¿Zumo, ralladura o gajos? Cómo usar cada parte del limón en la cocina
Tres formas clave
Guía práctica para aprovechar todo el limón en tus recetas

El limón es un imprescindible en cualquier cocina. De él se aprovecha todo: la ralladura, el zumo y hasta los gajos, cada uno con un papel distinto en la receta. Pero, ¿cómo sacar el máximo partido a cada parte del limón?
El zumo aporta acidez y jugosidad, la piel concentra el aroma y los aceites esenciales, mientras que los gajos aportan frescura y textura, ideales en bebidas como la limonada.
La clave es conocer cómo utilizarlos correctamente, extraer todo su sabor y, lo más importante, cómo conservarlos para que duren más.
El limón no es solo una fruta para acompañar pescados o preparar limonada. Contiene vitamina C, aceites esenciales y un aroma único que transforma cualquier receta.
En gastronomía, se valora tanto por su capacidad de realzar sabores como por sus propiedades para equilibrar grasas o cortar la sensación de dulzor excesivo.
El zumo del limón y cómo exprimirlo correctamente

El zumo de limón es probablemente la parte más utilizada. Sirve para aliñar ensaladas, marinar carnes y pescados, preparar aderezos, refrescos o cócteles, e incluso para evitar que frutas como la manzana o el aguacate se oxiden.
Para exprimirlo de forma eficiente, conviene rodar el limón presionando ligeramente sobre la encimera antes de cortarlo.
Esto rompe parte de las fibras y facilita que suelte más zumo. Se puede exprimir a mano, con un exprimidor manual o eléctrico, siempre evitando apretar demasiado la parte blanca de la piel, ya que aporta amargor.
La ralladura y la piel: aroma en estado puro

La ralladura de limón es una joya aromática. Contiene aceites esenciales concentrados que aportan un perfume fresco e intenso a platos dulces y salados. En repostería, es un ingrediente habitual en bizcochos, galletas, cremas y glaseados. También puede dar un sabor especial a vinagretas, arroces o salsas.
Para obtener la ralladura, lo ideal es usar un rallador fino y rallar sólo la capa amarilla, evitando la parte blanca (llamada albedo) porque es amarga.
Es mejor rallar justo antes de usarla para aprovechar al máximo sus aromas, ya que se evaporan rápidamente.
La piel del limón entera también se utiliza para infusionar caldos, licores (como el limoncello), siropes o aceites aromatizados.
Basta con cortarla con un pelador y añadirla a la preparación, retirándola antes de servir.
Los gajos de limón y cómo cortarlos

Los gajos de limón aportan frescura y acidez natural, perfectos para acompañar mariscos, pescados a la parrilla, carnes asadas o cócteles. También se utilizan como decoración en platos y bebidas.
Para cortarlos correctamente, se parte el limón por la mitad y luego en cuartos o en octavos, según el tamaño deseado.
Si se busca que sean más fáciles de exprimir directamente sobre la comida, conviene cortar un pequeño triángulo de piel en la base para facilitar la presión.
Cómo conservar cada parte del limón

Mitad de limón cortada: colócala con la pulpa hacia abajo sobre un plato, envuélvela en film transparente o guárdala en un recipiente hermético en la nevera. Así durará entre 3 y 4 días.
Ralladura: si has rallado más de lo necesario, puedes congelarla en pequeñas porciones dentro de una bolsa hermética. Aunque pierde algo de aroma, sigue siendo útil para cocinar.
Piel entera: se puede congelar y usar directamente en infusiones, sopas o guisos.
Gajos: guárdalos en un recipiente hermético en la nevera y consúmelos en un par de días para mantener su frescura.
Zumo: para conservarlo más tiempo, viértelo en cubiteras y congélalo. Luego podrás usar los cubos directamente en recetas o bebidas. En la nevera, el zumo recién exprimido aguanta entre 2 y 3 días antes de perder intensidad.
El limón es el mejor ejemplo de cómo un solo ingrediente puede aportar mucho a la cocina. Un chorrito de su zumo realza una ensalada, la ralladura da un toque fresco a postres como el helado de limón, y sus gajos acompañan a la perfección pescados como la lubina con salsa de limón.
Si además aprendemos a conservarlo correctamente, podremos disfrutar de toda su frescura y aroma durante más tiempo.