Poda del naranjo, cuándo y cómo hacerla para una cosecha perfecta

¿A quién no le gustan las naranjas? ¡Es una de nuestras frutas favoritas! Por si fuera poco, se trata de uno de los árboles más representativos del Mediterráneo, por lo que somos muchos los que tenemos algunos árboles de esta especie en nuestro jardín. Sin embargo, si queremos regalar a nuestros familiares y amigos alguno de sus frutos necesitamos cuidar nuestros árboles de manera adecuada. ¿Sabes ya a qué actividad me refiero?
En este artículo, te contamos todo lo necesario, sobre cómo y cuándo podar tus naranjos para estimular su crecimiento y obtener unas naranjas de la máxima calidad. ¿Te interesa?
Como en otros muchos frutales, la poda del naranjo es una práctica esencial para asegurar el correcto desarrollo y la máxima productividad de nuestros árboles.
No solo contribuye a mantener una estructura equilibrada y resistente, sino que también favorece la circulación del aire por el interior del cítrico y la penetración de la luz solar en todas sus hojas, factores clave para cuidar la salud del follaje y favorecer la máxima calidad de los frutos.
Gracias a una poda adecuada podremos eliminar las ramas secas, enfermas o mal orientadas, lo que nos será fundamental para poder evitar la mayoría de plagas y enfermedades.

Por este motivo una poda bien realizada es imprescindible para la producción de naranjas de calidad y prolongar la vida útil del árbol, convirtiéndose en una herramienta fundamental para el éxito de los cultivos cítricos, igual de importante que el riego o el abonado. ¿Quieres saber cómo realizarla?
¿Cuándo podar un naranjo?
A pesar de que el naranjo es un frutal algo diferente al resto, debido al momento en el que produce sus frutos, el calendario de podas es muy similar.
Solemos recomendar la poda de los frutales justo antes de que inicie su temporada de crecimiento, es decir, al final del invierno.
De esta manera los frutales se recuperan rápidamente, pueden invertir todas sus energías en producir flores en las ramas que hemos decidido mantener y no malgastamos recursos al eliminar ramas que ya habían comenzado con el proceso de floración o fructificación.
Sin embargo, la mayoría de variedades de naranjos (y en el resto de cítricos, aunque en este artículo nos centremos únicamente en esta especie) la producción de frutos ocurre en invierno, por lo que no te recomiendo que decidas hacer las podas antes de que hayas recogido su cosecha, ¡esto no tendría ningún sentido!
Esta fructificación relativamente tardía, si la comparamos con otros frutales, hace que la fase de letargo de los naranjos sea un poquito más tarde que la del resto de frutales, por lo que es la poda se suele recomendar más bien a inicios de la primavera o, incluso, a principios del verano.
Como ya sabemos los aficionados a la jardinería, guiarse por el calendario está bien, pero nunca nos debe cegar. Las actividades de nuestro jardín nos lo marca nuestro propio jardín, por lo que una vez más es necesario observar nuestra planta para saber cuándo es el mejor momento para la poda.

¿Ya has leído nuestro artículo sobre la poda del manzano? En él te indicábamos que la mejor manera de saber cuándo era el momento óptimo para realizar una poda era fijarnos en cómo de hinchadas estaban las yemas que darían lugar a las hojas, ramas y flores.
Esto es muy fácil en esta especie debido a que es una planta caducifolia, pero en este caso el naranjo es perenne, por lo que estas yemas no serán tan evidentes. Por este motivo, te recomiendo que hagas las podas a mediados o finales de la primavera, antes de que observes el comienzo del crecimiento de tus árboles.
Como consejo debes saber que cuanto más tardía sea tu variedad de naranjo, más tardía debe ser la poda.
¿Cómo podar un naranjo?
Como en otros frutales, tenemos diferentes tipos de poda en función de cuál sea el propósito. Te cuento las más importantes.
Poda de formación
La poda de formación en árboles frutales, como su propio nombre indica, tiene como objetivo dar la estructura inicial al árbol, en este caso al naranjo, por lo que se lleva a cabo durante los primeros dos o tres años del árbol.
El objetivo es crear una estructura que facilite la iluminación de todo el follaje, que el aire circule por su interior para evitar enfermedades y que el árbol sea lo suficientemente resistente como para poder soportar el peso de las naranjas sin que estas se caigan antes de tiempo.
Te recomiendo que la realices a lo largo del primer par de años para no afectar al desarrollo de la planta.
Debemos comenzar cortando el ápice del tallo principal cuando este alcance aproximadamente el medio metro de altura, de manera que incentivemos el crecimiento de las ramas laterales. Estas ramas crecerán de manera oblicua al propio tronco principal, dejándolas crecer hasta que sobrepasen la altura del propio tronco.

Cuando esto ocurra cortaremos todas las ramas laterales, dejando únicamente cuatro o cinco que sean equidistantes entre sí y que aparezcan a diferentes alturas del tronco principal.
Estas ramas también serán cortadas en su parte más apical a una distancia de unos 40 cm respecto al tronco principal, de manera que incentivaremos nuevamente el crecimiento de ramas, en este caso secundarias.
Debemos repetir este mismo proceso con las ramas secundarias, de manera que creemos una estructura ordenada y que permita la expansión de la copa del árbol en todas las direcciones, evitando las ramas que se internan en el propio árbol o que crecen demasiado verticales.
Poda de mantenimiento y fructificación
La poda de mantenimiento tiene como objetivo mantener la estructura que hemos diseñado durante la poda de formación, por lo que se hace anualmente. El objetivo será podar todas aquellas ramas secas, enfermas o que crezcan directamente hacia el interior del árbol.
Como los naranjos son frutales especialmente productivos debemos continuar con nuestro objetivo de que las ramas se mantengan equidistantes entre sí, de manera que las naranjas no desestabilicen nuestros árboles. Por esto también cortaremos aquellas ramas que puedan romper con la simetría que habíamos diseñado.
Te recomiendo encarecidamente que elimines todos aquellos chupones y ramas verticales que hayan aparecido, ya que ambas estructuras crecen consumiendo una gran cantidad de recursos, pero son poco productivas. En este caso, la propia poda de mantenimiento estimula la fructificación al redirigir los recursos a las ramas que hemos seleccionado y que no hemos podado.
Poda de rejuvenecimiento
Los naranjos son frutales bastante longevos, pudiendo producir frutos de manera regular durante más de medio siglo si se les cuida adecuadamente. Si este es nuestro objetivo será necesario que les realicemos una poda de rejuvenecimiento a aquellos árboles ya viejos y que hayan comenzado a reducir su productividad.

Con este tipo de poda se busca eliminar ramas gruesas, de manera que se busca incentivar la activación de yemas laterales que produzcan brotaciones completamente nuevas. Podemos entenderlo como una nueva poda de formación donde el objetivo es sustituir estas ramas por nuevos brotes.
Debemos ser precavidos y no realizar una poda demasiado drástica, por lo que te recomiendo que no podes más de un 30 % de toda la estructura, podando de manera simétrica para no afectar más a una parte del árbol que a otra.
Como has visto la poda de los naranjos es una labor fundamental si queremos tener árboles productivos y que produzcan sabrosas naranjas. A pesar de que puede resultar una tarea algo complicada, no debemos de tratar de evitarla, ya que no existen árboles sanos sin que hayan sido podados.