejes y otras formas
de reproducir una planta, sin llegar a plantearte realmente por qué lo hacemos de esta forma.
En
jardinería está muy extendido este tipo de reproducción, aunque muchas veces sus
consecuencias no son muy bien comprendidas. Por ello hoy nos preguntamos, ¿por qué
preferimos realizar esquejes en lugar de germinar semillas?
En este artículo abordaremos las diferencias entre la reproducción sexual y asexual en las plantas, qué ventajas tiene una y otra y en qué situaciones es más recomendable ejecutar cada una de ellas.
Las personas que hemos elegido a la jardinería como nuestro hobby tenemos una ventaja: podemos obtener grandes cantidades de plantas a partir de un único ejemplar. Esto es muy útil cuando queremos aumentar el número de plantas de nuestro jardín, compartir algún ejemplar con nuestras amistades, o simplemente trabajar con diferentes plantas sin tener que invertir grandes cantidades de dinero.

El proceso de multiplicar el número de plantas que tenemos se puede llevar a cabo
mediante esquejes, estacas, tubérculos, bulbos o, incluso, acodos, y todas cumplen la misma
premisa: a partir de un individuo obtenemos un fragmento, de manera que en el momento
adecuado, y con los cuidados adecuados, podemos hacer que dé lugar a una nueva planta,
exactamente igual a la anterior.
Todas estas maneras diferentes de reproducir las plantas de
nuestro jardín tienen algo en común, y es que se trata de una reproducción asexual, que tiene
características diferentes a la reproducción sexual.
¿Qué es la reproducción sexual?
La reproducción sexual es la reproducción que nos puede ser más familiar, ya que es la
propia de la especie humana.
En el mundo vegetal esta reproducción se da gracias a la
polinización de las flores, por la que se juntan el polen (gametos vegetales masculinos) y el óvulo
(gametos vegetales femeninos) y se crea una semilla, el embrión vegetal. (Si te interesa, te contamos más sobre cómo se produce la polinización).
Este tiene la capacidad
de crear una nueva planta, genéticamente diferente a sus progenitores y, por tanto, con
características diferentes, pudiendo requerir distintos cuidados y llegando a producir diferentes
frutos.

La reproducción sexual es más tardía que la asexual, y es una gran ventaja frente a la
segunda, ya que permite tener fácilmente diferentes individuos en una población, de manera que,
si se da un cambio en el ambiente, es más fácil que la especie sobreviva.
Hoy en día hay muchas
plantas que, aunque teóricamente puedan reproducirse de manera asexual, en la práctica no se
lleva a cabo por este proceso, por lo que debemos recurrir a la reproducción sexual mediante
polinización para poder obtener nuevos individuos.
¿Qué es la reproducción asexual?
La reproducción asexual no es exclusiva del mundo vegetal, ya que algunos animales también la presentan. Sin embargo, en los vegetales está mucho más extendida y es más fácil llevarla a cabo, motivo por el cual, a lo largo de la historia de la agricultura, se ha empleado esta forma frente a la reproducción sexual.
Ventajas de la reproducción asexual
Esta reproducción tiene algunas ventajas, como que los individuos nuevos que aparecen son genéticamente idénticos a las plantas originales de las que provienen, de manera que sus propiedades, como puede ser su tasa de crecimiento, el color de las hojas o las necesidades ecológicas, son idénticas.
Esto ha beneficiado enormemente a la industria alimentaria, ya que es un proceso que permite obtener exactamente el mismo tipo de fruta, verdura o legumbre de forma mantenida en el tiempo.

Un ejemplo característico es el cultivo del naranjo, en el que, si dejásemos que ocurriese la reproducción sexual, no todas las naranjas serían idénticas, pudiendo darse el caso que los nuevos árboles produjeran naranjas con sabores desagradables, frutas más pequeñas o árboles con diferentes necesidades ecológicas y que no podrían cultivarse de manera similar. Por ello, se prefiere utilizar acodos aéreos, de manera que la parte superior del árbol, la encargada de producir los frutos, es exactamente igual en todos los individuos.
Preguntas de interés sobre la reproducción sexual y asexual
¿Cuál de las dos formas de reproducción es mejor?
Ambas reproducciones existen de manera natural en la naturaleza, ya que responden a diferentes necesidades de las plantas.
La reproducción sexual incrementa la variabilidad de la población, lo que supone una gran ventaja si se produce un cambio ambiental, aunque también supone una desventaja, puesto que siempre habrá ciertos individuos que presenten peores características que las plantas originales.
Reproducir el acebo mediante semilla (reproducción sexual)
La reproducción asexual, por otro lado, crea nuevas plantas idénticas a las anteriores, por lo que, si el ambiente no cambia, están perfectamente adaptadas y sus características nos son beneficiosas, ya que nos mejora el rendimiento y ahorra costes en la reproducción.
El problema viene dado en que pocas veces el ambiente se mantiene constante, y esto puede llegar a ser catastrófico para la supervivencia de alguna especie, o incluso la nuestra propia.
¿Es peligroso abusar de la reproducción asexual?
Actualmente, es difícil afirmar que un exceso de reproducción asexual vegetal mediada por humanos, principalmente realizada por agricultores en el campo y especialistas en los viveros, pueda llegar a perjudicar a una especie de manera irreversible.
Sí que es cierto que, con el actual descenso de la biodiversidad natural, corremos el riesgo de que ciertas especies desaparezcan en la naturaleza y las conservemos únicamente en estos ámbitos, en los que se pueda pecar de excedernos en el uso de esta forma de reproducción y que, por tanto, tengamos una población muy poco diversa. Aun así, esto está contemplado y, actualmente, no es uno de los problemas más graves que podamos tener.
Sin embargo, en el pasado hay evidencias de cuando el abuso de la reproducción asexual diezmó, no solo a la población de una especie, sino que llegó a afectar a la población humana.
Un ejemplo es la Gran hambruna irlandesa ocurrida entre los años 1845 y 1849, por la que más de un millón de personas murieron de hambre en este país europeo.

El motivo que la originó fue que la población más pobre durante décadas había basado su alimentación en las patatas, fácilmente reproducibles de manera asexual, ya que son tubérculos. Por este motivo, los agricultores irlandeses solían producir grandes cantidades de este vegetal mediante clonación, por lo que la mayoría de los cultivos irlandeses, y por tanto, los productos obtenidos, las patatas, eran clones exactos, como una gran y única mata que se esparcía por todo el país.
Fue entonces cuando apareció un hongo, el mildiu, del que ya hemos hablado en otros artículos, que afecta a las plantas de patata, dejando la mayoría de los campos de cultivo arrasados. Dado que todos los cultivos eran exactamente idénticos, no había ninguna planta de patata que, por azar, pudiera resistir al hongo y que sirviera para mantener la especie.
Finalmente, el problema se solucionó trayendo patatas diferentes de distintos puntos, hasta que algunas de ellas, por azar, eran resistentes al hongo, pudiendo extenderse estas variedades y remplazando a las anteriores.
Filoxera, pulgón hemíptero succionador que afecta a la vid
Esta historia es muy parecida a lo que ocurrió en la península ibérica y Francia con las viñas afectadas de filoxera, solucionándose nuevamente con la importación de otras variedades.
El final de estas dos historias, aunque terribles, se solucionó gracias al hecho de que no en todo el planeta se realizaba el cultivo con los mismos clones. Sin embargo, si no hubiera existido la posibilidad de traer plantas que no estaban siendo reproducidas de forma asexual, la especie habría desaparecido, y la hambruna se habría alargado y expandido a otros países. Por este motivo, el pasado es un recordatorio de por qué es necesario mantener y proteger la biodiversidad del planeta.
Como has podido ver, la reproducción de las plantas es sorprendente, así como las consecuencias de la intervención del ser humano en el proceso. Si quieres seguir aprendiendo sobre esta y otras curiosidades, no te pierdas los próximos artículos.