El cordero lechal está más caro que nunca y te contamos por qué
Del campo al horno
El clásico navideño que llega a las mesas con precios en alza
El cordero lechal es uno de esos platos que anuncian la llegada de la Navidad. Su carne tierna y su sabor suave son sinónimo de celebración, pero este año quienes quieran asarlo en casa notarán la diferencia: los precios se han disparado y conseguir una buena pieza no será tan fácil como otros años.
El sabor de siempre, con un precio que no deja de subir
Asar un cordero lechal en Navidad es una tradición que se repite año tras año, pero este 2025 llega con una novedad poco festiva: su precio.
Según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, el lechal es hoy la categoría más cara del mercado ovino, con cotizaciones que rondan los 14,9 euros el kilo canal, un 3 % más que el año pasado.
La causa no está solo en la demanda estacional, sino en un cóctel de factores: una cabaña ganadera más reducida, costes de alimentación elevados y el impacto de la lengua azul, una enfermedad que ha complicado la cría y el movimiento de animales en buena parte del país.
No todos los corderos son iguales
En las carnicerías y supermercados se venden distintos tipos de cordero según su edad y alimentación. Saber diferenciarlos ayuda a elegir mejor (y entender por qué unos cuestan más que otros):
- Cordero lechal o lechazo: alimentado solo con leche materna y sacrificado con menos de 35 días. Su carne es clara, tierna y con grasa blanca. Pesa entre 5 y 7 kilos. Es el más apreciado y también el más caro.
- Cordero recental: tiene entre 45 y 100 días. Ya come pasto y pienso, su carne es más roja y con sabor más marcado. Ideal para asados más potentes o guisos.
- Cordero pascual o ternasco: supera los tres meses y puede alcanzar los 20 kg. Su carne es más firme, grasa y sabrosa, perfecta para estofados o plancha.
Aunque todos tienen su público, el lechal sigue siendo el protagonista indiscutible de las fiestas.
Castilla y León, la cuna del lechazo
La mayor parte del cordero lechal de calidad en España procede de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Lechazo de Castilla y León, que agrupa provincias como Burgos, Palencia, Valladolid y Zamora.
Se cría con razas autóctonas Churra, Castellana y Ojalada, alimentadas exclusivamente con leche materna.
El resultado es una carne rosada, jugosa y delicada, con un sabor tan fino que apenas necesita más que sal, agua y horno de leña.
Es el lechazo que se sirve en los asadores de Aranda de Duero, Peñafiel o Roa, donde cada cazuela de barro es un homenaje a la sencillez bien hecha.
Cómo ha influido la lengua azul
El brote de lengua azul, una enfermedad vírica transmitida por insectos, ha afectado a gran parte del rebaño ovino en Andalucía, Extremadura y Castilla y León.
Además de las bajas por enfermedad, ha provocado abortos y restricciones de movimiento, complicando la cría y el transporte de animales.
El resultado: menos corderos disponibles justo cuando comienza la temporada de mayor demanda.
Según fuentes del sector, la producción podría caer cerca de un 30 % respecto a 2024, lo que ha empujado los precios al alza en lonjas y carnicerías.
Del campo al mercado: por qué pagamos más
En las lonjas del sector ovino, el lechazo de menos de 11 kilos se cotiza en torno a 7,10 euros kilo vivo, lo que equivale a unos 13-15 euros kilo canal una vez sacrificado.
Cuando llega al consumidor final, el precio se multiplica por los costes de transporte, sacrificio y venta: en carnicerías y supermercados puede superar fácilmente los 30 euros kilo.
Consejos para elegir y cocinar un buen lechazo
Reserva con antelación si buscas piezas con sello IGP. En diciembre escasean. Para asar entero, elige piezas de 5 a 6,5 kilos; si sois pocos, opta por paletilla o pierna. La grasa debe ser blanca y firme, y la carne rosada y tierna.
Si lo compras online, asegúrate de que se envía refrigerado o al vacío.
En el horno, menos es más: agua, sal, horno suave y tiempo.
Un lujo que sigue sabiendo a celebración
Aunque el precio del cordero lechal esté más alto que nunca, pocos platos transmiten mejor el espíritu de las fiestas. Ese aroma que inunda la casa es parte de una tradición que sigue viva, incluso cuando el bolsillo se resiente.
El cordero lechal puede costar más este año, pero hay cosas que ni la inflación consigue cambiar: el placer de un asado bien hecho.