Existen muchos mitos extendidos alrededor de la sarna (o scabiosis), una enfermedad dermatológica muy contagiosa que vuelve a los titulares por el gran aumento de casos producidos en los dos últimos años de pandemia por COVID-19.
Por ejemplo, uno de los mitos más conocidos es que esta patología es causada por rutinas de higiene pobres y/o escasas. Una afirmación que los expertos han desmentido totalmente, debido a que la sarna es un trastorno que se contagia con el contacto directo de nuestra piel con la piel de una persona infectada. Por ejemplo, podría ocurrir cuando se da la mano.
Por ello, ante la sospecha de tener sarna, es importantísimo acudir al médico para hacer una valoración y obtener el tratamiento lo antes posible. Al ser muy contagiosa, se recomienda que la persona infectada por los ácaros de la sarna siga el tratamiento a rajatabla y evite los contactos directos con otras personas.
Incluso se recomienda que las personas que conviven con el paciente contagiado también realicen el tratamiento, bien como prevención o como tratamiento directo.

En este punto, es necesario que sepas que los ácaros de la escabiosis pueden vivir hasta 3 días cuando caen al suelo u otras superficies.
Por lo tanto, para evitar una reinfección, es importante limpiar la casa a fondo y lavar toda la ropa (especialmente la ropa interior y pijamas) que se han utilizado en las 48 horas previas al tratamiento.
Así debes limpiar la casa y la ropa tras un brote de sarna
Limpiar y desinfectar la casa es primordial para conservar una buena higiene en el hogar. Con la sarna, será necesario lavar todos los textiles utilizados (ropa, pijamas, sábanas, toallas, ...,) con un ciclo de lavado largo y a una temperatura igual o superior a 60ºC.
Lava toda la ropa a 60º grados centígrados
Como la sarna se contagia por contacto directo con la piel de un infectado, es primordial lavar la ropa que éste ha utilizado en los últimos días ya que el ácaro de la escabiosis puede vivir hasta 3 días en los tejidos.
Asimismo y por precaución se debe realizar este lavado con la ropa, los pijamas, la ropa interior, las toallas y las sábanas de todos los miembros de la familia o compañeros de piso.

Para una limpieza eficaz de la ropa y si tu lavadora lo permite, puedes realizar un tratamiento previo de las prendas con agua caliente.
Seca la ropa en la secadora o extiéndela al sol
Tras el lavado, si tu lavadora tiene función de secado o posees una secadora, utilízala para secar la ropa. Si no dispones de esta máquina, tiende la ropa al sol o al aire libre. Hazlo inmediatamente tras el lavado para evitar malos olores y humedades.
Plancha la ropa para una desinfección completa
Tras el lavado y secado, mejor sí se realiza un planchado exhaustivo de todas las prendas. Recuerda, el calor mata cualquier tipo de ácaros presentes en la ropa.
Por otra parte, no es necesario tratar las prendas con productos bactericidas, es el calor del agua lo que eliminará los ácaros de la sarna de la ropa.
Lavado de tejidos delicados afectados por sarna
¿Tienes prendas delicadas que no puedes lavar con agua caliente ni en la lavadora? ¡No te preocupes! Los ácaros de la sarna deben tener una fuente de alimentación para vivir, poner sus huevos y propagarse. Pueden vivir hasta 72 horas sin alimento, tras este tiempo, mueren.

Por lo tanto, te recomendamos que introduzcas en una bolsa de plástico todas las prendas, sábanas y enseres que no puedas lavar con agua caliente.
Después, sella bien esa bolsa y déjala en un lugar apartado, fuera del alcance de niños o mascotas durante una semana.
Los ácaros de la sarna morirán tras este tiempo.
Limpia y desinfecta todas las superficies
¿Tengo que desinfectar los sofás y otros muebles si hay un contagio de sarna en casa? No, no es necesario desinfectar sofás, juguetes y otros enseres cotidianos. No obstante, si puedes desinfectarlos, mejor. No solo por los ácaros de la sarna, sino también porque pueden albergar otros microorganismos peligrosos para la salud humana.
Y, para una desinfección correcta, bastará con pasar un trapo humedecido en una mezcla de lejía y agua. Si son muebles de madera, desinféctalas con alcohol isopropílico o con una mezcla de vinagre blanco y agua a partes iguales.

Por ejemplo, ni te imaginas la cantidad de bacterias que puede albergar una tabla de cortar alimentos si no se limpia con regularidad. Lo mismo ocurre con otros objetos cotidianos como los filtros de la cafetera, el filtro del lavavajillas o el cepillo de dientes.
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