No es el huevo ni la cebolla: este truco con la patata transforma tu tortilla

Corte maestro

¿Jugosa o firme? La respuesta está en cómo cortes la patata

Las láminas finas se cocinan rápido y se funden con el huevo, creando tortillas melosas.
Las láminas finas se cocinan rápido y se funden con el huevo, creando tortillas melosas.

El otro debate de la tortilla

La tortilla de patatas es uno de esos platos que parecen sencillos y, sin embargo, esconden mil maneras de hacerse. Durante años hemos discutido si con cebolla o sin cebolla, pero hay un gesto mucho más silencioso que puede transformarla por completo: cómo cortamos la patata.

Puede parecer un detalle mínimo, pero basta con cambiar el cuchillo de ángulo para que la tortilla tenga una textura completamente distinta.

Láminas, dados o patata chascada: tres formas, tres tortillas distintas

En algunas cocinas, la patata se corta en láminas finas, casi como chips blandas. Esta técnica hace que se cocinen rápidamente en el aceite y se integren con el huevo, creando una tortilla suave, melosa y uniforme. Es la opción ideal para quienes buscan esa sensación de crema en cada bocado.

Otros prefieren los dados pequeños, más regulares. Aquí la patata conserva su estructura y cada trozo se nota en el paladar, dando lugar a una tortilla más firme y con más cuerpo. Es la versión que muchos consideran más 'contundente' y que recuerda a las tortillas de bar bien cuajadas.

Cortar la patata en dados da como resultado una tortilla más firme y con más cuerpo.
Cortar la patata en dados da como resultado una tortilla más firme y con más cuerpo.

Y luego está el recurso clásico de chascar la patata: cortar y romper con un pequeño giro del cuchillo. Al hacerlo, los bordes quedan irregulares y liberan más almidón, lo que espesa la mezcla y potencia el sabor. El resultado es una tortilla sabrosa, jugosa y con un aire casero inconfundible.

Cada corte pide su propia técnica y su propio tiempo.

  • Las láminas finas necesitan menos minutos en la sartén y se fríen de manera más uniforme. Conviene vigilarlas bien para que no se doren en exceso.
  • Los dados requieren más paciencia y aceite abundante para que se cocinen por dentro sin quemarse por fuera.
  • Con la patata chascada, lo recomendable es remover de vez en cuando para que los almidones se repartan en el aceite y luego en el huevo, logrando esa textura tan cremosa.

En todos los casos, el fuego medio-bajo es el gran aliado: es lo que permite que la patata se confite en el aceite en lugar de freírse a lo loco.

Y no solo importa cómo cortes la patata, también qué tipo de patata elijas. No todas reaccionan igual al calor ni aportan la misma textura. Si quieres acertar siempre, aquí tienes una guía práctica sobre qué patatas usar para que la tortilla salga perfecta.

Las patatas en láminas o chascadas logran una tortilla suave, jugosa y llena de sabor, como la prefieren los españoles según la encuenta del CIS.
Las patatas en láminas o chascadas logran una tortilla suave, jugosa y llena de sabor, como la prefieren los españoles según la encuenta del CIS.

Lo que dicen las encuestas

El CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) dedica cada año una encuesta a la tortilla de patatas y el resultado suele repetirse: la mayoría de los españoles la prefiere jugosa y con cebolla.

Y aunque no se pregunte directamente por el corte de la patata, cualquiera que cocine sabe que de él depende buena parte de esa jugosidad tan buscada. No es igual una tortilla en la que la patata casi se deshace que otra en la que se notan los trozos enteros.

Con los dados, la tortilla mantiene su forma y cada bocado tiene más consistencia.
Con los dados, la tortilla mantiene su forma y cada bocado tiene más consistencia.

En cada familia, una tortilla distinta

En mi familia pasa lo mismo: unos cortan la patata en láminas, otros en dados. El resultado son tortillas muy diferentes en textura pero, puedo asegurar, que igual de ricas. Y quizá ahí está el secreto de la tortilla de patatas: que cada casa, cada cocinero y cada bar la hace a su manera.

Basta recorrer distintas ciudades para comprobarlo: en unos bares te sirven una tortilla melosa, en otros más cuajada y firme. Y en todos los casos, la diferencia empieza mucho antes de encender el fuego: justo en la tabla de cortar.

¿Existe la tortilla perfecta?

Seguramente no, y ahí reside su encanto. La tortilla de patatas es un plato democrático, abierto a mil versiones y a pequeños gestos que marcan la diferencia. El corte de la patata es solo uno de ellos, pero basta para transformar su textura y su sabor.

La próxima vez que prepares tortilla, pregúntate: ¿quieres una textura suave y ligera o una con más bocado? La respuesta no está en el huevo ni en la cebolla. Está en cómo cortes la patata.

Recetas para reinventar la tortilla de patatas

Si después de leer esto te han entrado ganas de probar distintas versiones, aquí tienes algunas ideas para salir de la clásica:

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