Perrito caliente, la receta fácil del bocadillo más famoso del mundo

El perrito caliente es, probablemente, el bocadillo más famoso del mundo. Es un clásico inconfundible por su bollo alargado, salchicha y las salsas de siempre, como kétchup y mostaza. Aunque existen muchas versiones y formas de prepararlo, esta es la más simple y rápida.
Raciones
4
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
5 m
Cocinado
5 m
Tiempo total
10 m
Para preparar este popular bocata de Estados Unidos e infaltable en eventos deportivos, picnics y celebraciones, el ingrediente básico es una salchicha Frankfurt, que puede ser de ternera, cerdo o pollo, según tu preferencia, siempre que sea Frankfurt. Y, por supuesto, necesitas un buen pan para perrito, pudiendo elegir el que más te guste, o incluso un brioche si prefieres algo más especial.
A partir de ahí, las variaciones son múltiples. Cada país tiene su versión, incluso su propio nombre. En España lo llamamos perrito caliente, pero al otro lado del océano se le conoce como pancho, en Chile completo, en Guatemala shuco y en México jocho. Eso sí, aunque todos parten del mismo concepto de perrito caliente, las presentaciones y las salsas cambian de un lugar a otro.

Ingredientes (para 4 personas)
- 4 salchichas tipo Frankfurt
- 4 bollos para perritos
- 4 lonchas de bacon
- 1 tomate picado en rodajas
- 50 g de pepinillos en vinagre
- 50 g de cebolla frita crujiente
- 60 g de queso rallado (cheddar)
- mostaza
- kétchup
Cómo hacer perritos calientes
Abre el pan a lo largo, pero sin llegar a cortarlo del todo, para que se mantenga unido. Luego tuéstalo ligeramente, ya sea en una sartén, en el grill del horno o hasta en la tostadora. Si quieres hacerlo rápido y fácil, la sartén es tu mejor opción.
Ahora, dora las lonchas de tocino en una sartén a fuego medio. No hace falta que añadas aceite porque el tocino soltará su propia grasa mientras se cocina. Cuando estén doradas por ambos lados, retire el exceso de grasa con un papel absorbente.
Haz lo mismo con las salchichas, pero esta vez añade un poco de aceite.

Coloca la salchicha dentro del pan tostado, agrega el queso, el bacon bien crujiente y los pepinillos en láminas. Espolvorea un poco de cebolla crujiente por encima.

Por último, cubre con kétchup y mostaza. Si quieres que tenga la apariencia clásica de perrito caliente de televisión, aplica las salsas en diagonal sobre la salchicha.

Salsas para perritos calientes
En esto, como se suele decir, ¡para gustos, colores! Las salsas clásicas de siempre son el kétchup, la mostaza y, si te quieres lucir, una buena mayonesa casera. Pero, como en todo en la cocina, los perritos calientes también han evolucionado.
Hoy en día puedes darle tu toque personal: una mayonesa de txistorra, alguna salsa brava con yogur, barbacoa, o incluso algo más atrevido como una salsa alioli. Al final, cualquier salsa que te guste va a hacer que este bocado sea irresistible.
Con qué acompañar los perritos calientes
Los perritos calientes son perfectos tanto para una cena rápida como para una merienda. Puedes acompañarlos con unas patatas fritas crujientes que puedes hacerlas en el horno o en la freidora de aire, si prefieres algo más ligero, prepara una ensalada de lechuga, aguacate y tomates deshidratados. En cuanto a la bebida, lo que quieras: desde una bebida caliente hasta un refresco.
Origen del perrito caliente
Aunque parece un plato sencillo, el hot dog tiene una historia que va más allá de lo que imaginamos. Su origen, como era de esperar, es alemán, donde las salchichas tipo Frankfurt y Viena ya eran bien conocidas.
A finales del siglo XIX, los inmigrantes alemanes llevaron este embutido a Estados Unidos. Pero el verdadero impulso para que el hot dog se convierta en el fenómeno que es hoy vino de la mano de un neoyorquino llamado Harry Stevens.
Stevens, un vendedor de bocadillos y refrescos, tenía el privilegio de vender comida durante los partidos de fútbol americano y béisbol en Nueva York, allá por 1906. Para hacer que las salchichas fueran más fáciles de comer y, de paso, evitar que la gente se quemara los dedos, decidió meterlas en un panecillo.
Y aquí viene lo curioso: originalmente, se les llamaba salchichas dachshound, pero un periodista deportivo, que no tenía idea de lo que significaba, escribió sobre perros calientes en su columna. El nombre pegó, y desde ahí, el hot dog conquistó corazones y estómagos por todo el mundo, adaptándose a los sabores locales. Lo que empezó como comida callejera terminó convirtiéndose en un icono de la cultura pop gastronómica.