El romesco conquista el mundo: la salsa catalana que ha enamorado a los chefs internacionales

Salsa tendencia

De Tarragona a Nueva York: así ha sido el ascenso de esta salsa con historia que ya compite con el pesto y el chimichurri

Calçots asados con salsa romesco: el maridaje más tradicional de esta salsa catalana.
Calçots asados con salsa romesco: el maridaje más tradicional de esta salsa catalana.

En enero de 2025, The New York Times lo dejó claro: este es 'el año de las salsas'. Pero entre las muchas propuestas globales que están marcando tendencia, hubo una que llamó especialmente la atención por su sabor, historia y autenticidad: el romesco.

Esta salsa catalana, nacida en Tarragona y ligada desde hace siglos a pescadores y calçotadas, ha salido de su entorno tradicional para convertirse en un fenómeno internacional.

El sabor del Mediterráneo, sin clichés

El romesco representa como pocas salsas la esencia mediterránea. Sus ingredientes -tomate asado, ñoras, ajo, pan, almendras y avellanas tostadas, aceite de oliva, vinagre y un punto de pimentón o guindilla- son tan humildes como potentes. Y eso es justo lo que ha enamorado a chefs de medio mundo: una combinación intensa pero equilibrada, donde lo dulce, lo ácido, lo picante y lo tostado se dan la mano.

El romesco es una salsa que sabe a fuego, a tradición y a campo, pero también tiene la versatilidad suficiente para adaptarse a las cocinas más modernas. No es casualidad que haya empezado a aparecer en restaurantes de Nueva York, Berlín o Sídney acompañando desde pescados a verduras asadas, pasando por carnes blancas, legumbres o incluso platos veganos.

Salsa romesco casera elaborada con tomate asado, ñoras, almendras, ajo y pan: una receta tradicional catalana que conquista por su sabor tostado y mediterráneo.
Salsa romesco casera elaborada con tomate asado, ñoras, almendras, ajo y pan: una receta tradicional catalana que conquista por su sabor tostado y mediterráneo.

La tradición como punto de partida

El origen del romesco se sitúa en la costa tarraconense, donde los pescadores lo preparaban para acompañar el pescado a la brasa recién capturado. Más tarde se popularizó como salsa imprescindible en las calçotadas, esas fiestas gastronómicas donde los calçots (una especie de cebolla tierna) se asan sobre llama viva y se mojan generosamente en romesco.

Su textura ligeramente gruesa y su tono rojizo lo hacen inconfundible, y también fácil de preparar en casa con un robot de cocina o una batidora potente. En Cataluña, cada familia tiene su receta y su toque personal: hay quien le añade más vinagre, quien usa solo almendras o quien incorpora un poco de pan frito para espesar. Esa flexibilidad, lejos de restarle identidad, ha favorecido su expansión global.

¿El nuevo pesto?

El paralelismo es inevitable. Así como el pesto salió de Génova para conquistar el mundo, el romesco está viviendo ahora su propio auge internacional. La diferencia es que, mientras el pesto verde es más herbáceo y fresco, el romesco apuesta por el sabor tostado, umami y ligeramente ahumado. Es una salsa que llena el plato de matices sin robar protagonismo.

De hecho, algunas marcas gourmet internacionales ya lo están comercializando, y no son pocos los influencers gastronómicos que lo han incluido en sus musts de cocina. Además, encaja perfectamente en las nuevas corrientes que apuestan por el batch cooking, las preparaciones caseras y la revalorización de lo local.

Hortalizas en tempura con salsa romesco: una combinación crujiente y sabrosa.
Hortalizas en tempura con salsa romesco: una combinación crujiente y sabrosa. | Hogarmanía

Más allá del calçot

Aunque su matrimonio con los calçots es indiscutible, limitar el romesco a ese uso es quedarse corto. Esta salsa catalana funciona maravillosamente como aliño para ensaladas templadas, acompañamiento para carnes blancas, topping de tostas, dip para crudités e incluso como base para pastas o arroces.

Si te apetece probar nuevas combinaciones, te damos ideas tan sabrosas como estas alcachofas con salsa romesco, perfectas como entrante templado, o estas hortalizas en tempura con salsa romesco, una fusión de texturas que conquista al primer bocado. Y si prefieres el pescado, el sargo con verduras y salsa romesco es una propuesta ligera, saludable y llena de sabor mediterráneo.

Su creciente fama también forma parte de una tendencia más amplia: la internacionalización de la cocina española más allá de la paella o el jamón. Platos como el salmorejo, las papas arrugadas con mojo o las albóndigas en salsa ya están entrando en las cocinas del mundo, y el romesco es una pieza clave de ese puzzle.

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