Postre fácil
Tarta de queso fría, la receta del obrador de Joseba Arguiñano
Sigue su sencilla receta y sorprende a todos con este cremoso postre.

La tarta de queso fría es uno de los postres más populares gracias a su textura cremosa y a lo sencillo que resulta prepararla sin necesidad de horno.
Joseba Arguiñano te enseña a preparar en tres sencillos pasos la tarta de queso fría que elabora en su obrador.
Índice de contenidos
Ingredientes
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11 galletas María tipo Digestive
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40 gramos de mantequilla fundida
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20 gramos de cacahuetes con miel
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200 mililitros de nata líquida para montar (35% materia grasa)
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50 gramos de azúcar
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100 mililitros de leche
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1 sobre de cuajada
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250 gramos de queso de untar
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mermelada de fresa
Raciones
8
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
10 m
Cocinado
15 m
Tiempo total
25 m
Alérgenos




Elaboración de la tarta de queso fría paso a paso
Prepara la base de galleta
Coloca las galletas en una bolsa de congelación y pásales un rodillo por encima hasta que queden hechas polvo. También puedes triturarlas con un procesador de alimentos.
Pica los cacahuetes con miel en un mortero. En un bol grande mezcla las galletas trituradas con los cacahuetes y la mantequilla derretida. Remueve con una cuchara, con una varilla metálica o con las manos hasta que quede una masa homogénea.
Vierte la mezcla en un molde y presiona con la base de un vaso para compactarla bien. Asegúrate de cubrir toda la base de forma uniforme. Guarda el molde en la nevera durante unos 15-20 minutos.

Elabora la crema de queso
Pon en un cazo a fuego medio la leche y la nata líquida y deja que hierva. Remueve de vez en cuando para que no se pegue al fondo.
Por otro lado, pon en un bol el queso crema, la cuajada en polvo y el azúcar y mezcla bien hasta que se integren.
Cuando la mezcla de la nata y la leche estén hirviendo, añade la crema de queso.
Remueve bien hasta que no queden grumos. Deja que vuelva a hervir. Cuando lo haga, aparta del fuego. Echa en el molde sobre la base de galleta. Deja enfriar en la nevera unas 6 horas aproximadamente. Cuanto más tiempo repose, mejor cuajará.

Decora y sirve la tarta de queso fría
Una vez cuajada, desmolda la tarta con cuidado y colócala sobre un plato grande o una fuente.
Extiende una capa fina y uniforme de mermelada de fresa por la superficie. Puedes usar mermelada casera o comprada.
Por último, decora con unas frambuesas.

Consejos y trucos
Para hacer esta tarta de queso fría lo ideal es utilizar un molde desmontable de unos 22-24 cm de diámetro. Así será más fácil desmoldarla sin que se rompa. También puedes usar un aro de repostería con base de cartón si quieres una presentación más profesional.
Compacta bien la base porque si queda suelta, la tarta puede desmoronarse al cortar. Y asegúrate de que la mantequilla esté bien mezclada con las galletas, sin dejar partes secas, porque ayuda a ligar y dar estabilidad.
La refrigeración es clave para que la base de galleta coja firmeza y no se deshaga al añadir la crema de queso. Deja el molde con la base de galletas en la nevera como mínimo 20 minutos, pero si puedes dejarlo 30 minutos, mejor. Cuanto más fría, más sólida quedará.
Al añadir la crema de queso sobre la base de galleta, puedes ayudarte de una cuchara para que no se formen burbujas.
Deja la tarta de queso fría en la parte baja del frigorífico, sin mover ni inclinar. Así se cuajará de forma homogénea. Y espera al menos 6 horas. Aunque empiece a estar firme antes, el reposo largo mejora la textura. Es más, si puedes dejarla de un día para otro, aún mejor.
Desmolda con cuidado. Pasa un cuchillo fino por el borde antes de abrir el aro desmontable. Esto evitará que se agriete.
Si no tienes mermelada de fresa, puedes usar cualquier mermelada de frutos del bosque, mermelada de frambuesas o mermelada de moras. Si es muy densa, caliéntala unos segundos al microondas o añade una cucharadita de agua y remueve. Así la repartirás mejor.
Preguntas frecuentes sobre la tarta de queso
Cómo conservar la tarta de queso fría
Una vez elaborada, la tarta de queso fría con cuajada debe conservarse siempre en el frigorífico dentro de un recipiente hermético o cubierta con papel film.
Al tratarse de un postre elaborado con lácteos y que no se hornea, es fundamental mantener la cadena de frío para evitar que se altere su textura o sabor.
Se recomienda almacenarla en la parte baja del frigorífico, donde la temperatura es más constante. Aguanta perfectamente 3 o 4 días sin perder textura ni sabor.
Evita dejarla al aire libre más de 30 minutos, especialmente en verano.
¿Se puede congelar?
Sí, esta tarta se puede congelar antes de añadir la mermelada. No la congeles ya decorada, ya que la mermelada puede soltar líquido y estropear la superficie.
Cúbrela bien con film y después con papel de aluminio para evitar que se queme con el frío. Guarda en el congelador hasta un máximo de un mes.
Para descongelarla, deja el molde en el frigorífico entre 12 y 24 horas. Añade la cobertura de mermelada una vez descongelada, justo antes de servir.