El truco infalible para arreglar una bechamel que te ha quedado líquida (sin empezar de cero)

Te has esforzado en preparar unos canelones caseros, una lasaña o incluso unas croquetas y justo cuando terminas la bechamel, te das cuenta de que ha quedado demasiado líquida.

¿Toca tirarla? Para nada. Hay formas muy fáciles (y eficaces) de recuperar esa bechamel ligera y convertirla en una salsa cremosa como debe ser.

¿Por qué se me ha quedado tan líquida?

Aunque la bechamel parece una salsa sencilla, tiene su truco. Se elabora a partir de una mezcla de mantequilla y harina cocinadas (roux), a la que se añade leche poco a poco mientras se remueve. Si te pasas con la leche, no cocinas bien la harina o remueves poco el resultado puede ser una bechamel tan líquida como un vaso de leche.

Pero antes de entrar en pánico, apunta estos trucos que funcionan de verdad.

Cómo espesar una bechamel muy líquida

1. Dale más tiempo al fuego

A veces, solo necesita cocinarse un poco más. Ponla a fuego lento y remueve sin parar con unas varillas. Verás cómo, poco a poco, la leche se evapora y la salsa espesa. Este truco funciona si la bechamel está algo ligera, pero no del todo aguada.

2. Haz un poco más de roux y añádelo

Este es el método más profesional. Derrite en una sartén una cucharada de mantequilla y añade una cucharada de harina. Cocina durante 2-3 minutos removiendo y después añade poco a poco esta mezcla a tu bechamel líquida mientras remueves. Espesará de forma uniforme y sin grumos. Ideal para recetas como esta lasaña de verduras.

3. Maicena al rescate

¿No quieres usar más mantequilla? Mezcla una cucharadita de maicena con un chorrito de leche fría y añádelo a la bechamel caliente. Remueve al fuego hasta que coja cuerpo. Este truco es rápido y eficaz para salsas ligeras, como en esta receta de mejillones rellenos.

4. Queso para espesar (y dar sabor)

Si tu bechamel va a terminar en el horno, aprovecha y añade queso rallado (emmental, parmesano o cheddar). Se funde, espesa y además potencia el sabor. Perfecto para platos como unos huevos rellenos gratinados o una coliflor al horno.

¿Y si ya la he usado y está montado el plato?

Si ya has montado los canelones caseros o tienes lista la lasaña, no desmontes nada. Puedes corregir por encima: cubre con un poco de pan rallado, más queso o una capa de bechamel espesa. Gratina y la parte superior quedará crujiente y deliciosa, sin que se note el fallo.

El truco para que no vuelva a pasar

• Usa varillas: evitan los grumos y ayudan a emulsionar.
• Añade la leche poco a poco, no de golpe.
• Proporción mágica: por cada 25 g de mantequilla y 25 g de harina, usa 400-500 ml de leche.
• Cocina bien la harina antes de añadir la leche, para quitarle el sabor crudo.

Y si aún te queda alguna duda, en este paso a paso de cómo hacer bechamel la tienes explicada con todo detalle.

¿Y si tu bechamel es vegana? También se puede espesar sin problema

Si estás preparando una versión sin lácteos, como esta bechamel vegana, los trucos para espesarla funcionan igual. Puedes cocinarla un poco más a fuego lento, añadir una mezcla de aceite y harina cocinada aparte, o incorporar fécula de maíz disuelta en bebida vegetal fría (como soja o avena).

Este tipo de bechamel queda perfecta en recetas como esta lasaña vegana de verduras, donde se busca una textura cremosa pero sin ingredientes de origen animal. Así que si tu bechamel vegetal ha salido demasiado líquida, no te preocupes: también tiene solución.