Cómo usar agua de azahar en el roscón de Reyes: la cantidad justa para no arruinar la masa

Consejos

Es el ingrediente que le da al roscón su aroma inconfundible, pero abusar de ella puede estropear la masa

Una pequeña cantidad de agua de azahar basta para perfumar todo un roscón sin saturar su sabor
Una pequeña cantidad de agua de azahar basta para perfumar todo un roscón sin saturar su sabor

Si eres fan del roscón de Reyes, seguro que reconoces ese aroma tan característico que lo hace único. El responsable es el agua de azahar, un ingrediente esencial en la receta tradicional. Pero cuidado: si estás pensando en preparar tu propio roscón en casa, es importante saber que pasarse con la cantidad puede arruinar la masa... y el resultado final.

El agua de azahar es un líquido aromático que se obtiene mediante la destilación de los pétalos de la flor del naranjo amargo (Citrus aurantium), también conocida como flor de azahar. 

Esta flor blanca, muy valorada por su fragancia, florece en primavera y ha sido utilizada desde hace siglos en la cosmética, la medicina tradicional y la repostería.

El agua de azahar se obtiene de la flor del naranjo
El agua de azahar se obtiene de la flor del naranjo

En la cocina, y especialmente en la repostería del Mediterráneo, el agua de azahar tiene un lugar privilegiado. Es uno de los aromas más distintivos del roscón de Reyes, junto con la ralladura de cítricos y el toque de mantequilla. 

Se emplea por su capacidad de perfumar delicadamente la masa y darle ese toque floral, fresco y ligeramente cítrico que muchos asocian directamente con la Navidad.

El aroma que aporta es intenso pero volátil. Una fragancia de flores frescas con un fondo amargo, algo parecido a una mezcla entre la naranja, la miel y la almendra. Su origen botánico explica por qué es tan particular. No huele exactamente a fruta ni a flor, sino a una mezcla única de ambas.

En el roscón, su presencia debe sentirse sin dominar. Por eso, aunque es esencial en la receta tradicional, usarla con moderación es importante para que no opaque los demás sabores.

El agua de azahar debe mezclarse siempre con los líquidos, nunca sobre la harina seca directamente
El agua de azahar debe mezclarse siempre con los líquidos, nunca sobre la harina seca directamente

¿Cuánta agua de azahar hay que usar?

El agua de azahar tiene un sabor muy intenso, y usar más no significa que huela mejor. Al contrario, puede resultar invasivo y arruinar el sabor del bollo.

La cantidad recomendada es entre 10 y 20 ml por cada 500 gramos de harina. Si el producto es muy concentrado (como ocurre con algunas marcas), es mejor quedarse corto y ajustar según el gusto.

Recuerda que un poco perfuma, demasiado empalaga y eso se nota en el primer bocado.

¿Cuándo se añade el agua de azahar en la receta?

El momento de incorporar el agua de azahar también influye en el resultado final. Siempre debe mezclarse con los ingredientes líquidos, como la leche o los huevos, y nunca añadirse directamente sobre la harina seca. Esto garantiza que el aroma se distribuya de manera uniforme en toda la masa.

Una vez añadida, mezcla bien y deja reposar. El reposo ayuda a que el aroma se integre y se equilibre.

Este ingrediente aporta al roscón su aroma floral y cítrico
Este ingrediente aporta al roscón su aroma floral y cítrico

¿Qué tipo de agua de azahar elegir?

No todas las aguas de azahar sirven para cocinar. Muchas que se encuentran en tiendas están pensadas para uso cosmético y no son aptas para consumo.

Lo ideal es utilizar agua de azahar alimentaria, elaborada específicamente para repostería. Evita las versiones artificiales con aromas sintéticos o exceso de conservantes.

Algunas marcas recomendadas por pasteleros son Luca de Tena, Carmencita, y también existen versiones caseras, elaboradas a partir de flores frescas y destilación lenta.

Aunque el roscón de Reyes sea una de las preparaciones más populares en las que brilla el agua de azahar, su uso se extiende mucho más allá. En la cocina española, especialmente en Andalucía, el agua de azahar está presente en muchos postres de herencia árabe, como los pestiños o las tortas de aceite.

En ambos casos, unas gotas del extracto perfuman la masa o el almíbar que los baña, aportando un sabor inconfundible que equilibra lo dulce con una nota floral muy sutil.

También se encuentra en preparaciones tan tradicionales como las monas de Pascua, el pan de Cádiz o ciertos bizcochos esponjosos caseros. Incluso algunas familias lo añaden a la leche con canela.

Y su uso no se limita al dulce, en ocasiones también se añade a las ensaladas, integrada en un aliño o vinagreta. Eso sí, su fragancia es tan intensa que puede convertir una receta en algo especial, pero si te excedes acabará imponiéndose y tapando el sabor del resto de ingredientes.

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