Akadama, usos y beneficios de este sustrato japonés

¿Sabes lo que es la Akadama? Seguro que has oído hablar de ella, ya que es un estupendo sustrato para nuestros bonsáis. Sin embargo, no es un sustrato como cualquier otro al que podemos estar acostumbrados, ya que su aspecto y sus utilidades, son algo diferentes.
En este artículo os hablamos de la akadama, un estupendo sustrato muy útil para el cultivo de nuestros bonsáis y otras plantas. ¿Te interesa?
Estoy seguro de que en alguna ocasión, paseando por tu vivero de confianza, te habrás topado con alguna bolsa de akadama en la sección de sustratos, sin saber qué es ni para qué se utiliza.
A muchos nos puede pasar, sobre todo si estamos muy acostumbrados a utilizar sustratos universales o, en casos excepcionales, otros más específicos, como puede ser el sustrato para orquídeas. Por eso ha llegado el día de hablar de la akadama para que puedas comenzar a usarla en tu jardín.
¿Qué es la akadama?
La akadama es un sustrato japonés de origen volcánico, que nos podría recordar fácilmente a la perlita, de la que ya hablamos en otros artículos, pero con la que guarda bastantes diferencias.
Este sustrato es, en realidad, un tipo de arcilla granulada tratada a altas temperaturas para incrementar su resistencia y porosidad. Es fácilmente distinguible por su relativa dureza al tacto (si lo comparamos con otros sustratos) y por tener un viraje de color entre el rojo o cobrizo, cuando se encuentra seca, y el marrón, similar al color del barro, cuando se encuentra húmeda.

Podemos encontrar tres tamaños distintos, el estándar, con partículas de entre 3 y 6 mm de grosor, el Shohin, con entre 1 y 4 mm de grosor, y el tamaño más grueso, con entre a y 10 mm de grosor.
Se trata de un sustrato muy relacionado con el mundo de los bonsáis, por lo que los profesionales, pero también muchos aficionados a esta técnica de cultivo, suelen utilizarlo.
Gracias a que es un sustrato conformado por granos gruesos y muy porosos (tanto externa como internamente) puede facilitar enormemente la ventilación y oxigenación de las raíces, a la vez que mantiene la humedad edáfica, pero evita el encharcamiento.
Estas características son muy deseables en el cultivo de plantas, ya que facilita el desarrollo radicular y el crecimiento más rápido y vigoroso de las plantas, a la vez que facilita el desarrollo de la vida microbiana en nuestro sustrato, algo que solemos olvidar, pero que es fundamental para mantener unos suelos fértiles y sanos.
¡Parece el sustrato ideal! ¿No crees? Sin embargo, no todo son buenas noticias, ya que su pH, ligeramente ácido, lo hace muy útil cuando nos encontramos cultivando plantas acidófilas, pero puede resultar un problema en el caso de las plantas con requerimientos de pH mayores.
Además, es un sustrato que por sí mismo es relativamente pobre en nutrientes y que fácilmente puede convertirse en una especie de pasta, por lo que su tiempo de vida útil es bastante corto. Cuando utilizamos este sustrato suele ser necesaria su renovación cada 2 o 3 años, en función de la planta que estemos cultivando y la climatología de nuestro jardín.

El precio de este sustrato puede resultarnos algo caro, ya que suele tratarse de un producto de importación. Por este motivo debemos tenerlo siempre en cuenta a la hora de decidir cómo y cuando lo utilizamos y de esta manera poder optimizar su uso. ¡Recuerda que uno de los puntos positivos de nuestra afición es lo barata que puede llegar a ser!
¿Para qué sirve la akadama?
Gracias a sus propiedades, la akadama tiene diversas funciones en el cultivo de plantas. Aquí te dejo algunos ejemplos, aunque te recomiendo que, conociendo sus propiedades, te atrevas a experimentar con otros usos.
Complemento específico de otros sustratos
Sin duda, la función principal de este sustrato es utilizarlo como un complemento de otros sustratos, de manera que logremos una mezcla. Aunque podríamos plantar nuestros bonsáis exclusivamente en akadama, esto no suele ser lo habitual.
La mayoría de expertos recomienda utilizar sustratos más ricos en nutrientes, pero en los que la akadama forme una parte importante de su composición. Utilizando este sustrato en combinación de otros logrará obtener sus beneficios gracias al incremento en la respiración del suelo a la vez que sorteamos el déficit de nutrientes. ¡Lo mejor de lo dos mundos!
Indicador de la humedad edáfica
Gracias al viraje de color que existe entre la akadama húmeda y la seca, esta puede ser utilizada como una estupenda y eficiente señal del estado hídrico del suelo.
Utilizando este sustrato podremos saber inmediatamente, tan solo con mirar, la necesidad de riego que puede tener nuestra planta. Esto tiene muchas ventajas frente a otros sustratos, ya que por ejemplo simplemente con un vistazo rápido podremos saber qué plantas debemos regar y cuáles no.

Personalmente, es muy útil cuando nos encontremos de vacaciones, ya que simplemente tendremos que pedir a nuestro familiar o amigo que se haya quedado al mando del cuidado de nuestras plantas, que nos comparta fotografías para saber si el riego que realiza es el suficiente o indicarle que planta debe regar y cuál no. ¡Algo muy útil si queremos viajar sin preocuparnos por el estado de nuestro jardín!
Corrector del pH edáfico
Como ya hemos comentado, el uso de la akadama acidifica el sustrato. Esto nos permite adaptar nuestro sustrato específicamente a la planta con la que estamos trabajando, de manera que si es acidófila, aumentando la concentración de la akadama podemos ofrecerle un entorno más apropiado, lo que le permitirá desarrollarse correctamente.
Este apartado puede ser tanto una valiosa herramienta como un problema si no sabemos utilizarla de manera correcta, por lo que debemos ser precavidos en su uso.
¿Cómo debo usar la akadama?
Aunque puedes utilizar este elemento como único ingrediente de tu sustrato, te recomiendo que lo combines con otros, como ya te he explicado anteriormente.
Para comenzar debemos extraer la akadama de su recipiente de almacenaje, proceso que, por experiencia, te recomiendo que lo hagas sobre una bandeja de plástico o similares, ya que sus pequeños gránulos pueden dispersarse fácilmente.
Antes de utilizar nuestro sustrato debemos limpiarlo en profundidad, colocándolo directamente sobre un tamiz que se ajuste al granulado específico de nuestro producto, aunque probablemente un tamiz de 3 mm te vendrá perfecto.
Gracias al tamizado podremos separar el polvo que la akadama suele contener para quedarnos únicamente con su parte más compacta, de manera que lograremos alargar su vida útil y mejorar su calidad.

A continuación, te recomiendo que la laves en profundidad en este mismo tamiz, de manera que terminemos de limpiar completamente los granos y dejes que se seque exponiéndola directamente al Sol y al aire antes de utilizarla.
Existen muchas mezclas posibles con la akadama que varían principalmente en su porcentaje y en el resto de sustratos a utilizar y dependen fundamentalmente de la planta con la que estemos trabajando, nuestra climatología y, por supuesto, nuestro objetivo de cultivo.
Una idea bastante sencilla es combinar sustrato universal y akadama, pudiendo obtener así un sustrato rico en nutrientes muy fácilmente Una vez hemos decidido cómo queremos que sea nuestro sustrato es tan fácil como seleccionar un recipiente en el que queramos hacer la mezcla y que sea distinto al contenedor final en el que plantaremos nuestro ejemplar.
En este recipiente debemos colocar primero el resto de los elementos del sustrato que no son la akadama en sus concentraciones correspondientes y los mezclamos bien para homogeneizar sus componentes. Por último, añadimos la akadama y volvemos a mezclar hasta homogeneizar totalmente.
¿Es la akadama adecuado para todas las plantas?
Debemos tener algo en cuenta cuando hablamos de jardinería, y es que ni siquiera el sustrato universal es realmente universal. Aunque la akadama es una muy buena opción para nuestras plantas, especialmente para los bonsáis, puede no ser siempre una buena opción.
Su principal ventaja es la oxigenación de las raíces y las consiguientes ventajas que esto trae. Sin embargo, esto se puede convertir en un arma de doble filo, ya que también hace que el agua se mantenga menos tiempo en el suelo. Por este motivo, aunque nos pueda ayudar en el cultivo, también nos va a obligar a estar más pendiente de los riegos, sobre todo en los meses de verano.

Como experiencia personal, algunos de mis bonsáis plantados en akadama han necesitado ser regados incluso dos veces al día en las semanas más calurosas de agosto, por lo que es algo a tener en cuenta si no tenemos el tiempo suficiente. Por eso te recomiendo que utilices akadama y experimentes con diferentes proporciones en el cultivo de tus bonsáis hasta que des con la más adecuada en función de tu ubicación y de los cuidados que reciban tus plantas.
Una buena idea para combatir el pequeño problema de la frecuencia de los riegos lo compenses con una mayor vigilancia y la incorporación de elementos como el riego por goteo.
¿Existen alternativas a la akadama?
Como hemos comentado, la akadama puede ser una herramienta muy poderosa pero a la vez muy cara y, quizás, difícil de encontrar. Por esto, sobre todo si tenemos muchos bonsáis y un presupuesto algo ajustado, te recomiendo que consigas algunos tejas o, incluso, ladrillos para utilizarlos como sustituto.
La idea es utilizar estas tejas como un sustituto bastante parecido a la akadama, incluso tendrá una mayor vida útil que este sustrato japonés. Para ello debemos comenzar sumergiendo estas tejas en agua durante 24 horas para reblandecerlas y a continuación romperlas suavemente con la ayuda de un martillo. Debemos lograr un tamaño similar al de la akadama, pero sin excedernos, por lo que deberemos ser precavidos.
Al terminar debemos, al igual que ocurría con la akadama, tamizar bien, de manera que retiremos todos los restos que se hayan podido generar y los fragmentos más pequeños. Una mezcla que me ha dado muy buen resultado es utilizar 3/4 partes de esta akadama casera mezclada con una cuarta parte de humus de lombriz, del que también hemos hablado en otros artículos.
Como has visto, utilizar la akadama en nuestro jardín es mucho más sencillo y útil de lo que podríamos pensar. Puede ser una estupenda idea para profundizar en tus conocimientos en jardinería y en mejorar la salud de tus bonsáis. ¡El precio ya no es una excusa, siempre puedes hacerla en tu hogar!