Piscinas y jardines: cómo cuidar ambos sin sacrificar ninguno

Dicen que quien tiene un amigo con piscina en verano, tiene un tesoro. Dejando a un lado la broma, la realidad es que, cuando las temperaturas suben radicalmente y el sol sofocante no da tregua, disfrutar de una piscina en casa es una auténtica suerte y un privilegio.

En este artículo no te vamos a contar los beneficios de tener una piscina en casa (algo de lo que, sin duda, ya eres muy consciente), sino que nos vamos a centrar en algunos aspectos negativos y menos conocidos que conlleva tener una.

Porque, si no se cuida adecuadamente, esa misma piscina puede estar afectando gravemente la vida que rodea tu jardín.

El enemigo invisible: el impacto del cloro en los jardines

El cloro y otros productos químicos que solemos usar para mantener el agua en perfecto estado pueden ser muy dañinos para la vida del jardín si no se aplican con responsabilidad.

Mantener la piscina limpia sin afectar el entorno natural requiere seguir buenas prácticas, como las que te contamos en esta guía para limpiar la piscina.

El problema ocurre cuando el agua tratada se filtra al suelo o se desecha sin control, destruyendo microbios, hongos benéficos y pequeños insectos esenciales para la salud del suelo. Sin ellos, la tierra se vuelve estéril y el equilibrio natural del jardín se pierde.

Entonces, ¿es posible mantener la piscina limpia sin cloro? Sí pero eso te lo contamos en otro artículo.

Piscina vs. ecosistema: un desequilibrio silencioso

El incorrecto mantenimiento de la piscina puede reducir las fuentes naturales de agua para los polinizadores, que son vitales para la biodiversidad del jardín.

Solo por ponerte un ejemplo de su importancia en el mundo, según datos de la FAO, las abejas polinizan un tercio de todo lo que comemos y alrededor del 75 % de los cultivos agrícolas dependen de algún tipo de polinizador para producir.

Cuidar a estos pequeños aliados es fundamental. Ya hemos hablado en otros artículos de la importancia de proteger a las aves en verano con espacios de agua y sombra, y de lo fundamental que es dar agua a los abejorros cuando hace calor.

Así que ahora ya lo sabes: el entorno de la piscina no solo debe verse bonito, también tiene que ser un lugar que no afecte negativamente a estos pequeños hábitats.

Ideas para cuidar tu piscina y proteger tu jardín

Pero no todo es negativo, no te preocupes. Tener una piscina y disfrutarla no está peleado con mantener el jardín sano. Hoy en día hay opciones que te ayudarán a disfrutar de ese espacio fresco sin romper el equilibrio de la naturaleza. Algunos ejemplos son:

• Piscinas naturales o biopiscinas. Como dice su nombre, son piscinas sin químicos (sin cloro) que limpian el agua con plantas, piedras y microorganismos, manteniendo el agua limpia.

• Zonas verdes filtrantes. Aunque no es común en piscinas privadas, sí se pueden crear pequeñas áreas con plantas que actúen como una especie de “filtro”. Estas zonas capturan el agua que se sale de la piscina y evitan que los químicos lleguen a todo el jardín.
• Jardines de lluvia. Son depresiones poco profundas con plantas que aguantan tanto sequía como humedad. Se ponen en lugares donde escurre el agua y permiten que se filtre despacio en el suelo, ayudando a reducir el impacto del agua que se desborda de la piscina.

• Plantas resistentes al cloro. Lo ideal es elegir plantas que aguanten suelos algo alcalinos y buen drenaje, porque el cloro puede cambiar el pH del suelo si se filtra.

Como has podido ver, disfrutar de una piscina no está reñido con cuidar y proteger el entorno que la rodea.