El precio de la tortilla de patata se dispara y el motivo está en los huevos
Economía del plato casero
La OCU alerta de un encarecimiento del 50 % en el precio de los huevos, un golpe directo a uno de los platos más queridos y cotidianos de nuestra gastronomía
La tortilla de patata, plato humilde por excelencia, ya no sale tan barata como antes. Según un reciente estudio de la OCU, el precio de los huevos ha subido un 50 % en solo seis meses, lo que encarece directamente uno de los iconos más queridos de nuestra gastronomía.
Un clásico que ya no cuesta lo mismo
Hacer una tortilla de patata, ese gesto cotidiano que forma parte de la identidad culinaria española, cuesta hoy bastante más. Los huevos, ingrediente esencial de la receta, se han convertido en uno de los productos que más se han encarecido en el último semestre.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el precio medio de una docena de huevos de tamaño M -los más habituales- ha aumentado cerca de un 50 % desde la pasada primavera, pasando a costar alrededor de un euro más por docena.
Una subida que, aunque pueda parecer pequeña, tiene un impacto directo en el bolsillo de millones de hogares: cada tortilla, cada bizcocho o mayonesa casera, cuesta notablemente más que hace medio año.
Los huevos más baratos, los que más se encarecen
El estudio de la OCU muestra que las subidas afectan sobre todo a los huevos más económicos, los procedentes de gallinas criadas en jaula o en suelo.
Los camperos también han aumentado de precio -unos 0,73 euros por docena-, mientras que los ecológicos lo han hecho en torno a 0,48 euros.
El patrón se repite: los productos más baratos son los que más suben. Si se amplía la mirada a los últimos años, la subida es aún más llamativa: desde 2021, los huevos M de jaula han subido un 137 %, y los de tamaño L, un 119 %.
En otras palabras, el huevo que antes simbolizaba la cocina asequible es ahora un pequeño termómetro de la inflación.
Por qué han subido tanto los huevos
1. La gripe aviar golpea la producción
Los recientes brotes de gripe aviar en granjas españolas han obligado a sacrificar miles de gallinas ponedoras, reduciendo la oferta y presionando los precios al alza. La situación recuerda a la vivida en Estados Unidos en 2023, donde la escasez de huevos provocó subidas récord.
2. El fin de las jaulas encarece la transición
La Unión Europea prohibirá las jaulas en 2027, y muchas granjas ya se están adaptando a sistemas más sostenibles. Esa reconversión implica nuevas instalaciones, menos densidad de animales y más costes de producción, que terminan reflejándose en el precio final.
3. Cambian los hábitos de compra
El consumidor también ha cambiado. Cada vez más personas optan por huevos camperos o ecológicos, percibidos como más saludables y respetuosos con el bienestar animal. En 2016, el 93 % de las gallinas en España estaban enjauladas; en 2024, solo el 67 %.
Esa transformación es positiva, pero tiene un coste.
4. El efecto 'cohete y pluma'
La OCU advierte de un fenómeno clásico: los precios suben como un cohete, pero bajan como una pluma. Cuando los costes de origen aumentan, el supermercado los repercute de inmediato; cuando bajan, la rebaja apenas llega al consumidor.
Una tortilla más cara que nunca
Si calculamos el coste actual de preparar una tortilla de patata para cuatro personas -seis huevos, patatas, cebolla y aceite de oliva-, el resultado sorprende: cuesta casi el doble que hace cuatro años.
El aumento no se debe solo a los huevos. El aceite de oliva ha alcanzado máximos históricos y las patatas también se han encarecido. Pero los huevos, al ser la base proteica del plato, son los que marcan la diferencia más visible
Aun así, la tortilla sigue siendo uno de los platos más democráticos de nuestra gastronomía. Se prepara con ingredientes sencillos, se adapta a cualquier bolsillo y sigue siendo protagonista en bares, picnics y cenas improvisadas. Solo que ahora, cuesta un poco más.
Más allá del precio: un cambio en la cocina cotidiana
El encarecimiento de los huevos refleja una transformación más profunda en la cadena alimentaria. Las granjas, la distribución y el consumo doméstico están cambiando hacia modelos más sostenibles, pero también más costosos.
Esa transición plantea una pregunta incómoda: ¿podrá seguir siendo barato lo que siempre fue básico?