Receta básica
Caldo de pollo casero
Receta económica y sencilla para conseguir un caldo casero lleno de sabor natural
El caldo de pollo casero es uno de esos básicos de cocina que nunca pasan de moda. Para prepararlo solo necesitas carcasas de pollo, verduras y agua, además de un poco de paciencia durante la cocción.
El resultado es un caldo natural, sin aditivos ni conservantes, que puedes adaptar fácilmente. Añade fideos para una sopa rápida o úsalo como base para arroces, cremas y salsas. Sigue el paso a paso y disfruta de un fondo casero lleno de sabor.
Índice de contenidos
Ingredientes
-
2 carcasas de pollo
-
1 muslo de pollo
-
1 patata
-
1 apio
-
2 zanahorias
-
1 puerro
-
3 litros de agua
-
sal
-
orégano seco
-
espaguetis (opcional)
Raciones
4
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
10 m
Cocinado
1 h 25 m
Tiempo total
1 h 35 m
Alérgenos
Apio
Gluten
Cómo hacer caldo de pollo casero paso a paso
Corta y pela las verduras
Pela la patata y las zanahorias, corta el apio en trozos grandes y limpia bien el puerro retirando las capas más duras y las raíces.
Reserva todas las verduras.
Dora la carcasa de pollo
En una sartén con un poco de aceite de oliva, dora ligeramente las carcasas y el muslo de pollo. Este paso es opcional, pero ayuda a potenciar el sabor del caldo y le da un color más dorado y profundo.
Pon a cocer las carcasas y el muslo de pollo en agua
Coloca las carcasas y el muslo dorado en una olla grande. Cubre con el agua y lleva a ebullición.
Cuando empiece a hervir, baja el fuego y retira la espuma o grasa que se acumule en la superficie con una espumadera.
Incorpora las verduras
Incorpora las verduras limpias y cortadas. Añade un poco de sal al caldo.
Cocina el caldo de pollo casero lentamente
Añade un poco de orégano (opcional, pero aporta un toque muy aromático).
Deja que el caldo se cocine a fuego bajo durante al menos 80 minutos. A medida que el caldo hierve, verás que se forma una capa de grasa en la superficie; retírala con un cazo o espumadera.
Agrega los espaguetis finos al caldo (opcional)
Una vez terminado el tiempo de cocción, puedes añadir un puñado de espaguetis finos directamente al caldo.
Déjalos cocer hasta que estén al dente. Es la forma más rápida de disfrutar un plato caliente y reconfortante recién hecho
Cuela, sirve o reserva
Una vez pasado el tiempo de cocción, cuela el caldo y desecha los restos de verdura y huesos.
Guárdalo en un táper cerrado. Así tendrás un fondo casero listo para usar en sopas, arroces o guisos cuando lo necesites
Consejos y trucos
Un buen caldo necesita tiempo. Cuanto más suave y prolongado sea el hervor, más limpio y sabroso será el resultado.
Retira la espuma y la grasa que se acumulan en la superficie durante la cocción. Así evitarás sabores amargos y conseguirás un caldo más claro.
El puerro, la zanahoria y el apio forman la base clásica del caldo. También puedes añadir nabo o chirivía si quieres un toque más dulce.
El orégano, una hoja de laurel o unos granos de pimienta aportan un matiz sutil sin enmascarar el sabor. Añade las especias que más te gusten.
Preguntas y respuestas
¿Se puede usar pollo entero?
Sí, aunque las carcasas y los muslos aportan más sabor. Si utilizas un pollo entero, conviene retirar parte de la carne a mitad de cocción para que no se reseque.
¿Por qué el caldo sale turbio?
Seguramente ha hervido con demasiada fuerza. Cocina siempre a fuego bajo y sin remover en exceso para que quede limpio.
¿Se puede hacer en olla exprés?
Sí. En ese caso, reduce el tiempo de cocción a 25-30 minutos desde que suba la válvula. Eso sí, el sabor será menos delicado.
¿Cómo conservar el caldo de pollo casero?
Una vez colado y frío, consérvalo en la nevera dentro de un recipiente hermético hasta cuatro días.
También puedes congelarlo en porciones o en cubiteras. Congelado aguanta bien hasta tres meses.
Si se forma una capa de grasa al enfriarse, retírala fácilmente antes de calentarlo de nuevo.
¿Cómo utilizar el caldo de pollo casero?
Puedes utilizarlo como base para arroces, guisos, risottos, salsas o sopas y cremas.
Si buscas una cena ligera, sírvelo con espaguetis finos o añade un huevo escalfado justo antes de servir.