Si ves este número en un huevo, sabrás al instante si es de corral, suelo o de jaula

Elección consciente

Spoiler: lo que pone en el envase no siempre dice la verdad

Fíjate siempre en el primer número del código impreso en la cáscara: te dirá si el huevo es ecológico, campero, de suelo o de jaula.
Fíjate siempre en el primer número del código impreso en la cáscara: te dirá si el huevo es ecológico, campero, de suelo o de jaula.

No te fíes de las etiquetas. El truco definitivo para saber de dónde viene el huevo que estás comprando está en un número impreso en su cáscara. Te contamos cómo descifrarlo (y por qué importa).

Lo que nunca te habían contado sobre los huevos del súper

Vas al supermercado. Ves una docena de huevos con la etiqueta 'de corral' y una gallina feliz impresa en la caja. Todo parece en orden. Pero cuando llegas a casa y te fijas en el huevo ves un número grabado que empieza por 3.

¿Te han engañado? No exactamente. Pero tampoco te han dicho toda la verdad.

Porque el único dato que realmente te dice cómo ha vivido esa gallina no está en la caja, ni en la pegatina, ni en el color del huevo. Está impreso en la cáscara. Y es muy fácil de leer si sabes cómo.

Cómo descifrar el código secreto de los huevos

Todos los huevos que se venden en Europa llevan grabado un código como este: 1ES12345678.

La clave está en el primer número:

  • 0 = ecológico
  • 1 = campero
  • 2 = suelo (sin jaula, pero sin salir al exterior)
  • 3 = jaula

No hace falta nada más. En cuanto veas ese número, sabrás si esa gallina ha vivido al aire libre o no ha salido nunca de una jaula.

El entorno donde vive la gallina influye directamente en la calidad del huevo: más espacio y menos estrés, mejor sabor y textura.
El entorno donde vive la gallina influye directamente en la calidad del huevo: más espacio y menos estrés, mejor sabor y textura. | Freepik

¿Campero o de corral? El gran lío del etiquetado

Vamos a decirlo claro: 'campero' y 'de corral' no son lo mismo. De hecho, 'de corral' no significa nada legalmente. Es una expresión de marketing que puede inducir a error.

Solo el término 'huevo campero' (código 1) está regulado: significa que la gallina ha tenido acceso al aire libre.

Qué implica cada tipo de huevo (y cuál deberías elegir)

Código 0: huevo ecológico

  • La gallina vive al aire libre, come pienso ecológico y no recibe antibióticos.
  • Su entorno es mucho más natural y menos estresante.
  • El huevo suele tener la yema más oscura y un sabor más profundo.
  • Son más caros, pero también los más sostenibles.

Código 1: huevo campero

  • La gallina puede salir al exterior, aunque su alimentación no es ecológica.
  • Buen equilibrio entre bienestar animal y precio.
  • Son los más recomendables si buscas calidad sin gastar tanto.

Código 2: gallina criada en suelo

  • Vive en el interior, sin jaula, pero sin acceso al aire libre.
  • Más baratos que los camperos, con condiciones de vida algo mejores que en jaulas.

Código 3: gallina en jaula

  • Vive sin moverse, sin ver la luz natural.
  • Son los huevos más económicos, pero también los más polémicos.

¿Y el sabor? También hay diferencias

No todos los huevos saben igual. Los de gallinas criadas en libertad, como los camperos o ecológicos, suelen tener una yema más densa, una clara más firme y un sabor más intenso. No es solo una cuestión de percepción: la alimentación, el espacio y el nivel de estrés de la gallina influyen directamente en la calidad del huevo.

Cuanto mejores son las condiciones de cría, mejor es el resultado en la cocina. Y eso se nota, especialmente en preparaciones sencillas donde el huevo es el protagonista.

¿Y los huevos frescos? No todo depende del número

El tipo de cría importa pero hay otro factor clave que influye en la calidad del huevo: su frescura.

Un huevo alcanza su mejor momento justo después de la puesta. Con el tiempo, pierde agua, entra aire por los poros de la cáscara y su estructura empieza a degradarse. La yema se aplana, la clara pierde firmeza y, al romperlo, el huevo se 'desparrama' en el plato. Cuesta distinguir las distintas capas de la clara y el aspecto general es más líquido y deslucido.

Cuanto menos fresco es un huevo, peor se comporta al cocinarlo. Por eso es importante fijarse también en la fecha de consumo preferente, conservarlo bien y saber identificar los signos de frescura.

Guarda siempre los huevos en la nevera, sin lavarlos, para conservar su frescura y evitar la pérdida de calidad.
Guarda siempre los huevos en la nevera, sin lavarlos, para conservar su frescura y evitar la pérdida de calidad. | Freepik

Cómo saber si un huevo es fresco (según el Instituto del Huevo)

Además del tipo de cría, la frescura es clave en la calidad del huevo. Y aunque la fecha de consumo preferente orienta, hay trucos sencillos para saber si un huevo está realmente fresco, tal y como explica el Instituto del Huevo:

  • La yema debe verse centrada y con forma de semiesfera, no plana ni desplazada. La clara debe presentar dos zonas diferenciadas: una densa y gelatinosa que rodea la yema, y otra más líquida que se extiende en el plato.
  • Si al sumergir el huevo en un vaso de agua flota, es señal de que ha perdido frescura: ha entrado aire y ha salido agua por los poros de la cáscara.
  • Además, para preservar esa frescura durante más tiempo, se recomienda guardarlos siempre en el frigorífico, sin lavarlos y alejados de olores fuertes y luz directa.
En recetas como esta, con el huevo como protagonista, se nota la diferencia.
En recetas como esta, con el huevo como protagonista, se nota la diferencia. | Hogarmanía

Cómo conservar bien los huevos (y cuándo evitar usarlos crudos)

Según el Instituto del Huevo, los huevos deben mantenerse:

  • Limpios, secos y alejados de la luz solar directa.
  • A temperatura constante, preferiblemente refrigerados.
  • Consumidos antes de los 28 días desde la puesta, que coincide con la fecha de consumo preferente.

Aunque esta fecha no es una caducidad estricta, si el huevo ha estado bien conservado (con la cáscara entera y sin grietas), puede usarse unos días después sin riesgo. Eso sí, cuanto más se acerque a esa fecha, más importante es cocinarlo completamente, a temperaturas superiores a 70 °C.

Evita usar huevos poco frescos para salsas o postres crudos como mayonesa, tiramisú o mousse. Si la receta no lleva cocción, lo más seguro es optar por ovoproductos pasteurizados.

Para notar el sabor real de un huevo bien elegido, lo ideal es cocinarlo de forma sencilla. Aquí tienes algunas recetas donde el huevo es protagonista:

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