El jabón potásico es un producto de fácil acceso y del que habremos escuchado hablar en algún momento, pero que probablemente nunca hemos utilizado ni sabemos específicamente qué utilidades tiene. Es por ello que muchas veces acabamos recurriendo a pesticidas químicos, cuando existen tratamientos mucho más sostenibles.
Por ello, en este artículo hablaremos de cómo hacer frente a algunas plagas menores
empleando este método, cómo preparar la mezcla y qué beneficios aporta frente a otros
pesticidas.
¿Qué es el jabón potásico y cuáles son sus beneficios?
El jabón potásico es un fitosanitario natural, una sustancia cuyo objetivo es proteger a las
plantas de aquellos organismos que puedan producirle enfermedades y que no contiene
compuestos químicos contaminantes ni tóxicos en su formulación.
Es usado en jardinería para
contrarrestar algunas plagas que pueden afectar a nuestras plantas, destacando principalmente
su uso contra los pulgones.
Entre muchos de sus beneficios que han hecho de este compuesto un tratamiento que se
viene empleado desde la antigüedad, se encuentra la composición de los residuos que genera,
que son totalmente biodegradables. Cuando el jabón potásico se emplea sobre una planta y
termina llegando al suelo, se convierte en carbonato de potasio, asimilable por el suelo y
enriqueciéndolo, por lo que no causa efectos secundarios graves sobre el medioambiente.
Ingredientes del jabón potásico
El jabón potásico (o potasa) está compuesto únicamente por agua, lípidos (grasas, principalmente aceites como el de oliva) e hidróxido de potasio (comúnmente llamado "potasa cáustica"), por lo que puede afirmarse que es un excelente pesticida natural. Sus componentes son tan básicos que, incluso, es posible prepararlo en casa a partir de jabón natural que empleemos para la higiene corporal.
¿Dónde comprar jabón potásico?
Es un pesticida inocuo con el medio ambiente y es utilizado ampliamente en la agricultura ecológica, ya que no contamina, es enormemente barato y eficaz y, al no ser capaz de penetrar en las hojas de las plantas cultivadas, sus frutos no se ven afectados y su ingesta no supone un riesgo para la salud humana.
Debido a su composición, su vertido en el suelo o en el agua no supone una contaminación ni un riesgo para el medio ambiente, por lo que es altamente recomendable potenciar su empleo en lugar de otros químicos más contaminantes.
Cómo hacer jabón potásico
El jabón potásico es un producto que puede adquirirse fácilmente en cualquier vivero y emplearse sin necesidad de contar con experiencia previa ni más protección que unos guantes para evitar que entre en contacto con la piel.
Para su elaboración, deberemos calentar un litro de agua, añadir una cucharada sopera de jabón potásico, vinagre y alcohol de 96º. Uno de los jabones más conocidos actualmente es el jabón potásico de Mercadona (Jabón Beltrán) que, además de su uso como insecticida, sirve para multitud de tareas en el hogar.
Pasaremos a agitar la mezcla hasta que esta se disuelva y sea homogénea y seguidamente la dejaremos reposar durante una hora. Pasado ese tiempo, la preparación ya estará lista para aplicarla sobre la planta afectada.
Es importante ajustar las cantidades de los ingredientes en función del tamaño de la planta o plantas que queramos tratar, siempre cuidando de no excedernos con la concentración de jabón potásico, ya que, en este caso, más vale que utilicemos una concentración menor a la indicada que una mayor.
Cómo usar el jabón potásico en las plantas
Es conveniente aplicar la solución de jabón potásico al amanecer o al atardecer, teniendo
en cuenta que, de no necesitar aplicar un tratamiento de emergencia, es preferible hacerlo en un
día soleado, sin lluvias ni viento, para que al aplicar el fitosanitario parte del producto no se pierda
o actúe sobre zonas que no nos interese aplicar.

Es recomendable aplicar la solución con un pulverizador, para no malgastar producto y
cubrir toda la planta, de manera que el tratamiento afecte a toda la plaga, ya que, si quedan
espacios sin tratar, el tratamiento no será efectivo.
Deberemos repetir el proceso cada tres o
cinco días, hasta que veamos que la plaga ha desaparecido por completo o, si es un tratamiento
preventivo, una vez a la semana en las épocas de máximo riesgo.
¿Tiene riesgos el jabón potásico?
Una mala manipulación de los ingredientes del jabón potásico puede provocar un exceso
de hidroxilos, dejando entonces de ser inocuo y pudiendo afectar al pH del suelo (afectando a la
vegetación cercana al lugar de su aplicación y contaminar suelo y agua), a niños pequeños o
mascotas que puedan entrar en contacto con el producto. Es por este motivo que, aunque sea un
producto totalmente inocuo si está bien elaborado, se recomienda manejarlo con precaución y
evitar el contacto con animales domésticos.
Para qué sirve el jabón potásico
Eliminación y prevención de plagas
Este producto, debido a su composición, actúa muy bien sobre artrópodos de pequeño tamaño como cochinillas, pulgones, silbidos, araña roja, mosca blanca... También es útil contra algunos insectos de cuerpo blando como las orugas, siempre y cuando tengan un tamaño lo suficientemente pequeño como para poder controlar su propagación con este sistema.

Opera por contacto, reblandeciendo la cutícula a través de la cual respiran estos parásitos, y acaba matándolos por asfixia, siendo bastante inocuo contra insectos de gran tamaño.
Limpieza de plantas
Otro uso del jabón potásico es la limpieza de la planta, fundamental si se ha visto atacada por los pulgones, puesto que, además de afectar a la planta y debilitarla, exudan un compuesto azucarado que atrae a otros insectos como las hormigas que, si bien no son directamente perjudiciales para la planta, siempre es preferible evitarlas. El jabón potásico limpia la planta, de manera que esta melaza azucarada se elimina.
Consevación del ecosistema
Otro punto a favor de este método insecticida natural es que muchos elementos polinizadores e insectos depredadores (escarabajos, abejas...) no se ven afectados, por lo que no se daña en exceso al ecosistema de nuestro jardín.
Como hemos visto, el jabón potásico es un método natural y muy económico para tratar
algunas plagas menores sin tener que recurrir a pesticidas químicos que, además de ser más
caros, son perjudiciales para el medioambiente. Es, por tanto, un método enormemente
recomendable y eficaz para mantener protegido nuestro jardín, evitando efectos secundarios.
Si te interesa saber más sobre cómo eliminar las plagas sin utilizar pesticidas, te animamos a informarte más sobre la tierra de diatomeas, el aceite de Neem, la bactería Bacillus thuringiensis o el purín de ortiga.