Calibrachoa, guía completa de cuidados en tu jardín

¿Te gustaría convertir tu jardín en un oasis de color y vida? Descubre en esta guía los cuidados sencillos de la calibrachoa, aprende trucos para diferenciarla de las petunias y domina los secretos de su reproducción. ¡Prepárate para darle un toque único a tu espacio exterior!
Estoy seguro de que durante estas fechas todos estamos pensando en lo mismo, cómo decorar un rincón de nuestro jardín con un toque de color. Esto no es difícil, ya que conocemos muchas plantas con flores preciosas. Sin embargo, ¿sabes cuál es una de las favoritas por sus abundantes flores y la facilidad en sus cuidados?
En este artículo te hablo de la calibrachoa, una preciosa planta que muchas veces solemos confundir con la petunia, pero que tiene sus propios secretos. ¿Te interesa?
¿Cómo es la calibrachoa?
Las plantas del género Calibrachoa, pertenecientes a la familia de las solanáceas, son originarias de América del Sur, donde destacan ejemplos como Calibrachoa elegans o Calibrachoa parviflora.
A pesar de su origen, hoy en día podemos encontrarlas en muchos jardines a lo largo del mundo por su gran valor ornamental.
Es cierto que existen muchas especies dentro de este género, pero es probable que si te decides por hacerte con una de estas plantas en tu vivero de confianza, adquieras algunos ejemplares de Calibrachoa x hybrida. Por lo que nos centraremos en esta especie, aunque no te preocupes, ya que todas ellas tienen requerimientos similares.

La calibrachoa suele cultivarse en cestos colgantes
Se trata de una planta de pequeño porte, que no suele superar los 20 centímetros de altura. Cuentan con unos hábitos rastreros que las hacen ideales para el cultivo en macetas colgantes, por lo que es habitual que podamos verlas en balcones y ventanas.
Está caracterizada por contar con hojas ovaladas, de color verde oscuro y, curiosamente, pegajosas al tacto, destacando por tener una densidad foliar considerable.
Estas hojas generan un gran contraste con sus flores, lo que hace que destaquen más y sean aún más apreciadas. Sin duda, es su principal encanto, del que podrás disfrutar durante toda la primavera y hasta final del verano.
Estas estructuras son pequeñas y tienen forma de trompeta, ya que sus pétalos están unidos por la base. Existen calibrachoas de diferentes y vivos colores, como rosa, púrpura, amarillo, rojo o naranja, por lo que podrás combinarlas para decorar tu jardín a tu gusto.
Calibrachoa y petunia: similitudes y diferencias
Si te detienes a admirar alguno de estos ejemplares, sin duda te acordarás de las petunias, ya que son muy similares e incluso florecen al mismo tiempo. Tanto es así que muchas veces nos referimos a ellas como petunias calibrachoa, aunque en realidad son especies distintas, aunque estrechamente emparentadas, ya que ambas pertenecen a la subfamilia Petunioideae.
Sin embargo, guardan algunas sutiles diferencias que nos pueden permitir diferenciarlas, como el número de cromosomas, que en el caso de las petunias es de 14 y en el de las calibrachoas es 18.

Calibrachoa
Para poder diferenciarlas a simple vista, te recomiendo que te fijes en sus flores. Aunque ambas tienen una forma y colores similares, la calibrachoa produce flores más pequeñas y mucho más abundantes. A pesar de esto, no te preocupes si te cuesta diferenciarlas, ¡a todos nos pasa!
¿Cómo puedo cuidar la calibrachoa en mi jardín?
Ubicación
Debido a su origen, estas especies prefieren climas ligeramente cálidos, con inviernos suaves donde las temperaturas anuales oscilen entre los 15 y 28°C. Sin embargo, si vives en zonas donde los inviernos sean más duros, puedes cultivar igualmente esta planta, aunque ten en cuenta que se comportará como una planta anual.
Te recomiendo que sitúes tus ejemplares en zonas donde reciban sol directo, salvo en regiones donde los veranos sean muy calurosos, donde crecerán mejor si se sitúan en semisombra o evitando el sol directo en las horas centrales del día.
Para aprovechar al máximo su potencial ornamental, es una buena idea que aproveches sus hábitos rastreros para dejarlas crecer formando una cascada, decorando ventanas y balcones, e incluso ganando cierta intimidad con su crecimiento. Para ello, te recomiendo que utilices cestos o macetas colgantes, lo que te permitirá cambiar su ubicación fácilmente durante el verano si lo crees necesario.
Riego
Como es habitual, el riego que necesite recibir tu planta dependerá de las condiciones climáticas de tu jardín.
La calibrachoa necesita contar siempre con un suelo algo húmedo, pero nunca permanentemente mojado, por lo que es necesario que te ajustes a sus necesidades si quieres obtener una floración abundante y mantener tu planta completamente sana.
Suelo y abono
Esta planta puede cultivarse tanto directamente en el suelo como en macetas. En este caso, te recomiendo que lo hagas en macetas colgantes, por lo que cualquier sustrato universal de jardín le funcionará perfectamente.

Calibrachoa en jardinera
La calibrachoa necesita un suelo que mantenga la humedad, pero a la vez tenga un buen drenaje, además de contar con un pH neutro o ligeramente ácido, pero es bastante tolerante a los diferentes sustratos.
Lo que realmente tenemos que tener en cuenta es la fertilidad de nuestro suelo, por lo que será una planta que debamos abonar para asegurar la disponibilidad de nutrientes. En este caso, te recomiendo que realices una fertilización cada 2 o 3 semanas durante la floración que ocurrirá en los meses de primavera y verano.
Podas
La calibrachoa tiene una tendencia natural a alargar sus tallos para crecer debido a su hábito rastrero. Esto puede hacer que en algunos momentos se vea algo descuidada por la falta de densidad foliar, al igual que las flores pueden aparecer más distantes, ubicadas principalmente en la parte más terminal de estos tallos.
Para evitar esto, te recomiendo que realices podas de pinzado, donde recortes los tallos más largos hasta igualar la mayoría de ellos y darle una forma más redondeada y tupida, con lo que ganarás densidad, tanto en las hojas como en la floración. Para ello, no tengas miedo en cortar, ya que es una planta que tolera muy bien estos tratamientos.
Plagas y enfermedades en la calibrachoa
La calibrachoa no es una planta especialmente susceptible a sufrir enfermedades provocadas por plagas, aunque debemos estar atentos. Las patologías relacionadas con las infecciones fúngicas son las más habituales que pueden desarrollar, por lo que te recomiendo nuevamente que te ajustes a sus necesidades hídricas para evitarlas.
También debemos estar atentos a plagas de insectos como las cochinillas o los pulgones, muy habituales en nuestros jardines, pero contra los que ya conocemos tratamientos preventivos ecológicos muy eficaces, como el jabón potásico o el aceite de neem, de los que ya te hablamos en otros artículos.
Reproducción de la planta calibrachoa
Esta especie es muy fácil encontrarla en nuestro vivero de confianza a precios muy asequibles, por lo que si quieres hacerte con algún ejemplar te recomiendo que acudas a estos centros especializados. Sin embargo, todos sabemos el placer que da reproducir nuestras propias plantas, por lo que te voy a contar cómo podemos hacerlo fácilmente en nuestro jardín.

Propagar mediante esquejes
Una forma muy eficaz de reproducir la calibrachoa es mediante esquejes. Para ello, necesitas cortar brotes de tu planta de entre 10 y 20 centímetros que no tengan flores, por lo que puedes aprovechar las podas para obtener nuevos ejemplares y regalar alguno a tus familiares o amigos.
Una vez los tengas, debes plantarlos directamente en un sustrato húmedo y en un entorno luminoso. Te recomiendo que, si te es posible, los tapes con algún plástico transparente para evitar su desecación.
Propagar mediante semillas
Otra opción, más lenta, es la multiplicación por semillas. Después de la floración, si ha ocurrido la polinización, podrás observar la aparición de vainas en cuyo interior encontramos semillas que podemos fácilmente recolectar una vez estas vainas sean de color marrón.
Es tan fácil como sembrar estas semillas, aunque muchas de ellas probablemente no germinarán y su desarrollo será más lento, además de que serán distintas a la planta original. A pesar de esto, es indudable que es una preciosidad ver cómo tras la germinación aparecen las primeras plántulas. ¡Si tus calibrachoas fructifican no desperdicies la oportunidad!
Como has visto, la calibrachoa es una planta estupenda y fácil de cuidar que no puede faltar en nuestro jardín o balcón. Te mostramos muchas más opciones de plantas colgantes para decorar el balcón porque la variedad es (casi infinita).
¿Hay algo mejor para comenzar la primavera que un jardín lleno de estas flores? ¡Yo voy ahora mismo a por algunos ejemplares!