¿Qué parte del coco se come? Una guía para no desperdiciar nada

Guía útil

La pulpa blanca es la parte más conocida del coco y se puede comer cruda, rallada o en recetas

La leche de coco se elabora a partir de la pulpa rallada y mezclada con agua
La leche de coco se elabora a partir de la pulpa rallada y mezclada con agua

En el pasillo de frutas del supermercado, un coco puede despertar tanta curiosidad como dudas. ¿Qué parte se come realmente? Muchos piensan en el agua, quizá porque es lo que más veces hemos visto en las películas. Pero esta fruta tropical tiene mucho más que ofrecer.

El coco procede del cocotero, una de las palmeras más cultivadas en las zonas tropicales.

Su fama no es gratuita: es un fruto que ofrece alimento, bebida, aceite e incluso materiales para la vida cotidiana. De ahí que en muchos países se le conozca como ‘el árbol de la vida’.

El coco proviene del cocotero, una palmera muy común en las zonas tropicales
El coco proviene del cocotero, una palmera muy común en las zonas tropicales

En términos nutricionales, destaca por su aporte de fibra, que favorece la digestión, y por contener grasas de fácil absorción, ideales para obtener energía de manera rápida.

Además, el agua de coco es fuente natural de electrolitos, lo que la convierte en una bebida hidratante muy valorada en climas cálidos.

Las partes del coco y cómo se consume

El coco tiene tres elementos principales que pueden aprovecharse en la cocina: el agua, la pulpa y el aceite. Además, su cáscara marrón, aunque no es comestible, también tiene utilidades prácticas.

1. El agua de coco

El agua de coco es refrescante, baja en calorías y rica en electrolitos
El agua de coco es refrescante, baja en calorías y rica en electrolitos

El agua de coco es el líquido transparente que se encuentra en el interior del fruto cuando aún está verde y joven.

Para extraerla basta con abrir uno de los ‘ojos’ del coco -esas tres pequeñas marcas en la cáscara- y perforar con un cuchillo o sacacorchos.

Después se bebe directamente o se guarda en frío.

Es una bebida natural, baja en calorías y rica en potasio, ideal para hidratarse después del ejercicio.

Su sabor es suave y ligeramente dulce, distinto de la leche de coco, que se obtiene de la pulpa.

2. La pulpa blanca

La pulpa, también llamada endospermo, es la capa blanca y carnosa que recubre el interior.

Puedes consumirla fresca, directamente de la cáscara, o en su versión rallada, que suele venderse deshidratada en supermercados.

Para acceder a ella, primero se rompe la cáscara marrón con un golpe firme y luego se separa con ayuda de un cuchillo o una cuchara.

La pulpa del coco no solo se consume fresca. También se comercializa en diferentes presentaciones que facilitan su uso en la cocina.

El coco rallado es uno de los más comunes; viene seco o deshidratado
El coco rallado es uno de los más comunes; viene seco o deshidratado

El coco rallado es probablemente el más conocido, disponible seco o deshidratado, ideal para repostería y postres.

Otra forma común es el coco en escamas, que conserva una textura más crujiente y se utiliza como topping en ensaladas, yogures o granolas.

Finalmente, se encuentra también en chips de coco, trozos finos y tostados que funcionan como un snack saludable y natural.

Otra forma común es el coco en escamas, que conserva una textura más crujiente y se utiliza como topping en ensaladas, yogures o granolas.

Finalmente, se encuentra también en chips de coco, trozos finos y tostados que funcionan como un snack saludable y natural.

Además, su alto contenido en fibra y grasas saludables aporta saciedad y energía.

De la pulpa triturada se obtiene la leche de coco, muy apreciada en la cocina internacional.

Su textura cremosa la convierte en base de currys, sopas y batidos. Lo interesante es que tras extraer la leche, lo que queda puede aprovecharse para elaborar harina de coco.

Esta harina es rica en fibra y se usa en repostería, sobre todo en recetas sin gluten. Es una manera de aprovechar al máximo cada parte del fruto.

3. El aceite de coco

El aceite de coco, derivado de la pulpa, se utiliza en cocina y cosmética
El aceite de coco, derivado de la pulpa, se utiliza en cocina y cosmética

Del prensado de la pulpa seca se obtiene el aceite de coco. Aunque su extracción artesanal no es sencilla, hoy en día se encuentra fácilmente en supermercados y tiendas ecológicas.

Este aceite se utiliza tanto en la cocina, como alternativa a otras grasas, como en cosmética, por sus propiedades hidratantes para la piel y el pelo.

En la cocina, es perfecto para saltear, hornear o preparar repostería, ya que resiste bien las altas temperaturas y aporta un aroma delicado.

Se debe usar con moderación, porque aunque es versátil y aporta sabor, contiene un alto porcentaje de grasas saturadas.

4. La cáscara marrón

La fibra de coco es un sustrato sostenible que mejora la aireación, retención de agua y drenaje.
La fibra de coco es un sustrato sostenible que mejora la aireación, retención de agua y drenaje.

La parte más dura del coco no es comestible, pero sí muy útil.

En muchos lugares se emplea para fabricar utensilios, cuencos, artesanías e incluso como combustible.

También puede triturarse para usarse como sustrato en jardinería o como fibra en tejidos y alfombras.

De esta manera, nada del coco se desperdicia.

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